Revista del IEEM
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Un dilema empresarial en tiempos de conflicto

Desde Hacer Empresa les propusimos a cuatro participantes del MBA del IEEM el desafío de ponerse en los zapatos de los protagonistas de un caso que relata la situación de Juan, líder de la división de consultoría industrial de la Consultora XYZ, y Pedro, el CEO de la empresa, quien adopta una postura pública y activa en un conflicto internacional.

Se les planteó el reto de defender, desde la perspectiva de Juan, por qué Pedro debería reconsiderar su postura; y argumentar, desde la perspectiva de Pedro, por qué su decisión es la correcta.

Juan lidera la división de consultoría industrial de la Consultora XYZ. Tiene a su cargo 30 consultores que han sido seleccionados y reclutados por el propio Juan en persona. El CEO de XYZ es Pedro, uno de los tres fundadores de la empresa, un ingeniero carismático con fuerte presencia en las redes sociales.

Desde que la guerra en Gaza comenzó, Pedro tomó una posición muy activa en las redes. Una y otra vez hizo saber su posición en el conflicto, y en más de una vez algún consultor de la división de Juan le hizo saber su molestia con la posición pública de Pedro.

En la reunión de alta gerencia del día anterior, Pedro comunicó que había decidido no seguir adelante con un proyecto que la división de ingeniería estaba presupuestando, pues se trataba de una cotización para una empresa multinacional con una clara posición mediática a favor de una de las partes en el conflicto de Gaza. Pedro militaba activamente a favor de la otra parte.

Durante la reunión algunos altos gerentes manifestaron que la decisión de retirarse era un error. Pedro dijo estar convencido de que la pérdida de ese proyecto no afectaría los resultados futuros porque había muchos proyectos en cartera, más de los que podrían atender, lo que no estaba lejos de la realidad. Luego de un buen rato de discusión, se decidió seguir la reunión el día siguiente.

Juan fue uno de los gerentes que argumentó en contra de la posición de Pedro. Hizo esto, aunque desde el punto de vista personal, Juan coincidía en defender el mismo lado que Pedro en el conflicto de Gaza. Dada la relación de confianza y amistad que Juan mantenía con Pedro, decidió visitarlo esa noche en su casa para analizar en profundidad entre los dos cuál debería ser la mejor solución. Pedro reaccionó muy bien a la propuesta de Juan, agradeciéndole la iniciativa, pues se daba cuenta de que se trataba de un tema mucho más complejo que una simple situación de negocios.

Ignacio Dutra

Director en Fenixenergy SRL
MBA del IEEM 2024

Este caso de activismo por parte del líder de una empresa, como es Pedro, nos permite visualizar la complejidad de las decisiones empresariales cuando se mezclan con posiciones personales y sociales. Desde el punto de vista de Juan, el principal argumento para disuadir a Pedro de su posición es que en este tipo de conflictos no existe un “bando correcto” y otro “incorrecto” de manera absoluta. Los conflictos como el de Gaza son profundamente complejos, con múltiples perspectivas y sensibilidades involucradas. Dentro de la empresa, es probable que algunos colaboradores coincidan con la posición de Pedro, mientras que a otros les será indiferente y algunos más podrían tener opiniones opuestas. Al tomar una posición tan pública y radical, Pedro corre el riesgo de crear divisiones internas en la cultura organizacional y entre los propios colaboradores, afectando negativamente la armonía y la cohesión del equipo. Además, Juan podría argumentar que la decisión de rechazar un proyecto basado en una postura política puede ser vista por algunos como una falta de profesionalismo, ya que se está anteponiendo una posición personal sobre el interés comercial de la empresa, lo cual podría influir negativamente en la percepción de clientes actuales y potenciales.

En cambio, desde el punto de vista de Pedro, su postura se enmarca en la creciente demanda por un liderazgo empresarial que no solo persiga el beneficio económico, sino que también actúe con responsabilidad social. Hoy en día, se espera que las empresas y sus líderes tomen posiciones claras frente a ciertos temas, mostrando compromiso con causas que consideran justas. Pedro podría argumentar que, en un mundo donde los consumidores y empleados valoran cada vez más la alineación de valores entre las empresas y sus propias convicciones, su decisión de no colaborar con una empresa que defiende una postura contraria es coherente con los valores que quiere representar. Además, Pedro está convencido de que la pérdida de este proyecto no afectará significativamente los resultados de la empresa, dado que hay muchos otros proyectos en cartera que podrían compensar la ausencia de este.

Ambos argumentos reflejan la complejidad del caso. Por un lado, la postura de Pedro destaca la importancia de la ética y la coherencia con los valores personales, lo cual puede fortalecer la autenticidad y la credibilidad de la empresa ante ciertos públicos. Por otro lado, la postura de Juan subraya la necesidad de mantener un enfoque profesional y equilibrado, evitando que las opiniones personales interfieran con la estrategia comercial de la empresa. Este tipo de decisiones conlleva tanto consecuencias positivas como negativas, y para tomarlas es fundamental considerar la madurez cultural y la estabilidad actual de la empresa.

Martín Severi

Director de Proyectos en CSI
MBA del IEEM 2024

Es muy importante destacar que Juan es líder de un grupo de 30 personas, quienes le han concedido la autoridad, no solo por el hecho que él mismo los seleccionó, sino por la historia vivida por ellos dentro de la empresa. Un hecho claro de ese liderazgo y autoridad de Juan es que sus subordinados se sienten libres y confían en Juan para plantearle la molestia que tienen con que Pedro, CEO y uno de los fundadores de la consultora, tenga una posición publica del conflicto en Gaza.

Por otro lado, no es menor tener en cuenta que Juan es subordinado y liderado por el mismo Pedro. En vista de la relación de confianza y amistad entre ellos, es claro que Juan lo considera un líder más allá del poder inherente a la posición de Pedro. Juan lo considera un líder al que se le puede plantear las discrepancias y ejemplo de ello es la visita en cuestión.

Otro hecho relevante es que Juan no está de acuerdo con la decisión de Pedro, por más que comparten posturas en el conflicto. Él ve que Pedro está tomando una decisión por motivos totalmente ajenos a la razón de ser de la empresa.

Los argumentos principales de Pedro para tomar la decisión son convicciones personales, que no tienen que ver con el ser de la empresa ni con su cultura. Se apalanca en el hecho de que el prescindir de este contrato no afectará los resultados futuros de la empresa.

Por otro lado, Juan debe argumentar y dejarle claro su postura a Pedro. Si bien esta decisión no afecta a la empresa hoy, Pedro está empezando a tomar decisiones por motivos ajenos a la razón de existir de la empresa. Hoy tiene una postura pública con el conflicto de Gaza, pero mañana tendrá una postura con otra causa y se le exigirá que actué en consecuencia. Y en caso de que no la tenga, es de esperar que la sociedad le exija que se promulgue. Juan realiza un acto de amor para con su líder, no tiene miedo en expresar su disconformidad y se lo plantea para que recapacite, pero lamentablemente es tarde porque ya se expresó y se manifestó públicamente.

Por último, es recomendable que Juan siga “enfrentando” a su jefe, que le haga ver que hoy esta decisión no afecta a la empresa, pero mañana muy probablemente sí. Que la forma más sana de no enfrentarse nuevamente a esta situación es no ser activista en nombre de la empresa, podrá participar en marchas y apoyar causas, pero siendo CEO debe saber en qué posición está y que sus causas personales le afectarán sus decisiones empresariales.

Tamara Urrestarazu

Manager of Communication Services South America en BASF
MBA del IEEM 2024

Cada vez son menos los líderes que se mantienen fuera de las redes sociales y más las empresas que cuentan con expertos en comunicación para altos ejecutivos. Pero, ¿qué sucede cuando la presencia mediática va más allá de promover la empresa y se utiliza para expresar creencias personales contundentes?

El caso de Pedro es un buen ejemplo para analizar las ventajas y desventajas de una comunicación activa sobre temas que trascienden el ámbito empresarial. Es crucial que los CEO evalúen el contexto y las repercusiones de sus intervenciones en redes sociales, especialmente al tratar conflictos geopolíticos polarizados. La autenticidad que Pedro desea mantener debe equilibrarse con la responsabilidad de liderar una organización y considerar cómo sus opiniones afectan a todos los grupos de interés. Si la decisión es correcta o no es difícil de determinar, pero, para contrastar distintos puntos, es necesario ponerse en los zapatos de Pedro y luego en los de Juan, su empleado.

La decisión de Pedro refleja su fidelidad a sí mismo y puede fortalecer la conexión con empleados y clientes que comparten esos valores. Asociarse con una empresa de filosofía contraria puede generar tensiones internas y externas, ya que empleados y clientes podrían cuestionar la integridad de la empresa y percibir el activismo de Pedro como hipócrita. Por ello, es fundamental que sus acciones estén en sintonía con sus palabras; colaborar con una empresa de ideología opuesta podría considerarse incoherente y centrado únicamente en resultados financieros.

Desde la perspectiva de Juan, convencerlo de que está equivocado parece complejo, pero sus argumentos son lógicos. Asociarse con posiciones controvertidas puede arrastrar a la empresa a la controversia, afectando su reputación y desempeño financiero a largo plazo. La polarización del público puede llevar a perder clientes que no se identifiquen con esas opiniones y que, como Pedro, no prioricen las relaciones comerciales sobre temas humanitarios. Si esto sucede, tanto Pedro como XYZ deben estar preparados para enfrentar la atención mediática con total transparencia y sin sorpresas. Pero, dejando de lado la percepción de los externos por un momento, la incomodidad comienza por dentro. Los empleados que no comparten las opiniones del CEO pueden sentirse incómodos, afectando la moral y la productividad.

Además, focalizarse demasiado en temas políticos puede desviar la atención de los objetivos comerciales. Si Pedro decide dejar de hacer negocios con todas las empresas que piensan distinto a él, el futuro de XYZ podría verse comprometido. ¿Es eso lo que realmente desea para su compañía?

El activismo del CEO es algo que no se puede ignorar. El mayor desafío para los líderes es encontrar el punto de equilibrio, donde sus opiniones no perjudiquen la cultura de la empresa ni su percepción externa, comprometiendo su sostenibilidad.

Carolina Vega

Sales Intelligence Manager de FNC
MBA del IEEM 2024

El rol del CEO como activista, que va más allá de la clásica responsabilidad social a la que estamos acostumbrados, sin dudas nos genera interrogantes. Considero que la posición de Juan prioriza lo económico y el bienestar de la empresa, mientras Pedro decidió no separar sus convicciones personales de lo que él hace en la empresa como CEO.

Por un lado, Juan piensa que, por las creencias o posiciones de un CEO sobre temas ajenos a la empresa, no se puede dejar de trabajar con cierto tipo de clientes, aceptar el riesgo económico que conlleva esta decisión o vivir con el malestar generado en los colaboradores que piensan diferente. En otras palabras, como persona de vértice de la organización, Pedro debe priorizar y velar por los intereses de la compañía. Juan debe comprender que Pedro, en su rol, tiene una responsabilidad importante ante la sociedad y es entendible que quiera manifestar su opinión sobre temas sociales que lo interpelen. Sin embargo, debería convencerlo de hacer eso a título personal, sin poner a su empresa en el medio, de manera que no implique un gran riesgo económico y que se priorice el bienestar de los empleados. A su vez, podría argumentar que no es la responsabilidad de la empresa actuar ante este tipo de conflictos globales y que deberían respetar las distintas posturas.

Por otro lado, Pedro, quien parece fuertemente movilizado por el conflicto de Gaza, considera que no puede separar su rol de persona de su rol en la empresa. Más aún, cree que el lugar privilegiado que tiene en la sociedad conlleva inherente una responsabilidad. Este debe ser el mayor argumento para convencer a Juan, quien incluso comparte la misma posición con respecto al conflicto de Gaza. Pedro se sentiría incoherente si sigue adelante con proyectos vinculados a empresas que tienen valores totalmente distintos a los suyos. Además, desde el punto de vista económico, tiene a favor que su empresa puede tener éxito sin este tipo de proyectos en el corto plazo, y argumentar que en el mediano plazo buscarán la forma de hacerlo sin ellos.

El caso nos lleva a reflexionar sobre el rol del CEO en el activismo social, lo cuidadoso que deben ser en las temáticas elegidas y la forma en la cuál intervienen. Seguro se generarán controversias en personas internas y externas a la empresa, así como posibles consecuencias económicas. Por lo tanto, el CEO, junto al director comercial, y con conocimiento del directorio, deberán tratar el tema muy en serio, preparar su estrategia en caso de que decidan llevarla adelante y mitigar los posibles riesgos.

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