
El camino del cambio
Luego de un camino recorrido y trayectoria, ¿sientes que tienes inquietudes? ¿Te preguntas si quieres seguir en este camino mucho más tiempo? ¿Te visualizas el resto de tu vida en el mismo camino? ¿Te gustaría descubrir más cosas sobre ti? Es posible que tuvieras un propósito de vida, un objetivo concreto y ahora que estás ahí, que llegaste, que lo lograste, aparecen preguntas incómodas que quieren una respuesta.
Estas interrogantes surgieron en mi vida pasados mis 45 años, cuando me embarqué en un camino de búsqueda personal paralelo a mi vertiginosa vida profesional. ¿Buscando qué? No lo sabía, por años no lo supe, pero tenía inquietudes.
Cuando empiezas a observarte, cuando empiezas a responderte a la pregunta “¿cómo me siento?”, comienzas a conocerte y empiezas a darte cuenta con qué cosas vibras y con cuáles no. Comienzas a darte cuenta de qué cosas te producen alegría y satisfacción y cuáles no.
El siguiente paso es responder a la pregunta: “¿Qué es lo que realmente quiero?”. Después de construir tanto en mi vida, me encontré cuestionándome sobre el sentido de mis acciones y aspiraciones. Descubrí que era válido hacerme estas preguntas y tomarse el tiempo para responderlas. Vale le pena preguntarse, darse tiempo, observarse y responderse. Fue un proceso que fui creando en medio de mi vida fluida y ya definida.
El cuestionamiento que le sigue es “¿todo lo que hice fue una equivocación?”. Hoy puedo decir que no, que no fue un error. Fue producto de lo que quería en su momento y fue maravilloso. Con el tiempo, logré tener claridad y descubrí aspectos más profundos de mí misma. Aunque en algún momento me pregunté si todas mis acciones habían sido errores, hoy reconozco que cada paso fue parte de mi proceso de crecimiento. A los 49 años, me siento más viva y consciente que nunca.
¿Qué es ser consciente de uno mismo? No lo sabía hace unos años, lo descubrí y hoy lo puedo decir con mis propias palabras, así como lo puedo compartir. La conciencia es una revolución o cambio individual, es un estado de conocimiento de uno mismo. Cuanto más consciente eres de ti mismo, menos miedo sientes. ¿Y sabes qué? Cuando entras en esta inercia ya no te bajas… Te invito a que lo experimentes por ti mismo.
Cada uno de nosotros está en constante evolución, y cambiar de un punto de la vida a otro no implica abandonarlo todo. Se puede cambiar y ¿cuál es la misión? En mi caso vivirlo con alegría. Tomarlo con humor. La vida sin alegría es menos vida. ¿Te hace sentido?
Pasar de un punto de la vida a otro, ¿es dejar todo atrás? En mi experiencia, descubrí que algunas habilidades y pasiones continúan siendo parte esencial de mi camino, mientras que otras pierden relevancia. Hay habilidades que, si realmente las disfrutas y observas que logran el impacto deseado, tanto en ti como en los demás, señalan tu camino. Se trata de seguir creciendo, de capitalizar todo lo aprendido y todo lo que has generado en tu recorrido.
De ser contadora y vibrar en el mundo financiero, pasé a vibrar también con el liderazgo de equipos y vibré y vibro cuando me enfoco en obtener resultados. ¿Cómo logré resultados de equipo? No siempre adopté el enfoque del líder coach, también obtuve buenos resultados aplicando otros estilos de liderazgo. Sin embargo, comprobé que el liderazgo más eficiente en cuanto a resultados logrados medibles —y el que mayor satisfacción me genera— es aquel que guía a las personas hacia su crecimiento. Claro que las personas deben estar disponibles, dispuestas a ser acompañadas en su desarrollo, y, para mi sorpresa, siempre las hay y generan un ambiente que invita a más personas a unirse. Una vez que entran en esta inercia, lo replican de manera natural.
En mi caso, me encontré inmersa en el liderazgo de personas y equipos, viviendo y vibrando esta energía. Luego, llegó el momento en el que me di cuenta de que necesitaba dar un paso más y explorar cómo canalizar esta pasión. Después de años de búsqueda y de años sin respuestas claras, de repente, descubrí mi segunda vocación: ser coach. Partí desde mi experiencia como contadora, aprovechando mi conocimiento del ambiente y los desafíos mentales a los que se enfrentan los grandes líderes. Además, utilicé una serie de herramientas que aprendí con total placer y disfrute, porque, al final del día se trata de disfrutar el camino.
Comparto palabras de Mario Alonso Puig: “Da mucho miedo abandonar la zona de confort, hay dos posibilidades para que decidamos salir, cuando estamos hartos de estar hartos o cuando alguien o algo nos hace intuir que hay un mundo que nos estamos perdiendo. En ese momento, sientes una inspiración muy profunda a explorar”.
Somos energía, nuestros pensamientos son energía, nuestras palabras son energía. Estos pensamientos y palabras van condicionado tu vida. Los límites no existen, son tus propias creencias las que te limitan. ¿Cómo descubrirlas? Observándote, conociéndote a ti mismo.
Desde el principio hasta el fin, nuestra vida es un camino de experiencias y aprendizajes. Cuanto más consciente seas de que esta vida tiene un final, más motivación encontrarás para explorar, y descubrir tu propósito, o incluso un nuevo propósito. Descubrirás qué es lo que te hace vibrar, qué es lo que te hace sentirte bien y alegre. Vive el camino con alegría, sabiendo que cada experiencia vale la pena, y capitaliza todo tu recorrido. Estoy segura de que cada una de tus experiencias será la base para llegar al próximo punto en la vida donde quieres estar, donde te quieres proyectar.