Revista del IEEM
TOP

Perspectivas para el mundo del trabajo

El mundo del trabajo cambia aceleradamente: tecnología, nuevas generaciones y liderazgo redefinen las reglas. ¿Estamos preparados para adaptarnos y prosperar?

«Un barco está a salvo en la orilla, pero no es para eso que ha sido construido”

– John A. Shedd

 

Algo está cambiando. Las oficinas ya no son como las conocíamos, las habilidades requeridas son radicalmente diferentes, y las generaciones más jóvenes comienzan a establecer nuevas reglas de juego. En este escenario de cambio acelerado, las organizaciones enfrentan retos tan emocionantes como complejos. A nivel global, los cambios son constantes y afectan diversos aspectos de la sociedad y el empleo.

La reciente elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha generado incertidumbre con medidas como la expulsión de TikTok y una política de deportación masiva de inmigrantes ilegales, que generan eco en todo el mundo. Mientras tanto, el avance tecnológico sigue sorprendiendo con la aparición de DeepSeek como un nuevo competidor de ChatGPT en el campo de la inteligencia artificial (IA) y que se suman al debate de la irrupción de la IA en todas las áreas de la vida. Por otro lado, vemos que el trabajo remoto sigue siendo un tema discutido y que empresas como Spotify se oponen a la idea del fin del teletrabajo. Dinamarca se posiciona como el país con los trabajadores más felices, sirviendo de referencia para aquellos que buscan equilibrar calidad de vida y desarrollo profesional.

América Latina, por su parte, está marcada por una creciente polarización con líderes de diferentes ideologías que generan un entorno convulsionado. Mientras tanto, Uruguay sigue ganando reconocimiento a nivel internacional, siendo destacado en Times Square por el Punta Tech Meetup, consolidándose un año más como una de las mayores comunidades de innovación de América Latina.

En medio de todo este revuelo e incertidumbre, se reconfigura el mundo del trabajo. No se trata solo de adaptarse, sino de anticiparse y evolucionar junto con el cambio. Empresas, trabajadores y gobiernos deben estar atentos a estos movimientos para identificar oportunidades y mitigar riesgos.

Entonces ¿qué tendencias están impulsando esta transformación y cómo podemos prepararnos para lo que viene?

 

La ola que se viene

El impacto de la generación Z y los millennials (que ahora ocupan cargos de liderazgo), la diversidad, equidad e inclusión, las presiones de productividad, el auge de la gig economy y la transformación impulsada por la IA son las tendencias que más impactan en el mundo laboral según el estudio de ManpowerGroup “Accelerating Adaptability, 2025 Global Workforce Trends”. A esto se suma un desafío persistente: la escasez de talento.

Por su parte, el “Future of Jobs Report 2025” del Foro Económico Mundial añade contexto a esta transformación continua. Aunque la economía global se estabiliza con un crecimiento proyectado del 3,2 % para 2025, las crisis económicas, el cambio climático y la inestabilidad geopolítica continúan marcando el ritmo. En este entorno, la IA y la automatización emergen como fuerzas disruptivas, con un 86 % de empleadores globales que anticipan que estas tecnologías transformarán sus organizaciones.

 

Jóvenes que transforman el juego

Las generaciones más jóvenes, especialmente los centennials (generación Z), están cambiando las reglas del mercado laboral. Según el informe de ManpowerGroup, esta cohorte exige empleadores que ofrezcan crecimiento profesional, bienestar y seguridad financiera. Su capacidad de elección es evidente: el 47 % de los centennials planea cambiar de empleo en los próximos seis meses, a menos que se les ofrezcan herramientas de desarrollo (63 %), tecnologías útiles (80 %) y oportunidades de aprendizaje (76 %).

En el otro extremo, los millennials, ahora en posiciones gerenciales, enfrentan el desafío de liderar equipos multigeneracionales mientras buscan equilibrio entre trabajo y vida personal. Este grupo es altamente susceptible al estrés diario (53 %), y un 27 % considera dejar su puesto actual en el próximo semestre. Para retener a estos líderes, las organizaciones deben priorizar el bienestar y salud mental, la transparencia y el liderazgo ético.

Además, los centennials están empujando a las empresas hacia una mayor flexibilidad y propósito. Buscan trabajos que, además de ofrecer estabilidad financiera, tengan un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Este enfoque generacional está transformando la cultura organizacional, obligando a las empresas a repensar sus valores y prácticas.

Uruguay enfrenta un envejecimiento poblacional sin precedentes. Este fenómeno plantea desafíos para el mercado laboral.

Como se sabe hace años, Uruguay enfrenta un envejecimiento poblacional sin precedentes. Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, destaca que la región envejece sin haber resuelto problemas centrales como la pobreza o la desnutrición. Este fenómeno plantea desafíos para el mercado laboral, ya que las empresas deben adaptarse a una fuerza laboral multigeneracional, equilibrando las necesidades y expectativas de diferentes grupos etarios.

 

Nuevas habilidades en demanda

La creatividad y el pensamiento crítico emergen como las habilidades más demandadas por los reclutadores, pero no se trata de una creatividad genérica. El concepto de “creatividad sistémica” toma protagonismo, destacando la capacidad de imaginar soluciones que integren tecnología, sostenibilidad y bienestar humano.

Al mismo tiempo, la alfabetización digital está ocupando el centro de la escena. Ya no basta con estar al tanto de las últimas herramientas tecnológicas; es fundamental comprender sus implicaciones y aplicarlas. La IA no deja de sorprendernos con su avances y posibilidades ilimitadas. Sin embargo, el informe de ManpowerGroup propone un nuevo enfoque más proactivo para pasar del “wow” al “how”, porque al final, lo que verdaderamente importa es aplicar y adoptar la tecnología.

El tema de la adopción tecnológica es uno de los mayores retos que tienen las empresas. El Gartner Hype Cycle ayuda a explicar la madurez en la adopción tecnológica. Tras un entusiasmo inicial, comienzan los verdaderos desafíos de implementación, y muchas veces aparecen barreras o resistencias que enlentecen los procesos. Los empleadores que logren acelerar el ciclo de la adopción a través de programas de capacitación son los que alcanzarán los mayores niveles de productividad.

El informe del WEF refuerza estas tendencias, destacando que más del 57 % de las habilidades requeridas en sectores como tecnologías de la información, manufactura y operaciones deberán adaptarse para cumplir con estándares de sostenibilidad. Sin embargo, el 91 % de los empleadores afirma no contar con el talento calificado necesario para alcanzar estos objetivos, lo que representa una oportunidad significativa para quienes se especialicen en estas áreas.

 

El liderazgo del futuro: diseñadores de experiencias

En este contexto de cambio, el liderazgo también debe evolucionar. Los líderes autoritarios son cosa del pasado; hoy se necesitan mentores capaces de construir confianza y fomentar el crecimiento. Más que jefes, se necesitan líderes que sean diseñadores de experiencias: que creen entornos de trabajo saludables, promuevan la flexibilidad y cultiven una cultura de aprendizaje continuo.

Este nuevo modelo de liderazgo también incluye un enfoque en el bienestar colectivo. Desde la promoción de comunidades inclusivas hasta la implementación de estrategias de sostenibilidad, los líderes deben ser arquitectos de una nueva realidad laboral que priorice tanto el éxito organizacional como el desarrollo humano. Las organizaciones que integren la diversidad con un enfoque en el desarrollo de habilidades serán las mejores posicionadas para enfrentar los desafíos del futuro. Esto no solo significa invertir en capacitación, sino también crear culturas donde todos los talentos, sin importar su origen, género o experiencia, puedan prosperar y contribuir de manera significativa.

Además, el liderazgo ético y transparente será crucial para atraer y fidelizar talento. Los colaboradores esperan líderes que se preocupen por el impacto que generan en sus equipos y en la sociedad, además de por los resultados. Este tipo de liderazgo humanizado está redefiniendo el concepto de éxito empresarial.

 

¿Y Uruguay qué?

En 2024, se crearon 35 000 empleos y el salario real alcanzó un nivel máximo en los últimos 50 años. El desempleo se redujo al 7,3 % y la informalidad al 21,7 %, según datos oficiales. Sin embargo, se proyecta que en 2025 la actividad económica crecerá un 2,5 %, lo que podría traducirse en una leve desaceleración de la demanda laboral. Es esencial que las empresas y los trabajadores uruguayos se preparen para estos cambios, enfocándose en la capacitación y la adaptación a nuevas realidades laborales.

Se proyecta que en 2025 la actividad económica de Uruguay crecerá un 2,5 %, lo que podría traducirse en una leve desaceleración de la demanda laboral.

La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para las empresas uruguayas. Sectores como la energía renovable están en auge, y las organizaciones buscan integrar prácticas sostenibles en sus operaciones. Esta tendencia no solo responde a una creciente conciencia ambiental, sino que también es impulsada por consumidores y regulaciones que exigen mayor responsabilidad social corporativa.

El gobierno uruguayo, a través de instituciones como el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP), ha lanzado programas para mejorar la empleabilidad y la productividad. Por ejemplo, el programa Rutas de Inserción y Desarrollo Empresarial (RIDE) busca fortalecer las capacidades de las empresas y sus trabajadores mediante formación y asesoramiento.

La digitalización y la automatización están redefiniendo la naturaleza del trabajo. En Uruguay, sectores como la tecnología de la información, la energía renovable, la agricultura y el turismo están liderando este cambio, impulsando la demanda de habilidades digitales avanzadas. Programas como “Jóvenes a Programar” de Ceibal ofrecen capacitación en programación y habilidades tecnológicas a jóvenes del interior del país, preparando a la próxima generación para los desafíos del mercado laboral moderno.

También habrá grandes proyectos estratégicos de los que Uruguay será el escenario. Google desembarca en el país para la construcción de un data center, que, si bien al principio estuvo en duda, ayudará a fortalecer el ecosistema digital y ser un centro de talento especializado. Paralelamente, la concreción de la primera planta de hidrógeno verde representa un avance clave hacia la transición energética, con una inversión millonaria que posiciona a Uruguay como referente en energías renovables. Además, la puesta en marcha de la tercera planta de celulosa, consolida al país como un líder en producción forestal sostenible y exportaciones industriales.

 

Una posición estratégica en el mapa laboral

Uruguay, con su economía en crecimiento y una fuerza laboral cada vez más capacitada, tiene una oportunidad única para liderar en sectores clave del futuro. Desde la tecnología hasta la sostenibilidad, el país está bien posicionado para atraer inversiones y fomentar la innovación. Sin embargo, el desafío radica en garantizar que el talento local esté preparado para estas oportunidades.

La inversión en educación y formación continua será clave para cerrar las brechas de habilidades. Las empresas uruguayas también deben trabajar en colaboración con el gobierno y las instituciones educativas para crear un ecosistema que fomente el desarrollo de talento y la innovación.

Además, Uruguay puede aprovechar su posición estratégica en América Latina para convertirse en un hub de talento para industrias emergentes. Desde la tecnología financiera hasta las energías renovables, el país tiene el potencial de liderar en áreas que definirán el futuro de la economía global.

 

Tomar riesgos y adaptarse para prosperar

El futuro del trabajo no es un destino lejano; es un viaje que ya comenzó. Las organizaciones, los países y los individuos que abracen el cambio y la innovación no solo sobrevivirán, sino que prosperarán en un mundo cada vez más competitivo. Nuestro país tiene todo lo necesario para ser más que un espectador en esta transformación: puede ser un protagonista. Para dar el salto, Uruguay debe invertir en talento, educación, fomentar la innovación y construir culturas laborales que prioricen el desarrollo humano.

En última instancia, enfrentar el futuro del trabajo requiere valentía, visión y acción. Como un barco que zarpa hacia aguas desconocidas, sabemos que los desafíos serán inevitables, pero también lo serán las oportunidades. Porque, después de todo, como decía el comerciante estadounidense John A. Shedd: “Un barco siempre está a salvo en el puerto, pero no se construyó para eso”.

¿Será nuestro barco capaz de soportar la ola que viene?

Autor

Postear un comentario