Revista del IEEM
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«Es fundamental que la innovación transite caminos más ágiles para su aprobación en el Estado»

Rossana Bucheli

Socia fundadora de Latin Oil

¿Cómo pueden los países de América Latina, y especialmente Uruguay, equilibrar el crecimiento de energías sostenibles con la demanda de combustibles fósiles en el corto y mediano plazo?

Los países de América Latina acompañarán al mundo en el desarrollo de energías sostenibles, ya que los principales consumidores se encuentran fuera de la región, en Europa y Asia principalmente. Muchas de las materias primas de origen agropecuario que se necesitan —como alimentación para varias de estas tecnologías— se producen o se encuentran disponibles en volúmenes grandes con precios competitivos en América Latina: aceites vegetales, sebo animal, etanol y UCO (used cooking oil), entre otros.

Por otra parte, la producción de energía eléctrica en Uruguay, con base en fuentes hidráulicas y eólicas, también favorece la oferta de combustibles de menor impacto en emisión de gases que aumentan el efecto invernadero. En el caso de Uruguay, el desarrollo más temprano de estas fuentes de generación facilita la implementación de proyectos para la producción de hidrógeno verde.

No debemos olvidar que, en el caso de Argentina, el aumento previsto en la producción de gas natural en Vaca Muerta ya está asociado a proyectos para la producción de hidrógeno azul. Brasil también está impulsando las inversiones en esta área para incentivar a capitales locales y extranjeros a través de legislación específica.

Las inversiones en estos proyectos son altas, generalmente respaldadas por grandes capitales extranjeros que, además, son off-takers (compradores directos) o cuentan con contratos de compra con terceros.

Los costos de producción de cualquiera de estos combustibles son muy superiores a los de los combustibles fósiles tradicionales, por lo que no es tarea sencilla su sustitución. Por ello, debe estar aparejado con políticas de Estado claras que faciliten o, incluso, impongan el uso de energéticos sostenibles en los mercados internos.

 

Con la expansión de Megal y tus proyectos en Latin Oil, ¿qué diferencias encontrás entre el mercado energético local y los mercados internacionales?

Uruguay se caracteriza por tener un fuerte monopolio estatal en la importación, producción y exportación de combustibles fósiles, junto con una muy estricta regulación en la distribución, lo que lo diferencia de la mayoría de los países de la región. Cuando pensamos en la expansión de Megal, el foco principal recae en la distribución. Históricamente, la discusión se ha centrado en la liberalización de importaciones, dejando en un segundo plano la distribución.

«Cuando pensamos en la expansión de Megal, el foco principal recae en la distribución».

En cuanto a la libre importación, la URSEA comenzó a publicar en los últimos años el PPI (precio de paridad de importación), una herramienta muy útil para fijar precios competitivos y comparar los precios de Uruguay con el mercado internacional. No debemos olvidar que este es un negocio de escala, los volúmenes que se comercializan y transportan en escala internacional son grandes para el mercado interno uruguayo, y requieren de una capacidad logística importante que hoy existe y pertenece al Estado. Estas condiciones hacen que, en este momento, no consideremos atractivo participar en este eslabón de la cadena.

En cambio, en la distribución en el mercado local de combustibles líquidos hoy existen tres distribuidoras: Ducsa, Disa y Axion. En el pasado siempre hubo cuatro distribuidoras, pero, con la compra de Texaco por parte de Ducsa, la oferta se achicó y creemos que hay espacio para una cuarta distribuidora con el fin de ofrecer al consumidor final otra opción que pueda traer ventajas de servicio y precio con innovación y nuevas tecnologías. Por esa razón, hemos solicitado a la URSEA que considere la posibilidad de que podamos operar un cuarto sello. Conocemos los desafíos de la distribución y necesidades de los uruguayos en este rubro, tal como lo hemos demostrado en Megal con el GLP.

 

¿Cuál es tu estrategia para posicionar a Uruguay como un actor relevante en el mercado energético de América Latina hacia 2025?

El posicionamiento de Uruguay como un actor relevante del mercado energético es el resultado de una política de Estado sostenida durante los últimos 20 años. Lo hemos visto con el impulso inicial de la generación eléctrica eólica, la producción de etanol y biocombustibles de ALUR y, más recientemente, en los nuevos proyectos de hidrógeno verde y la producción de HVO y SAF, encaminados en esta última administración. Será política de Estado del próximo gobierno decidir cómo continuarán esos proyectos.

En el caso de Megal, la innovación en el mercado comenzó con la introducción de la Megalight, una garrafa liviana (que vacía pesa solo 5 kg), respondiendo a la necesidad de mejorar la calidad de vida de los trabajadores de las plantas, fleteros, distribuidores y consumidores finales, además de ser más amigable con el medioambiente. Actualmente, el promedio de peso de las garrafas de metal supera los 12 kg, es decir, que el peso total de la garrafa llena supera los 25 kg. Con la Megalight, el peso completo no supera los 16 kg, facilitando la movilidad sin afectar la salud. Además, en su transporte, la carga total de un camión es mucho más baja, lo que permite ahorros de combustible y reducción de emisiones. En la actualidad hay cerca de 70 000 Megalight en circulación, y nuestro plan es incorporar 10 000 garrafas adicionales por año.

También identificamos la necesidad de los consumidores de poder acceder al supergás las 24 horas del día, durante todo el año, en lugares seguros y de fácil acceso. Por eso encaminamos acuerdos comerciales, como con Macromercado para extender su oferta con sistemas automatizados, introduciendo los MegaLockers. La tecnología fue desarrolla por ProntoMetal en conjunto con Megal, otro ejemplo de cómo encaramos nuestros proyectos. Buscamos el desarrollo local con grupos nacionales que también apuestan a la innovación.

En nuestra planta, hemos invertido cerca de USD 1 millón para modernizar distintos aspectos de la producción con tecnología y desarrollo local. Todos estos nuevos productos y servicios requieren la aprobación de la URSEA, bomberos e intendencias. Como ya sabemos, estos procesos en Uruguay son lentos, a pesar de que siempre hemos contado con la mejor recepción de todas las autoridades involucradas.

Es fundamental que en nuestro país se establezcan procedimientos que permitan a la innovación transitar caminos más ágiles para su aprobación en el Estado.

 

¿Cómo ha cambiado la apertura del mercado uruguayo a la innovación y de qué manera identifican nuevas oportunidades?

En Uruguay, los cambios no siempre fueron aceptados fácilmente. Hoy, con la mayor facilidad para enterarnos de lo que pasa en el resto del mundo, vemos una mayor apertura en el mercado para aceptar “cosas nuevas y diferentes” a las habituales. Para las empresas, la clave es mantenerse con los oídos y ojos bien abiertos: son los propios consumidores quienes nos muestran y expresan lo que necesitan. Las innovaciones que hasta ahora hemos introducido en el mercado han resultado de necesidades concretas mencionadas por los usuarios. “¡Qué pesada la garrafa, que sucia, que fea! Rompen las ruedas de las estufas y manchan el piso de la cocina”. Estas quejas, que escuchábamos en todos lados, nos hicieron notar que no podíamos seguir ofreciendo el mismo producto de los últimos 60 años.

«En Uruguay, los cambios no siempre fueron aceptados fácilmente. Hoy, vemos una mayor apertura en el mercado para aceptar cosas nuevas y diferentes».

De la misma manera, escuchamos cómo muchas personas se quedan sin gas a cualquier hora o en días feriados, y también los distribuidores enfrentan dificultades para entregar en esos momentos. Por eso nos dispusimos a acercar soluciones como los MegaLockers.

Nuestro próximo paso será la implantación de chips en las garrafas. La Megalight ya cuenta con este dispositivo, lo que permite implementar la trazabilidad y, por ende, la seguridad de la garrafa, sin comprometer la identidad de la marca. La inversión total para chipear todo el parque no supera los USD 3,5 millones.

 

El aspecto más importante para una visión innovadora es saber observar y escuchar lo que necesita un mercado. Y, no menos importante, estar dispuesto a invertir.

 

¿Cómo lográs mantenerte al día con los avances tecnológicos a nivel global y qué aprendizajes esperás llevar contigo para seguir impulsando el desarrollo energético de Latinoamérica?

En primer lugar, nuestro esfuerzo se ha dirigido a contar con un equipo de profesionales de primera línea en las distintas áreas del negocio, generando un constante relacionamiento de cada parte para compartir el conocimiento y que no quede aislado en sectores. Además, contamos con una red internacional muy importante que nos permite estar al tanto de lo que ocurre en el mundo e intercambiar ideas y opiniones.

Promovemos la formación de todos los trabajadores, ya sea en planta, mantenimiento o gerencias. Es importante que todo el personal esté motivado y actualizado. Con las herramientas que disponemos hoy, se ha facilitado enormemente el contacto y comunicación con los desarrolladores de nuevos productos en el mundo.

Por otro lado, tenemos un contacto permanente con muchos fabricantes de envases, válvulas y accesorios, y estamos siempre atentos a las mejoras que pueden implementarse. Actualmente, con la automatización y la IA, pueden mejorarse muchos procesos, logrando mejoras significativas en los costos. Este tipo de inversión deberá ser coordinado con la administración nacional, ya que, como es sabido, tiene repercusiones inmediatas en el nivel de empleo. Este es otro desafío que deberemos afrontar en un futuro cercano, ya que las inversiones en este rubro son abordables, y las tecnologías ya están disponibles en el Mercosur.

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