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Hacer Empresa

¿Cómo generar una propiedad psicológica en las empresas familiares?

El equilibrio entre familia y empresa es difícil de alcanzar. Para que exista, hay que comprometer a las nuevas generaciones con el futuro de la empresa y la propiedad psicológica es un factor clave para lograrlo.

A lo largo de estos años de investigación y trabajo en el área de las empresas familiares, he podido observar cómo algunas de estas empresas logran alcanzar estados de armonía familiar y buen desempeño económico y cómo otras, en cambio, continúan estancadas buscando el deseado equilibrio entre familia y empresa. Y, aunque dicho balance es anhelado por gran parte de las empresas familiares, llegando a convertirse en una meta y un propósito a conseguir por sus miembros, no siempre es alcanzado. Esto me ha llevado a reflexionar sobre las razones por las cuales el balance entre los desempeños económicos y familiares no es un estado común en empresas de este tipo.

¿Por qué hemos logrado encontrar empresas familiares en las que miembros de la segunda y tercera generación están comprometidos con el desarrollo y futuro de la empresa, se involucran en las decisiones, invierten su tiempo en conocer más sobre la empresa y además contribuyen a forjar un ambiente de armonía familiar? Por otro lado, ¿por qué existen empresas familiares en las que la dinámica familiar es disfuncional, el compromiso de sus miembros es escaso, no hay intención de construir un legado y el ciclo negativo que se desarrolla en la familia también se percibe en la empresa?

Parte de la respuesta se encuentra en la presencia del concepto propiedad psicológica en los miembros de una empresa familiar. Este término está definido como el estado en el cual los individuos sienten como suyo algo, ya sea material o no (Pierce et al., 2001). Esto significa que las personas pueden desarrollar sentimientos de propiedad psicológica hacia un trabajo, una empresa, un inmueble, una relación, una idea, un proyecto, entre otros.

La propiedad psicológica está relacionada positivamente con el compromiso con la organización.

La propiedad psicológica tiene importantes efectos dentro de las organizaciones. Investigaciones han resaltado cómo esta propiedad está relacionada positivamente con el compromiso con la organización, buenos desempeños económicos, responsabilidad, satisfacción en el trabajo, buen ambiente laboral y comportamientos orientados a un trabajo en equipo (Md-Sidin et al., 2010;). Sin embargo, otros estudios han sugerido que también puede presentar comportamientos negativos como resistencia al cambio, posesión extrema y comportamientos agresivos que atentan contra las normas de los grupos (Pierce et al., 2003).

Es así como, en la medida en que la propiedad psicológica cuente con los niveles adecuados, los empleados de una organización pueden sentirla como suya, desarrollarán compromiso sobre sus roles dentro de la firma y se sentirán motivados a actuar para cumplir con las metas de la organización.

¿Cómo se genera la propiedad psicológica en la empresa familiar? Según Pierce et al. (2001) existen tres rutas que promueven la propiedad psicológica en los miembros de una organización. La primera de ellas es el ejercicio del control, es decir, se analiza el grado de control que una persona ejerce sobre la empresa. Por lo tanto, se analiza qué tanto control puede ejercer un accionista miembro de la familia en su empresa familiar o en el rol que desempeña dentro de su empresa. La generación de propiedad psicológica está directamente relacionada con que un individuo sienta que puede ejercer control sobre su empresa (Tuan, 1984).

Cuanto mayor conocimiento tengan los accionistas familiares de su empresa, mayor será la identificación que sientan.

La segunda ruta es tener conocimiento sobre la empresa. La cantidad de información y conocimiento que un individuo tiene sobre la organización afecta los sentimientos que tiene sobre esta, ya que este conocimiento les permite identificarse a sí mismos con la empresa (Pierce et al., 2001). Esto sugiere que cuanto mayor conocimiento e información tengan los accionistas familiares de su empresa, mayor será la identificación que ellos sientan con la organización.

La tercera ruta es invertir en la empresa familiar. Esta inversión se refiere al tiempo, esfuerzo y dedicación que le imprime el accionista familiar a los temas relacionados con la empresa. Cuando se invierte tiempo y esfuerzo en algo, se genera un sentimiento de propiedad sobre ese algo, ya que el individuo siente que invirtió parte de su ser en desarrollar la empresa familiar.

Por lo tanto, si este concepto se aplica a las empresas familiares, la propiedad psicológica que puedan experimentar los accionistas de la empresa puede tener un efecto positivo en este tipo de firmas debido a la influencia que ellos ejercen (Mazzola, Marchisio, & Astrachan, 2008).

 

Las dinámicas familiares y la propiedad psicológica

Aunque las dinámicas familiares pueden ser definidas de diversas maneras, en este artículo estas dinámicas se refieren a aquellas experiencias que los miembros familiares comparten entre ellos y como familia en relación con aspectos de la empresa. Dentro de estas dinámicas se incluyen las actividades que ayudan a los miembros de la familia a aprender sobre su familia, su propiedad y su empresa.

En organizaciones de tipo familiar, estas dinámicas entre sus miembros tienen un impacto importante en la estrategia de la firma, ya que su formulación e implementación incluye los valores y principios de la familia. Es así como el compartir valores es una dinámica que muestra qué temas son importantes para la familia, guía los objetivos a lograr, ayuda a construir un legado y contribuye al éxito de la empresa familiar (Koiranen, 2002). Estas dinámicas familiares también son relevantes porque motivan a las generaciones más jóvenes a interesarse por la empresa, promueven iniciativas de emprendimiento y, en general, los lleva a conocerse mejor como miembros de familia.

Los hijos modelan sus comportamientos a partir de observar los de sus padres.

De acuerdo con la Teoría Social del Aprendizaje (Bandura, 1977), los individuos aprenden a través de la observación e imitación de los comportamientos realizados por otros y de las consecuencias de esos comportamientos. Mediante esta teoría se explica que los hijos modelan sus comportamientos a partir de observar los comportamientos de sus padres.

Dentro del contexto de la empresa familiar, en donde la familia y las interacciones entre sus miembros juegan un rol importante, la Teoría Social del Aprendizaje nos permite entender cómo los comportamientos son aprendidos por observación e imitación, transmitiéndose de padres a hijos en un contexto familiar y, a su vez, cómo ese entorno familiar influye en los comportamientos individuales. Estas dinámicas influirán en la forma en la que el accionista familiar ejerce control sobre su empresa, obtiene mayor conocimiento y decide invertir tiempo y esfuerzo en ella.

 

Un estudio exploratorio

Para entender cómo las dinámicas familiares pueden ayudar a promover la propiedad psicológica en los miembros de una empresa familiar, INALDE Family Business Center (2013) realizó un estudio con 20 empresarios familiares colombianos de segunda, tercera y cuarta generación. Todos los participantes estaban involucrados en cargos de dirección o gobierno en su empresa familiar y contaban con propiedad legal de su empresa. Durante las entrevistas se les preguntó sobre sus dinámicas familiares, la forma en que se relacionaban entre sí como familia, cómo ejercían control sobre la empresa, cómo obtenían conocimiento sobre su negocio y cómo invertían su tiempo y esfuerzo en la empresa.

Las dinámicas familiares crean oportunidades para que los miembros de la familia tengan claro qué puede esperar de la empresa.

¿Qué encontramos? Primero, las dinámicas familiares crean oportunidades para que los miembros de la familia estén de acuerdo con las expectativas que se tienen sobre la empresa familiar y su participación en ella, es decir, que cada uno tenga claro qué puede esperar de la empresa. Esto motiva a los accionistas a invertir su tiempo y esfuerzo en la empresa y a seguir conociéndola más. Por otro lado, también clarifica el rol de control que cada uno ejerce en su área de trabajo. Es así cómo, a través de las reuniones enfocadas a tratar temas de la familia, del negocio y de la propiedad, la interacción entre los miembros familiares y las dinámicas derivadas de esta interacción permiten activar la intención de control, conocimiento e inversión en la empresa familiar, lo cual conduce a experimentar propiedad psicológica.

Segundo, las dinámicas familiares crean espacios en los que los miembros de la familia pueden comunicar e interactuar sobre diferentes temas de la empresa. Estos espacios ayudan a conocer los diferentes puntos de vista que se tienen sobre la firma, a conocer a los propios miembros de la familia y a contar con un proceso de toma de decisiones más ágil, lo cual genera unidad familiar. Estas características promueven en los accionistas familiares su intención de invertir su tiempo y esfuerzo en la empresa y conocer mucho más sobre ella, logrando promover el sentimiento psicológico hacia la propiedad.

Tercero, las dinámicas familiares promueven el sentido de responsabilidad, honestidad y confianza entre los miembros de la familia. Estos valores ayudan a crear opiniones compartidas sobre el negocio y a respetar e incluir la posición de los demás miembros, lo cual invita a los accionistas a invertir su tiempo y esfuerzo en la empresa y conocer más sobre ella.

Cuarto, las dinámicas familiares crean oportunidades para compartir experiencias relacionadas con la familia y con la empresa en las cuales se socializan las frases enseñadas por los abuelos, resaltando los valores familiares. También se comparten aquellos ejemplos dados por los padres con los que se aprenden patrones de comportamientos que después se replicarán en la empresa y la familia.

Se puede observar, entonces, que aquellas interacciones entre los miembros de la familia, derivadas de las diferentes dinámicas familiares, contribuyen a que los accionistas se sientan a gusto invirtiendo su tiempo y esfuerzo en la empresa, obteniendo mayor información de la misma y ejerciendo control sobre su área de trabajo, todas rutas que generan la propiedad psicológica en empresas familiares.

¿Que implica esto para los empresarios familiares?

Es de vital importancia para las empresas familiares resaltar el rol de las dinámicas entre sus miembros como motivación para activar la propiedad psicológica. De esta manera, los empresarios familiares deben ser conscientes de la importancia que tiene para ellos mismos consolidar y abrir espacios para fortalecer estas dinámicas e interacciones.

En la empresa familiar, las buenas y malas prácticas se aprenden en casa, con las enseñanzas de los padres y con los valores fomentados por los fundadores. Como bien lo decían Gallo & Amat (2003), gran parte del éxito de las familias empresarias centenarias se basa en la transmisión de sus valores y principios a las nuevas generaciones. Finalmente, si las empresas familiares trabajan para fortalecer positivamente sus dinámicas familiares, se contará con espacios que inviten a los actuales y futuros accionistas a sentir que, además de tener la propiedad legal, la empresa también es de ellos, aportando responsablemente a su desempeño  como propietarios activos.

Bibliografía

Bandura, A. (1977). “Self-efficacy: toward a unifying theory of behavioral change.” Psychological Review, 84, 191– 215.

Gallo, M. A., & Amat, J. (2003). “Los secretos de las empresas familiares centenarias.” Bilbao: Deusto.

Gómez (2005). “¿Son iguales todas las empresas familaires? Caminos por recorrer.” Editoral Granica

Hofstede G. (2001). “Cultures consequences: International differences in work-related values.” SAGE, California.

Koiranen, M. (2002). “Over 100 Years of Age But Still Entrepreneurially Active in Business: Exploring the Values and Family Characteristics of Old Finnish Family Firms.” Family Business Review, 15 (3), 175-187.

 

Mazzola, P., Marchisio, G., & Astrachan, J.H. (2008). “Strategic planning in family business: A powerful developmental tool for the next generation.” Family Business Review, 21(3), 239-258.

Md-Sidin, S., Sambasivan, M., & Muniandy, N. (2010). “Impact of psychological ownership on the performance of business school lecturers.” Journal of Education for Business, 85, 50-56.

Pierce, J. L., Kostova, T., & Dirks, K. T. (2001). “Towards a theory of psychological ownership in organizations.” Academy of Management Review, 26 (2), 298-310.

Pierce, J. L., Kostova, T., & Dirks, K. T. (2003). “The state of psychological ownership: Integrating and extending a century of research.” Review of General Psychology, 7(1),84–107.

Tuan, Y. (1984). “Dominance and affection: The making of pets.” New Haven, CT: Yale University Press.

Autor

Ph.D. en Economía y Administración de Empresas, Universidad de Jyväskylä; Executive MBA, INALDE Business School; politóloga Pontificia Universidad Javeriana; profesora del Departamento de Dirección General de INALDE Business School.

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