Revista del IEEM
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¿De qué hablamos cuando hablamos de personal branding?

Qué es la marca personal y seis pasos para crearla

Hace unos días hablaba con un empresario que decidió contratar los servicios de HEP!C (mi empresa de Content Marketing) para potenciar la marca personal de las personas clave de su organización.

Me dijo con total convicción: “Si potencio a las personas, también estoy potenciando a mi empresa”.

Me voló la cabeza.

No porque no crea en ello, sino porque no había escuchado a nadie en esta zona del mundo expresarlo de forma tan contundente.

Más bien los empresarios “temen” que sus colaboradores se hagan más conocidos porque piensan que de esa forma querrán ser independientes o serán tentados por otras organizaciones que les ofrezcan sueldos más altos. Spoiler alert: esto pasará de todas maneras, si no están felices o no sienten que trabajan con un propósito.

Pero quienes piensan así se olvidan de que las personas no hacemos negocios con empresas. Hacemos negocios con personas. Compramos a la vendedora de la tienda física con la que establecemos una relación empática, confiamos en el consultor o personal trainer que creemos sabe del tema y que se preocupará por nosotros, e incluso compramos tecnología en una empresa porque sentimos que el fundador tiene nuestros mismos valores.

De hecho, vivimos en un mundo que está hambriento de confianza. Las investigaciones de consultoras como Edelman muestran que la confianza en las empresas, el gobierno y los medios de comunicación ha caído en picada. Y entonces, ¿en quién confía la gente? En otra gente. En los fundadores. En expertos técnicos. En influencers. En sus amigos y vecinos.

Por lo tanto, ¿cómo puedes generar confianza en tu empresa cuando nadie quiere ver o confía en tus anuncios? La respuesta es sencilla. Eleva la confianza en las personas que componen la empresa.

Hoy el personal branding también debe ser parte de la estrategia de marketing de las empresas.

Por eso hoy el personal branding también debe ser parte de la estrategia de marketing de las empresas. Ya sea la marca personal de los colaboradores, como del propio fundador.

De hecho, hace pocas semanas se publicó Founder Brand: Turn your story into your competitive advantage, un libro en el que Dave Gerhardt cuenta cómo basó la estrategia de la tecnológica Drift en la marca personal de su fundador, David Cancel.

Dave dice: “Si el objetivo del marketing es hacer las ventas más fáciles, y para eso es necesario diferenciarse, no hay nada que pueda diferenciarte tanto como la historia del fundador de la empresa”. Basarse en la historia del fundador es una manera increíble de crear confianza y autoridad ya que, de hecho, el fundador suele saber mucho sobre el tema en cuestión.

Un fundador con una marca personal es un superpoder para tu área de marketing.

 

¿Para qué más sirve el personal branding?

Claro que este no es el único uso de la marca personal. También es fundamental para profesionales independientes que quieran vender sus servicios (e incluso cobrar más por ellos que sus competidores), o para personas que quieran obtener mejores oportunidades laborales (y también cobrar mejor sueldo que otros en posiciones similares, gracias a la reputación que poseen).

Pero quise comenzar por el uso o la función menos obvia, que es justamente potenciar a las empresas, a través de las personas.

Ahora, ¿qué es personal branding?

Me gusta definir la marca personal como la idea que otros tienen sobre ti, a partir de las experiencias acumuladas en relación con tu persona. Toda la vida las personas tuvieron una reputación, generada a través de las interacciones directas que mantenían con otras personas, y también a través de los chimentos que corrían en las ferias, bares y pueblos.

La diferencia es que hoy, gracias a Internet, esa reputación puede generarse en personas que no nos conocen directamente y con las cuales ni compartimos una misma zona geográfica. Esas experiencias ocurren en el mundo virtual, mayormente a través de las redes sociales y cómo nos comportamos en ellas. Vale decir, lo que publicamos, comentamos y contenidos con los que interactuamos.

Cada foto, video o texto que subas estará creando una huella en quienes lo vean o lean.

Por eso es tan importante el contenido que generes. Porque cada foto, video o texto que subas estará creando una huella en quienes lo vean o lean. Y cuantas más personas te conozcan, y te “re-conozcan” por algo, más cerca estarás de tus objetivos, sean cuales sean.

 

¿Quiénes necesitan construir su marca personal?

Para mí, básicamente todos. A menos que vivas en una cueva, y a menos que no te interese prosperar, es fundamental.

Si eres parte de una organización, lograrás hacerla crecer a partir de la confianza que generes en el público. Si trabajas en un área comercial, vas a lograr más ventas, a partir de la autoridad que construyas alrededor del tema o vertical en que te mueves. Si eres un profesional independiente, generarás más clientes a partir de las personas que te conozcan y confíen en lo que ofreces. Si quieres obtener un mejor empleo, obtendrás más oportunidades a partir de lo que vean los reclutadores sobre ti, por ejemplo, en LinkedIn.

De hecho, tengo una amiga cercana que quiso pasar del mundo del periodismo al del marketing de contenidos. Y pensó, ¿qué puedo hacer para lograrlo? Decidió empezar a publicar semanalmente contenido interesante sobre la temática en LinkedIn. A los ocho meses, había conseguido un puesto de Content Manager en la empresa de sus sueños, ¡nada más ni nada menos que en Londres!

Si estás comenzando una startup y quieres captar inversiones, también será clave.

Y, por último, pero no menos importante, quienes quieran lograr que personas talentosas se quieran sumar a su organización, tendrán que gestionar la marca personal. Los jóvenes cada vez más quieren trabajar en empresas en las que sientan que hay líderes carismáticos de los que van a poder aprender. Incluso estarán dispuestos a sacrificar sueldo o retribuciones mayores si sienten que ganarán en experiencia y mentoreo que los impulsará para sus planes futuros.

Todo bien, pero…

Algunas personas consideran que la idea de marca personal es vana y narcisista. Y que es todo lo que está mal en el mundo actual. Pero intentar ser reconocido y considerado una autoridad en un tema no tiene nada de malo. Se trata de amplificar tu mensaje y lo que representas. No se trata de ser alguien que no eres. No se trata de inventarte un personaje. No se trata de comunicar algo en lo que no crees, sino de sacar brillo a lo que ya eres y ya sabes. Y de lo que seguirás aprendiendo cada día, porque hoy vivir en modo learning es la única forma posible de subsistir.
Querer ser alguien que no eres en la vida real tiene “patas cortas” y enseguida te llenarás de haters y detractores. Se trata de saber quién eres, qué valor puedes ofrecer a un grupo de personas, y ofrecerlo de manera genuina y consistente.

Y, de hecho, es el mejor paracaídas que puedes construir para enfrentar épocas adversas. Tu marca personal es y será una ventaja permanente y sostenible.

 

¿Cómo crear una marca personal?

Lo primero que tienes que saber es que requiere tiempo, dedicación y esfuerzo. Tener una marca personal reconocida es un privilegio que se gana.

Para lograrlo te propongo seguir estos seis pasos:

 

  1. Define qué quieres conseguir

Ten claro qué es lo que estás buscando en primer lugar. Seguramente algo relacionado con las situaciones que mencioné antes como un mejor empleo, más ventas, etc.

 

  1. Define en qué nicho o área te quieres posicionar como experto

Este segundo punto seguramente esté relacionado con tu profesión o el área en la que trabajas: marketing, tecnología, ciberseguridad, arquitectura, etc. Importante: cuanto más específico el nicho, menos competencia y más posibilidades de diferenciarte. Por ejemplo, no es lo mismo ser un experto en marketing, que en marketing de contenidos o en copywriting.  Idealmente debería ser un tema que te apasione. Y si es un nicho que no está abarrotado, mucho mejor. Si puedes encontrarle un ángulo que lo haga especial, ¡voilá!

 

  1. Define quién es o será tu audiencia

Según tus objetivos, deberás definir quiénes quieres que sean los receptores de tu mensaje. ¿Head hunters? ¿Empresarios que puedan contratar tus servicios? ¿Jefes de logística? ¿Los CEO de startups tecnológicas?

 

  1. Decide en qué plataforma vas a comenzar

Sí, es genial estar en todos lados. Tener un podcast, un newsletter, una gran comunidad en Instagram, otra en TikTok y otra en LinkedIn. Pero no es fácil, y menos al comienzo. Elige la más adecuada para tus necesidades y empieza por ella. Es clave elegir aquella en la que está la mayor parte de tu público. Una vez que hayas logrado consistencia y empieces a ver resultados, puedes ampliar o expandirte a otras.

 

  1. Define tu tono de voz e identidad visual

Ya que muchos de tus contenidos tendrán un componente visual, es recomendable que tomes ciertas decisiones de branding, como tipografías y paletas de colores de forma que quienes vean tus mensajes comiencen a acostumbrarse a ellos, los reconozcan y los identifiquen contigo. La repetición es la técnica de persuasión más poderosa que existe.

 

  1. Crea un plan de contenidos y ejecútalo en forma consistente

Este probablemente sea el punto más difícil, ya que implica saber de qué hablar y, sobre todo, hacerlo con frecuencia. Porque nada te asegurará mejores resultados que la consistencia. Define los territorios, temas y categorías de contenidos y trata de producir contenidos en lote, en diversos formatos. A la hora de distribuirlos, te recomiendo dejar programados gran parte de ellos varias semanas hacia adelante, utilizando plataformas como Buffer o Metricool. A muchas personas les cuesta el paso de arrancar a generar contenido. Una opción para lanzarte es que sigas hashtags con las temáticas que te interesan y que comentes en las publicaciones de otros sobre esas temáticas. Esto te facilitará empezar a generar contenido ya que tendrás referencias y ya vas a haber empezado a «generar» contenidos en esos comentarios

 

¿Cómo saber si funciona?

Muchas veces me hacen esta pregunta. ¿Vale la pena el esfuerzo? ¿Cuánto tiempo demoraré en ver resultados? Por supuesto que no hay una única respuesta ni fórmulas matemáticas. Pero suelo responder que la mejor prueba soy yo misma. Muchas veces me pregunto, ¿cómo llegó esta empresa a contactarme para una consultoría? ¿Cómo esta empresa está confiando en HEP!C cuando la empresa existe hace tan poco tiempo? Y muchas veces la respuesta viene en frases como: “Recibo tu newsletter todas las semanas y me encanta tu mirada sobre el marketing”, o: “Leí tu libro y sé que sos la persona que podrá ayudarme”, o: “Tal persona me dijo que te siga en LinkedIn y así llegué a ustedes”.

Bonus track

  1. En LinkedIn hay más de 700 millones de usuarios activos y solo el 1 % produce contenido en forma consistente. No dejes de aprovechar la oportunidad que te brinda el universo.
  2. Sí, vas a sufrir de síndrome del impostor. Te vas a preguntar más de una vez, ¿quién soy yo para hablar de este tema? Cada vez que te surja esa pregunta sustitúyela por: ¿Qué valor puedo aportar a las personas que me leen o me siguen?
  3. No, no vas a agradar a todos. Ni vas a alcanzar a todos. Pero no importa. Tu público nunca son todos. Construye una comunidad o audiencia que confíe en ti e irá creciendo de forma orgánica. Se dice que una persona con 5000 contactos en LinkedIn está 90 % más cerca de conseguir sus objetivos que quien no los tiene.
  4. Sé real, auténtico, humano y vulnerable. Anímate a compartir historias personales. Cuenta tu día a día. Tus éxitos, pero también tus fracasos. Tus miedos y desvelos. Nadie quiere conectar con robots, las personas quieren conectar con otras personas que las inspiren y con las que se puedan identificar.

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