Revista del IEEM
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Más mujeres emprendiendo

Siete claves para estimular la participación de más mujeres en emprendimientos y cargos de liderazgo en la empresa.

Se ha demostrado en diferentes estudios que las empresas que cuentan con mujeres en sus directorios presentan una mayor rentabilidad. Y, sin embargo, existe una pronunciada brecha de género en puestos de liderazgo en las empresas, y esto no es exclusivo de Uruguay. Cuando hablamos de emprendimientos dinámicos, la brecha es aún mayor. Si bien este fenómeno viene disminuyendo, con una presencia cada vez mayor de las mujeres en puestos de decisión en empresas y emprendimientos, todavía queda mucho por hacer para lograr un equilibrio. Este balance debe lograrse no solo porque es justo, sino porque además es beneficioso para la sociedad en su conjunto.

La tendencia es que los emprendimientos liderados por mujeres sean de naturaleza menos ambiciosa en cuanto a innovación y crecimiento, con honrosas excepciones. No es fácil ni rápido para las mujeres conquistar los espacios que, por diferentes motivos (en los que no voy a profundizar aquí), están reservados mayoritariamente a los hombres. Pero hay acciones que podemos encarar quienes tomamos consciencia de este problema. Lo primero es reconocer los sesgos de género en todos nuestros ámbitos, tanto laborales como domésticos, educativos, deportivos, etc.

Si bien no veo posible cambiar estas situaciones en forma radical e inmediata, en mi carrera profesional y emprendedora he podido experimentar cómo determinadas acciones generan efectos positivos y multiplicadores. Paso a detallar qué cosas podemos hacer (mujeres y hombres) para estimular la participación de más mujeres tanto en emprendimientos de alto impacto y crecimiento como en cargos de liderazgo en la empresa.

Si solo vemos el éxito en un tipo de personas con el que no nos identificamos, difícilmente vamos a creer que es posible lograrlo.

  1. Visibilizar modelos de rol

Si solo vemos el éxito en un tipo de personas con el que no nos identificamos, difícilmente vamos a creer que es posible lograrlo. Si vemos modelos de rol de mujeres en puestos de liderazgo, estaremos dando el mensaje de que para lograr el “éxito” no importa el género, si se tienen las condiciones y la preparación. Si pensamos en personas exitosas o íconos, en todos los ámbitos empresariales, tecnológicos, científicos, etc., el gran porcentaje serán hombres. En congresos, eventos y conferencias es necesario que haya diversidad. No siempre sucede. Visualizar y cambiar esta situación es una primera acción con impacto positivo.

 

  1. Generar redes de contactos (y de contención)

Muchas veces las mujeres no dedicamos la energía requerida a generar y mantener redes de contactos profesionales, no fomentamos el networking. Los hombres lo hacen más naturalmente. El networking es imprescindible para crecer a nivel profesional y, a nivel de emprendedores, para generar oportunidades para nosotros mismos y para el resto. Esto debería verse como parte del trabajo. Aunque quizá no se vean los resultados a corto plazo, es fundamental crear esas redes, tanto para conseguir objetivos concretos como clientes, inversores y talento para trabajar con nosotros, como para lograr el crecimiento personal que surge de conocer gente que piensa diferente. Es lo que hace a la innovación.

En la región hay un ecosistema emprendedor que brinda grandes oportunidades y recursos de ayuda a los emprendedores.

  1. Aprender a pedir ayuda

En la región hay un ecosistema emprendedor que brinda grandes oportunidades y recursos de ayuda a los emprendedores. Solo hay que animarse, acercarse y pedir ayuda. Y también acercarse para brindar ayuda a otros emprendedores. Es la forma de crear valor. En esta época, además, hay muchas instituciones de apoyo con lente de género. Hay que aprovechar estas oportunidades.

 

  1. Vencer el “síndrome del impostor”

Sheryl Sandberg, COO de Facebook, en su libro Lean In (que se volvió movimiento) habla de este síndrome que ataca más a las mujeres que a los hombres. Es el sentimiento de no estar preparados para algo cuando en realidad lo estamos. Hay que vencerlo, y “sentarse a la mesa”. La propia Sheryl, una de las mujeres más poderosas de Estados Unidos y quizá del mundo, dice que se obliga a incluirse en reuniones aun cuando no la invitan, y a formar parte de la conversación (y dice que todavía le sucede). No debemos autoexcluirnos: todos y todas tenemos algo valioso para decir en muchas ocasiones. Es necesario que nos permitamos hablar. Tenemos que insistir para que nuestra voz sea escuchada, aun en ambientes predominantemente masculinos.

Tenemos que insistir para que nuestra voz sea escuchada, aun en ambientes predominantemente masculinos.

  1. Apuntar alto y delegar

El talento está distribuido en forma homogénea, es decir, que tenemos talento independientemente del género y de las circunstancias. Debemos reconocer nuestros puntos fuertes, y complementarnos en nuestros puntos débiles. Muchas veces las mujeres creemos que debemos resolver todo nosotras y nos cuesta delegar. Para poder crecer y avanzar debemos buscar equipos complementarios, y no intentar resolver todo por nosotras mismas.

 

  1. Promover la educación

Muchos emprendimientos femeninos carecen de expertise en finanzas, costos u otras disciplinas consideradas más “duras”. Las emprendedoras deben formarse en estas áreas, aunque tengan profesionales que se ocupen de las finanzas y la contabilidad. Si bien no es necesario ser expertas en todo, es bueno poder entender informes y balances para tomar decisiones informadas. También es clave capacitarse continuamente ya que, particularmente en tecnología, hay enormes oportunidades y poca participación femenina en la industria en todos los niveles. Esto a veces no se debe a decisiones informadas, sino a que muchas mujeres, niñas y adolescentes ni siquiera consideran acercarse a estas disciplinas. Eso hace que se pierda mucho talento y se pierdan muchas oportunidades de crecer y emprender con posibilidades de gran crecimiento. Hoy la formación está más disponible que nunca, tanto de forma online como presencial.

 

  1. Ser sponsor de otras mujeres

Para disminuir la brecha es necesario buscar mentores y sponsors (hombres y mujeres), y a la vez ser mentoras y sponsors de otras mujeres. Entendiendo como mentor a aquel que apoya en forma individual, y como sponsor a aquel que promueve públicamente en cuanto tiene la oportunidad, en congresos, charlas, eventos o en encuentros profesionales.

En definitiva, si tuviera que dar un solo consejo a emprendedoras y líderes actuales o futuras sería el de sumarse a grupos e instituciones de mujeres en busca de aportar, formarse e intercambiar. En Latinoamérica hay instituciones que están haciendo una diferencia en la región con resultados tangibles, como WeXchange y WeInvest, uniendo lo antes mencionado: redes de emprendedoras, inversoras, mentores y capacitación.

Estamos viviendo una época de grandes desafíos, pero también de grandes oportunidades, especialmente para las mujeres. No nos quedemos afuera, seamos protagonistas por el bien de toda la humanidad.

Autor

Cofundadora y directora ejecutiva de ThalesLab, mentora de Más Emprendedoras (OMEU)

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