Igualdad de género
Un derecho humano y un buen negocio
Gran cantidad de estudios demuestran que la igualdad de género —además de ser un derecho— es muy buena para los negocios. Por ejemplo, un estudio de McKinsey (2013) encontró que, en América Latina, las empresas con participación de al menos una mujer en la junta directiva generaban 47 % más ganancias que las que tenían una junta directiva compuesta solo por hombres. Otro estudio —del Boston Consulting Group— confirmó que las empresas con mayor diversidad mostraron ser más innovadoras, generando un 38 % más de beneficio.
Asimismo, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres es clave para el desarrollo sostenible. Impulsar la igualdad de género continúa siendo estratégico, e incluso adquiere más importancia, en el contexto de la pandemia. Según estimaciones de McKinsey, no tomar acciones con enfoque de género ante el impacto del COVID-19, de forma tal que se amplíe la brecha en participación laboral entre hombres y mujeres, provocaría una disminución del PBI mundial en USD 1000 millones para 2030, en comparación a su valor si la afectación de la crisis hubiera sido equitativa.
En cambio, si en este momento se tomaran acciones que permitieran mejorar la igualdad de género, de tal forma que mejore en la próxima década, el PBI mundial podría ser USD 13 000 millones mayor en 2030, un aumento de 11 % respecto de un escenario sin tomar acciones.
La evidencia es clara y el trabajo articulado de las personas, los gobiernos, las empresas, la sociedad civil y el ecosistema emprendedor es clave para la construcción de un mundo con más igualdad y, en consecuencia, en la construcción de un mundo mejor, con igualdad de oportunidades para todas las personas.
En ese sentido, ONU Mujeres (Entidad de Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres), en alianza con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Unión Europea, implementa el programa «Ganar-Ganar: La igualdad de género es un buen negocio» para contribuir al empoderamiento económico de las mujeres, reconociéndolas como beneficiarias e impulsoras del crecimiento y del desarrollo. El programa busca un aumento del compromiso de las empresas privadas con la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, a través de la plataforma de Principios WEP (Women Empowerment Principles), que ya cuentan con la adhesión de más de 120 empresas uruguayas.
Dirigido a empresas lideradas por mujeres, redes y empresas con un compromiso activo por la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, el programa promueve vínculos comerciales, alianzas, acciones conjuntas e innovación entre mujeres de la Unión Europea y América Latina, al tiempo que apoya el diálogo y el intercambio interregional de buenas prácticas para aumentar la capacidad de las empresas en la implementación de negocios con igualdad de género.
El programa se implementa en seis países de América Latina y El Caribe (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Jamaica y Uruguay) y persigue tres objetivos principales.
Primero, contribuir al empoderamiento y liderazgo económico de las mujeres para un crecimiento sostenible, inclusivo y equitativo, aumentando la cooperación entre las empresas dirigidas por mujeres en Europa y América Latina, para ampliar las oportunidades y el acceso a los mercados. Para eso, hemos desarrollado alianzas con organizaciones y redes de mujeres de todos los países, y promovido capacitaciones y entrenamientos, espacios de intercambio entre mujeres de ambos lados del océano, así como también investigaciones para detectar las barreras y oportunidades para mujeres que quieren emprender. Se trata de visibilizar, conectar y potenciar a más mujeres en ambos continentes.
Muchas veces, un emprendimiento propio es la primera opción para que las mujeres tengan autonomía económica.
Desarrollar el espíritu emprendedor en más mujeres es fundamental. Muchas veces, un emprendimiento propio es la primera opción para que las mujeres tengan autonomía económica. Sin embargo, la tasa de emprendimiento varía radicalmente entre hombres y mujeres: en 2015, las mujeres representaban un 9 % de los emprendedores y los varones un 20 %. Según un estudio realizado por el Centro Ithaka de la UCUDAL en el marco del programa Ganar-Ganar, las principales barreras que enfrentan las mujeres en su desarrollo como empresarias o emprendedoras son: el cuidado de los hijos, las limitaciones autoimpuestas, el acceso al financiamiento, el trabajo no remunerado en el hogar y la falta de redes (tanto de apoyo como para los negocios). Desde 2018 también trabajamos para fomentar alianzas estratégicas con diferentes interlocutores para la generación de capacidades de mujeres empresarias y emprendedoras, así como también para el fortalecimiento de las redes de mujeres de Uruguay y su conexión con las de América Latina. Tal es el caso de los acuerdos de trabajo con OMEU, ANDE, Uruguay XXI y EMPRETEC, que incluyen capacitación, asistencia técnica e investigación.
El segundo objetivo es diseñar y adoptar un modelo sostenible con perspectiva de género para el involucramiento del sector privado en apoyo al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Dentro de esta línea, se espera que las empresas puedan adherir a los Women Empowerment Principles para incluir el enfoque de género en su gestión. Buscamos que las empresas mejoren sus capacidades para diseñar e implementar prácticas de igualdad de género y de incorporarlas genuinamente en su política y prácticas corporativas. Promovemos autodiagnósticos corporativos con enfoque de género, herramientas para gestionar y medir, manuales para orientar a las empresas para que incluyan la perspectiva de género en toda su estrategia: en la de gestión humana, en su cadena de valor, en su comunicación y marketing, y en la comunidad. Además, el proyecto contempla el fortalecimiento de capacidades en estos temas en el sector privado, el monitoreo y reporte de avances, así como también iniciativas de reconocimiento e intercambio de buenas prácticas y casos de éxito.
Hemos desarrollado diversas herramientas para generar conocimiento sobre lo que implica gestionar con enfoque de género.
Hemos desarrollado diversas herramientas, así como también talleres para líderes empresariales —para equipos multiplicadores y algunos enfocados especialmente en los hombres— para generar conocimiento sobre lo que implica gestionar con enfoque de género y qué pueden hacer las empresas. Algunas ideas en las que profundizamos son: promover la igualdad desde el más alto liderazgo a través de políticas que se comunican, publican, comparten y viven en la organización. Revisar la gestión de Recursos Humanos con enfoque de género: los procesos de reclutamiento y selección, los pipelines de desarrollo y la gestión del talento, la cantidad de mujeres en posiciones de liderazgo o con oportunidad de ser promovidas.
Buscamos promover la corresponsabilidad y la flexibilidad. También gestionar las compras con ese enfoque: promover a empresas lideradas por mujeres en nuestras cadenas de valor, en el entendido de que esto es mejor para ellas, pero también para sus familias, sus comunidades y la sociedad en su conjunto. Tener prácticas de marketing y comunicación sin sesgos, que derriben estereotipos. Evaluar a nuestros equipos en función de indicadores de gestión con enfoque de género. Medir, gestionar y planificar teniendo en cuenta estos “lentes de género” y sabiendo que empresas diversas son más creativas, más innovadoras, más rentables.
El tercer objetivo es impactar sobre los mecanismos de inversión establecidos en busca de modelos de financiación sostenible e innovadores para atraer inversiones del sector privado para la igualdad de género. En este sentido, el lanzamiento de la iniciativa “Inversiones por la igualdad” busca acelerar los procesos de inversión con enfoque de género entre diferentes stakeholders del mercado financiero: multilaterales, empresas, bancos privados, inversores ángeles, etc. La iniciativa tiene como propósito central ser un espacio de encuentro entre los actores del ecosistema de inversión innovadora para la promoción y movilización de inversión con enfoque de género. Para ONU Mujeres y para Ganar-Ganar, invertir con enfoque de género no solo es un imperativo ético fundamental, sino también un buen negocio que conlleva grandes beneficios económicos, impulsa impactos positivos en la igualdad de género e incrementa las oportunidades de acceso a capitales y financiamiento por parte de las mujeres.
Invertir con enfoque de género no solo es un imperativo ético fundamental, sino también un buen negocio.
El desarrollo sostenible es imposible sin la incorporación plena y sustantiva de todas las personas. Las mujeres somos aproximadamente el 50 % de la población mundial. Sin embargo, las brechas siguen siendo enormes y, lamentablemente, se han agudizado con la pandemia. Siguen siendo notorias las brechas entre mujeres y varones en todas las esferas de la vida (pública, laboral, social, económica, cultural y política), con grandes asimetrías en la participación de las mujeres en ámbitos de decisión, en la carga y distribución de los cuidados en el ámbito familiar, además de los altos índices de violencia que viven las mujeres en Uruguay y el mundo. Otras desigualdades de género que se acumulan a las ya persistentes son las desigualdades entre grupos de edad, áreas geográficas, brechas y expresiones de discriminación que afectan a las personas afrodescendientes y personas con discapacidad. No alcanzaremos un desarrollo sostenible sin la incorporación plena del 50 % de la población que somos las mujeres.
El trabajo articulado para promover iniciativas por la igualdad de género es clave para construir un mundo mejor, en el que todas las personas tengan las mismas oportunidades y gocen de los mismos derechos.
* Por más información sobre el programa y sus actividades pueden visitar la página en LinkedIn: www.linkedin.com/company/winwinprogramme o bien escribirnos a uruguay@unwomen.org
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