Revista del IEEM
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21 desafíos para 2021

Los retos a los que nos enfrentaremos en la nueva normalidad y que reconfigurarán el mundo del trabajo.

La crisis pandémica desató un vórtice en el mercado laboral, que está enfrentando fuertes perturbaciones. Estos cambios aceleraron el advenimiento del futuro del trabajo, que ya es hoy, y está aquí entre nosotros.

Según muchos expertos, el omnipresente VUCA, acrónimo que remite a un mundo cada vez más volátil, incierto, complejo y ambiguo, ha quedado corto para explicar lo que está sucediendo, y está siendo reemplazado por un nuevo contexto denominado BANI, que está ganando más adeptos y que da cuenta de un mundo frágil (brittle), ansioso (anxious), no lineal (non-linear) e incomprensible (incomprehensible).

Ciertamente, se cierne sobre nuestros ojos la mayor transformación de la fuerza laboral desde la Segunda Guerra Mundial y los cambios son tan profundos que están generando una auténtica revolución de habilidades (la tan mentada Skilling Revolution de la que hablan los expertos en Davos). Las habilidades que estaban de moda antes de la pandemia ahora pueden estar obsoletas; y el cambio es rápido: incluso las habilidades más demandadas en la fase inicial de la crisis son diferentes de las que se demandan ahora y de las que se demandarán en el futuro.

El COVID-19 comenzó como una crisis sanitaria y se está convirtiendo en una crisis económica y social, con múltiples ramificaciones. El trabajo literalmente abandonó las oficinas y las industrias enteras se están transformando a velocidades nunca vistas.

A continuación, expongo algunos de los retos más significativos a los que nos enfrentaremos en la nueva normalidad y que reconfigurarán el mundo del trabajo.

 

“El Gran Reinicio”

Bajo este lema, precisamente, es que se va a desarrollar la agenda del Foro Económico Mundial, en un momento crucial para el mundo. El 2021 será recordado como el año del gran reseteo, ya que las personas volveremos a replantearnos nuestros propósitos, metas personales, espirituales, de empleo y de salud. Es imperioso un nuevo inicio, con nuevos valores y un nuevo mindset, de conformidad con la nueva realidad.

Estamos ante una ventana única para el cambio y este es, posiblemente, el reto más importante de todo el puzle. Las decisiones tomadas en este tiempo serán clave para que el Gran Reinicio se convierta en una transformación sobre la que la humanidad pueda echar la vista atrás con orgullo —y quizá también con cierta consternación— , para superar la crisis y avanzar hacia el futuro.

 

La automatización y la digitalización

En los últimos años, los gobiernos, las empresas y los trabajadores comenzaron a dar prioridad al reciclaje y a la mejora de competencias para prepararse mejor para las alteraciones provocadas por la Cuarta Revolución Industrial. Es evidente que la pandemia aceleraró y acelerará la digitalización y la automatización en diferentes industrias y sectores. Esta situación exige nuevas inversiones y mecanismos para la mejora de las competencias y el reciclaje, tanto en lo relativo a las capacidades humanas como a las digitales. Según el estudio del Foro Económico Mundial, “The Future of Jobs Report 2020, para 2025 las horas de trabajo realizadas por máquinas y personas serán iguales. Alrededor de 85 millones de roles serán desplazados por la automatización, principalmente en roles repetitivos que abarcan tanto trabajos manuales como administrativos, desde trabajadores de fábricas de ensamblaje hasta contadores.

 

La revolución de habilidades

Según el Foro de Davos, las 10 principales habilidades del futuro son una mezcla de habilidades duras y blandas: pensamiento analítico y de innovación, aprendizaje activo y estratégico, resolución de problemas complejos, pensamiento crítico, creatividad, razonamiento y resolución de problemas, entre otros. Un reskilling para capacitarse para los roles del futuro requerirá una inversión de tiempo que oscila entre tres semanas y cinco meses.

Es urgente apoyar a los trabajadores desplazados y en riesgo en su camino hacia los trabajos de mañana.

Es urgente apoyar a los trabajadores desplazados y en riesgo en su camino hacia los trabajos de mañana. El momento actual brinda una oportunidad para que los líderes empresariales, gubernamentales y de políticas públicas centren sus esfuerzos comunes en permitir que los trabajadores prosperen en la nueva economía.

 

Home office

El shock que supuso el inicio de la pandemia aceleró la puesta en práctica de uno de los mayores experimentos sociales: el trabajo remoto a escala planetaria. Cuando llegó la pandemia aún eran muchas las empresas que se resistían a esta modalidad de trabajo. Con la fuerza de un tsunami, la pandemia hizo que, de la noche a la mañana, todas se vieran obligadas a incorporar de inmediato el teletrabajo. Son bien conocidos los beneficios de esta modalidad, que llegó para quedarse: mayor flexibilidad horaria, mejor balance entre la vida personal y laboral, supresión de costos de desplazamiento, ahorro de tiempo, descongestionamiento del tráfico, entre otros. Pero también existe “el lado B” del teletrabajo: mayor aislamiento, sedentarismo, pérdida de socialización y sentido de pertenencia, difuminación entre las esferas de la familia, el trabajo y el ocio, que ahora coinciden en un único dominio.

 

La oficina del futuro: el fin del escritorio permanente

Ya no necesitamos una oficina fija. Los trabajadores del conocimiento son cada vez más nómadas (knowmads) y la tecnología hace posible que podamos trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento. La pandemia ha cambiado el concepto de oficina y ahora los espacios de trabajo deberán transformase en una herramienta de gestión, adaptable a la cultura de la organización. La nueva oficina es estimulante, dinámica, flexible, ágil y sin jerarquías. Será un lugar de encuentro, para impulsar lo experiencial, la colaboración entre los equipos y potenciar la redarquía, frente a la jerarquía tradicional. Los antiguos edificios corporativos parecen estar en vías de desaparición y muy posiblemente en unos años serán vistos como los mamuts en extinción.

 

Los trabajos del mañana

Los trabajos de mañana se concentran, en gran medida, en las profesiones para el cuidado de las personas, el apoyo del planeta, la gestión de nuevas tecnologías y la comunicación de productos y servicios: la economía asistencial, la economía ecológica, las personas y la cultura, los datos y la inteligencia artificial, la ingeniería y la computación en la nube, el desarrollo de productos, las ventas, el marketing y el contenido.

 

La reconfiguración de la educación

Las personas deberán abrazar el cambio y ajustarse al aprendizaje de por vida. El learnability o la capacidad para aprender permanentemente será la única vía para mantenerse vigente en un mercado laboral cada vez más competitivo y en el que el ciclo de habilidades será cada vez más corto. La educación nunca será igual, las escuelas y las universidades se pasarán a un esquema híbrido. Tener un título académico seguirá siendo importante a la hora de postular para un trabajo, pero no será un requisito esencial en todos los casos. Son muchas las empresas que están contratando según las habilidades o conocimiento específicos del candidato para ejecutar el rol, aun sin el respaldo de un diploma.

 

La vacuna

A poco de comenzado el año, varios países ya han iniciado operaciones para la vacunación a gran escala de sus poblaciones. Dado que no es obligatoria, las empresas podrán optar por desarrollar estrategias de concientización o llegar a distintos acuerdos con los empleados. Lo cierto es que, al menos en el corto o mediano plazo, las empresas deberán aceptar que van a convivir personas inmunizadas que ya se vacunaron, con otras que no y esto traerá aparejado nuevas situaciones para regular el combo presencial-remoto.

 

Recolocación y reinserción

El apoyo activo hacia los trabajadores desempleados y en situación de riesgo será crucial para las empresas y los gobiernos. Muchas empresas ya han intensificado sus medidas para prestar apoyo a corto plazo y para recolocar rápidamente a los trabajadores suspendidos temporalmente o a los que han sido desvinculados.

 

Revalorizar los trabajos esenciales y mejorar la calidad del empleo

Los trabajadores clave subvalorados se han convertido en los héroes esenciales: nos atienden en hospitales, supermercados, fábricas, centros de distribución y entregan productos esenciales y no esenciales en todo el mundo. Resulta paradójico que nuestros trabajadores más esenciales se encuentren entre los menos remunerados. Es imperativo que los gobiernos, las empresas y los representantes de los trabajadores colaboren para liderar un nuevo cambio en las regulaciones de nuestros mercados laborales.

Es necesario tomar medidas urgentes para cuidar los empleos, la relación entre los empleadores y empleados, y ofrecer beneficios extraordinarios para brindar seguridad a los colaboradores y su entorno.

Generación de empleos versus destrucción de empleos

Según el informe del Foro Económico Mundial, la mitad de los trabajadores necesitará volver a capacitarse en los próximos cinco años, a medida que se afiancen los impactos económicos de la pandemia y la creciente automatización que transforma los empleos. Pero la misma interrupción tecnológica que está transformando los empleos también puede proporcionar la clave para crearlos, así como ayudarnos a aprender nuevas habilidades. El Foro estima que para 2025, 85 millones de puestos de trabajo podrían ser desplazados por un cambio en la división del trabajo entre los humanos y las máquinas. Pero pueden surgir aún más empleos —97 millones—  que se adapten mejor a la nueva división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos.

 

Las personas primero

Los sentimientos de aislamiento, estrés, miedo y ansiedad han sido un legado del COVID-19, y también lo serán nuestras reflexiones sobre el valor de la salud, el bienestar, la familia y la comunidad. Priorizar el bienestar emocional será una tarea fundamental para garantizar que las personas estén seguras, saludables y productivas.

 

Lo que los empleados quieren

Un estudio reciente de ManpowerGroup, “What workers want”, reveló que la principal preocupación de los trabajadores es mantener su empleo actual. Otros de los hallazgos de la investigación sugieren que, más allá de los temas de salud que siguen a tope, los trabajadores temen regresar a una forma antigua de trabajar, en la que perderían la flexibilidad que han ganado durante la pandemia. Por otra parte, ocho de diez apuntaron que deseaba un mejor balance entre la familia y el trabajo en el futuro. Finalmente, un 48 % de los encuestados cree que esto marca el fin de los horarios de 9 a 18 horas, y la mayoría prefiere ir de dos a tres días a la semana al lugar de trabajo.

 

Regreso seguro a la oficina

Las áreas de capital humano, o de People & Culture, juegan un rol preponderante en el liderazgo y apoyo a las personas para que emprendan un retorno seguro a la oficina. En muchos casos, dependiendo del momento de la crisis, las empresas han optado por volcarse a un sistema full home office. Sin embargo, para muchos puestos es crítica la presencia física y no hay manera de realizarlos de forma remota. Muy posiblemente, superada la fase crítica, transitaremos hacia un híbrido, en el que combinaremos toda la potencia del home office, con algunos días en la oficina para capitalizar los espacios de colaboración presencial. Para ello será extremadamente necesario que los líderes y el área de capital humano mantengan una estricta vigilancia en lo que hace al cumplimiento de los protocolos sanitarios, y den apoyo, tranquilidad, confianza y bienestar a los colaboradores.

 

El reto de la transformación digital

Es necesaria una rápida transformación digital para que las empresas con visión de futuro puedan aprovechar las oportunidades y no perder competitividad, y los directivos deben estar listos para liderar en la era digital.

Transformarse rápidamente puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Ya hemos atravesado disrupciones tecnológicas antes, pero ahora los ciclos son más cortos. Transformarse rápidamente puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso, y debe tratarse de un proceso continuo para que las organizaciones permanezcan a la vanguardia y sigan siendo competitivas. Las empresas que no inviertan una porción considerable de su presupuesto en nuevas tecnologías estarán hipotecando su futuro y su supervivencia.

 

Nuevos líderes

El liderazgo en pandemia es uno de los temas más urgentes en las empresas. Se necesitan líderes-coaches, más empáticos, que cumplan el rol de facilitadores dentro de sus equipos. Las personas en cargos de responsabilidad deberán subirse al tren de la tecnología y contar con herramientas de gestión para moverse tanto en ambientes presenciales como en remotos. Deberán sentirse cómodos con la ambigüedad y el cambio permanente. La curiosidad, la innovación, la creatividad y la capacidad para liberar el potencial de las personas serán un factor crítico de éxito. Las empresas deberán invertir en la formación de sus líderes para asegurar un buen desempeño de sus organizaciones.

 

Responsabilidad social, diversidad y sustentabilidad

La irrupción de las nuevas generaciones a la fuerza de trabajo ha tenido un fuerte impacto en la relevancia que tiene la marca empleadora. Los jóvenes se sienten atraídos por aquellas empresas que defienden una idea, un propósito o una causa justa. Empresas que invierten en programas de apoyo a las comunidades en las que se desempeñan, que son cuidadosas con el medio ambiente y defienden políticas de sustentabilidad, estarán en mejores condiciones para atraer y mantener a los mejores talentos.

 

Experiencia del empleado

El marco de referencia para solicitar un empleo es cada vez más parecido a la experiencia de compra en línea: personalizado, agilizado e impregnado de servicio al cliente. La mitad de los candidatos a nivel global (50 %) espera que sea tan fácil solicitar un trabajo como comprar productos y servicios en línea. Aun cuando la forma en la que buscamos trabajo es cada vez más parecida a la forma en la que buscamos zapatos, todavía queda mucho camino por recorrer ya que rara vez los equipos de talento están alineados con sus colegas de Marketing y Relaciones Públicas. Es imprescindible unir a estos equipos para crear una asociación que mejore la experiencia del candidato.

 

Aumento del desempleo y sustitución por IA

Las nóminas en las empresas se redujeron abruptamente y la necesidad de continuidad hizo que operaciones simples pasen a estar a cargo de IA. Ya veíamos la introducción de la IA en nuestra vida con la aparición, por ejemplo, de Siri o Alexa. Sin embargo, la adopción general y el efecto en el mercado laboral comenzará fuertemente en 2021. El futuro se aproximó a pasos agigantados y el efecto en el desempleo es una realidad. Es responsabilidad de los gobiernos, empleadores y colaboradores trabajar en conjunto para transitar este cambio de forma segura y humana.

Smart Working y KPI

El Smart Working alude a un nuevo marco de trabajo que consiste en brindar a los colaboradores todas las herramientas necesarias para alcanzar un nivel de rendimiento profesional óptimo, sin importar desde dónde trabajan. Esto implica un cambio de mentalidad radical, ya que, si bien este nuevo modelo de trabajo tiene muchas ventajas, también supone importantes retos. Se basa muy fuertemente en la confianza en el trabajador. Como contrapartida, resulta de gran transcendencia que los colaboradores conozcan con exactitud cuáles son sus objetivos y que cumplan con determinados indicadores clave de gestión. En este esquema el énfasis está más en los resultados que en el presentismo, lo cual implica mantener motivados a los colaboradores, promover la eficiencia en el trabajo, realizar una evaluación objetiva de su desempeño y conciliar su vida laboral, familiar y personal.

Hace ya 2500 años Heráclito de Éfeso sostenía que la única constante es el cambio. A lo largo de la historia de la humanidad, nada ha comprobado esa máxima como esta pandemia. La crisis ha dejado entrever más que nunca las desigualdades creadas por el sistema del pasado. Pero también nos ha hecho reflexionar a la fuerza sobre el valor fundamental del potencial humano.

Vivimos en tiempos de intensa fragilidad y en una realidad que a menudo resulta incomprensible. Quizá sea este el momento de retornar al capital más grande en nuestro haber: el elemento humano y su resiliencia, que ahora se revela como el valor más preciado y un auténtico antídoto contra el caos, quizá el único.

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