Revista del IEEM
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Las empresas de RR. HH. en la nueva normalidad

Las claves para asegurar un regreso seguro al trabajo y cómo crear un plan de acción para afrontar el contexto actual.

La crisis de salud a partir del COVID-19, y el cierre continuo de muchos mercados, ha generado retos incomparables para las personas y para las economías alrededor del mundo. Los gobiernos tienen ante ellos una incertidumbre sin precedente: ¿cuáles son las medidas económicas necesarias para apoyar a negocios y trabajadores en este momento? Empresas de todos los tamaños y de diferentes sectores luchan por sobrevivir, y muchas personas están perdiendo sus empleos en medio de la incertidumbre financiera.

Una cosa es clara: la pandemia está lejos de terminar y el impacto se hará sentir por varios años. El mundo del trabajo como lo conocemos jamás volverá a ser el mismo. Para amortiguar la recesión económica y el impacto en la habilidad de las personas para ganarse la vida, el mercado del trabajo y todas sus partes interesadas, deberán ajustarse rápidamente a la nueva realidad, una nueva normalidad en la que el distanciamiento físico y otras medidas estrictas serán una parte fundamental de todos los procesos de las empresas. Esto implica labrar un camino claro para una mayor flexibilidad con el personal, lo cual incluye trabajar de manera remota.

 

¿Cómo podemos aliviar la situación?

En primer lugar, debemos tener en claro cuál es el momento ideal para comenzar el retorno gradual al trabajo. En este sentido, la organización y la implementación de un regreso seguro es una preocupación esencial. El peligro de una segunda ola de infección se cierne sobre todos los países por igual. Si deseamos evitarla, es necesario una colaboración y coordinación que involucre a los distintos grupos, desde empleadores hasta gobiernos, sindicatos, instituciones y los propios trabajadores.

Estar conectados con lo que pasa en el resto del mundo es más imperativo que nunca. Debemos aprender de aquellos países que han hecho uso de las mejores prácticas para el regreso seguro y que han sabido implementarlas con éxito. Es natural que los trabajadores tengan dudas e incluso miedo a la hora de regresar al trabajo presencial; por eso debemos darles certezas dentro de lo posible.

Es que, sin un retorno gradual, el impacto negativo en la economía solo ha de agudizarse a mediano y corto plazo. La tasa de pérdida de empleo sufriría un aumento significativo. Por esta razón, los especialistas en RR. HH. están lanzando un llamado para unir fuerzas y de este modo facilitar, a empresas y trabajadores por igual, el retorno al trabajo de forma rápida y productiva, con garantías de seguridad para todos los involucrados.

 

¿Cómo se organiza un regreso seguro al trabajo?

Está claro que volver a las condiciones previas al COVID-19 no es una posibilidad. Nos enfrentamos a la nueva normalidad: el distanciamiento físico, las medidas pronunciadas de higiene y los protocolos de seguridad deberán cumplirse obligatoriamente.

Un sinfín de organizaciones se encuentran ahora en su momento más crítico. Intentan balancear de la mejor manera posible salud y seguridad, al mismo tiempo que sortean el impacto económico. ¿De qué manera puede un negocio reiniciar su actividad de forma responsable? Pues bien, en primer lugar, deberá alcanzar niveles aceptables de seguridad y salubridad. Afortunadamente, ya contamos con ejemplos de algunos sectores que han empezado a operar exitosamente bajo condiciones específicas y siguiendo protocolos de forma muy rigurosa (construcción, centro de distribución de alimentos, cuidado de la salud, transporte de carga, supermercados y demás). Podemos aprender de estos sectores a la hora de planificar un retorno seguro.

 

Crear un plan de acción para la nueva normalidad

La planificación contará con tres partes bien delineadas. En primer lugar, la identificación de posibles riesgos y los controles a tener en cuenta; luego, la evaluación y el desarrollo de un mapa y un plan de regreso al trabajo; y, finalmente, la implementación, medición, evaluación y ciclo de retroalimentación. Es un ciclo que no es posible si no se involucra a todos los grupos de interés y, específicamente, a las personas que trabajan en las empresas.

En lo que se refiere a la identificación de riesgos, será responsabilidad de las organizaciones categorizar aquellos riesgos eliminables, que apunten a disminuir la probabilidad de transmisión del virus a través de un esquema de trabajo remoto.

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Es de esperar que muchos empleados no estén dispuestos a regresar al trabajo a menos que se impongan los debidos protocolos de seguridad.

La segunda etapa (es decir, la creación de un plan de regreso al trabajo), se deberá caracterizar por varios aspectos. En primer lugar, es preciso involucrar a los colaboradores. Es de esperar que muchos empleados no estén dispuestos a regresar al trabajo a menos que se impongan los debidos protocolos de seguridad: es una postura tanto lógica como sensata.

Acordar un enfoque conjunto con todas las partes en lo que respecta a la conducta de distanciamiento es igualmente vital. Y un detalle no menor: capacitar a los gerentes y a sus equipos en la mejor forma de aplicar el regreso al trabajo y los protocolos de salud convenientes. Dicha capacitación debe ser ejercida de forma sistemática: en este sentido, la reiteración es el mejor recurso.

¿Qué hay de la etapa final? Pues bien, una vez que el plan y los tiempos estén claros y acordados, la implementación del plan será exitosa solo si se trata de un genuino esfuerzo de equipo con un alto grado de involucramiento en todos los niveles.

En esta etapa final se miden los controles de efectividad y se agendan sesiones regulares para obtener la retroalimentación de los empleados respecto a las sugerencias de mejoras que puedan tener. Y, por supuesto, es aquí cuando se implementan las correcciones pertinentes. Recordemos que esto se trata de un proceso dinámico: será preciso evaluar de manera constante si las medidas tomadas son las adecuadas para el propósito fijado y si son capaces de reajustarse rápidamente al devenir de los hechos. La pandemia no responde a nuestros deseos y somos susceptibles en todo momento a un refuerzo o relajación de regulaciones que no están del todo bajo nuestro control; por esto, debemos mantenernos flexibles y en alerta.

 

Protocolos de cuarentena

En primer lugar, se debe establecer un acceso controlado a las empresas. Para ello, es necesario establecer políticas de acceso al lugar de trabajo. Estas incluyen medir la temperatura al momento de ingresar al edificio y realizar chequeos de temperatura durante la jornada de trabajo. Si cualquier miembro de la empresa presenta el menor indicio de síntomas de COVID-19, es vital que la persona lo haga saber inmediatamente.

Al mismo tiempo que iniciamos el retorno paulatino al ámbito de lo presencial, no debemos descuidar la esencialidad del trabajo remoto.

Al mismo tiempo que iniciamos el retorno paulatino al ámbito de lo presencial, no debemos descuidar la esencialidad del trabajo remoto. Al contrario, es preciso impulsar el trabajo remoto en todos aquellos roles que no requieran presencia física de ningún tipo. Para este fin, ofrecer webinars en lo que concierne a liderazgo y mejores prácticas es una herramienta vital.

Un buen manejo de los horarios resulta clave. La creación de turnos diferenciados que permitan tiempos de receso y una mínima congestión en la empresa es necesaria hoy más que nunca. Se recomienda, además, dividir turnos y dispersar los lugares físicos de trabajo (por ejemplo, colocando los escritorios a una distancia prudente). Si existen grupos críticos de empleados que puedan correr más riesgos que otros, es necesario identificarlos y aislarlos para que corran el menor riesgo posible. Nunca hay que perder de vista los distintos planes de contingencia para los problemas que puedan surgir.

Ya se ha hablado mucho de los protocolos de higiene y salud que hay que tener en cuenta, pero nunca está de más remarcarlos. En primer lugar, se deben establecer políticas claras de distanciamiento físico que no dejen espacio a la duda. Los procedimientos diarios de desinfección son imperativos. Es necesario promover de manera obligatoria protocolos de higiene tales como el lavado de manos y el uso de mascarillas y de guantes entre los empleados. Se recomienda descontinuar el uso de artículos compartidos como lapiceras y teléfonos. Todas recomendaciones que pueden parecer banales y, sin embargo, son costumbres que resultan ser muy difíciles de desarraigar.

 

El rol social de las empresas de RR. HH.

Las empresas de RR. HH. también serán de gran ayuda en lo que tiene que ver con la nueva normalidad desde un punto de vista social. ¿Cómo? A través de la creación de puestos de trabajo dignos que aceleren el proceso de recuperación. Es de gran urgencia garantizar la transparencia en el mercado laboral teniendo en cuenta un balance entre oferta y demanda. Es conveniente incrementar la participación de los trabajadores a través de alianzas con servicios públicos de empleos. Hoy más que nunca hay que innovar.

Está en manos de las empresas brindar acceso a oportunidades de trabajo de calidad, incluso en una época tan incierta como esta.

Está en manos de las empresas brindar acceso a oportunidades de trabajo de calidad, incluso en una época tan incierta como esta. Hay que seguir actuando como guía en lo que concierne a learnability, el proceso de aprendizaje constante en pos de los trabajadores: esto es algo que la pandemia no puede ni debe destruir. Es necesario también facilitar el acceso a los outsiders, tanto nuevos como viejos, que dinamicen el mercado. Y, quizá lo más crucial de todo, brindar soluciones para un equilibrio entre vida y trabajo, una problemática que nunca se fue tan relevante como ahora.

Hoy más que nunca debemos ser originales. En la década pasada, hablábamos de la necesidad de adaptarnos al cambio. En 2020, el cambio se cierne sobre nosotros como una avalancha. En cierto modo, nos ha simplificado las cosas. Ahora se trata de navegar el cambio o aceptar la derrota. No hay una tercera opción.

Autor

Gerenta general de ManpowerGroup Uruguay

Comentarios (1)

  • Mariana Daza Palacios

    Excelente artículo. Saludos desde Colombia.

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