Revista del IEEM
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Retos y oportunidades de la reinvención profesional

La reinvención es una parte esencial de la vida. Este es un principio que se aplica no solo en la esfera personal, sino también en lo académico y profesional. Ya sea por una motivación propia o por la necesidad de sobrevivir y prosperar en un entorno dinámico que demanda adaptación, los momentos de cambio implican una ruptura con lo conocido que, necesariamente, nos enfrenta al desafío de volver a ser principiantes.

En los puntos de inflexión que definen nuestras trayectorias profesionales, las competencias transversales cobran una importancia todavía mayor a la que tienen cuando estamos dentro de los límites de lo que sabemos hacer. En esta columna compartiremos algunos datos del mercado de trabajo que subrayan la importancia de identificar y desarrollar estas competencias. También acercamos algunas reflexiones sobre los retos y oportunidades de la reinvención profesional.

Para empezar, ¿qué son las competencias transversales? La palabra “transversal” denota que estamos hablando de competencias que son aplicables en una diversidad de actividades y funciones. No son del dominio exclusivo de ningún campo del conocimiento y no se caracterizan por un alto grado de especificidad. En cambio, se trata de habilidades elementales que sirven para “jugar en todas las canchas”.

Los idiomas, los lenguajes de programación y las habilidades blandas como el liderazgo o el pensamiento lateral (crucial para la innovación) son ejemplos particularmente ilustrativos de este tipo de competencias.

La reinvención es una parte esencial de la vida. Este es un principio que se aplica no solo en la esfera personal, sino también en lo académico y profesional.

Su transversalidad, por definición, las hace más sustentables a lo largo del tiempo y menos susceptibles a volverse obsoletas por el desarrollo tecnológico en comparación con las habilidades técnicas. En gran medida, por esto el mundo educativo hace incansables esfuerzos por incluir en sus programas de formación este tipo de metahabilidades que van más allá de los contenidos académicos y buscan el desarrollo de metodologías autónomas de aprendizaje y actualización, que aseguren cierto grado de empleabilidad a los estudiantes frente las constantes disrupciones tecnológicas en el mundo del trabajo.

Las empresas necesitan esa capacidad de respuesta porque compiten en entornos cada vez más dinámicos y en mercados cada vez más globales. En Uruguay, siete de cada 10 oportunidades de empleo (71,5 %) demandan alguna habilidad transversal como parte del perfil de competencias que deben acreditar los candidatos a ocupar el puesto ofrecido. Esta medición se basa en el relevamiento de 65 812 anuncios de empleo que se publicaron en 2023, en 154 actividades distintas. En promedio, cada anuncio de empleo menciona cuatro competencias diferentes en la descripción del perfil de candidato que buscan[1].

El desarrollo de estas competencias puede funcionar como puente hacia nuevas actividades, ya que sirven para descubrir nuevos intereses, afinidades y campos de aplicación, a veces insospechados. En este sentido, desarrollarlas constituye una oportunidad de autoconocimiento y exploración personal, y de posible descubrimiento de una nueva vocación.

Los lenguajes de programación, por ejemplo, intimidan a muchas personas que no están familiarizadas con su práctica, porque durante décadas se instaló la idea de que se trata de un conocimiento exclusivamente aplicado en el ámbito del desarrollo de software. Sin embargo, los lenguajes de programación se utilizan con frecuencia para la automatización de tareas recurrentes y el procesamiento y análisis de datos fuera del ámbito estricto del sector TI. Por estas funciones, en particular, son requeridos en el ámbito empresarial (en áreas como inteligencia de negocios y finanzas) y en ámbitos tan diversos como la investigación académica, el diseño editorial o la meteorología.

La demanda de esta habilidad en el mercado laboral evidencia que las herramientas tecnológicas son valoradas en áreas de actividad más allá del área de las Tecnologías de la Información: en 2023 un 28 % de las oportunidades de empleo en Uruguay, es decir, más de uno de cada cuatro, demandaron algún conocimiento vinculado a la programación, a pesar de que los puestos estrictamente vinculados a funciones de TI (como desarrollo de software, seguridad informática e infraestructura) constituyen una parte comparativamente menor (19 %) de la demanda de empleo.

Como ventaja adicional, se trata de una habilidad cuyo aprendizaje es accesible: existen recursos gratuitos de muy buen nivel para principiantes. Python se destaca entre los lenguajes de programación más demandados, coincidiendo con el hecho de que es uno de los lenguajes más recomendados para principiantes por su versatilidad de aplicaciones. R y SQL, más específicos del ámbito de la gestión y analítica de datos, también se destacan entre los más demandados en Uruguay.

En Uruguay, siete de cada 10 oportunidades de empleo (71,5 %) demandan alguna habilidad transversal como parte del perfil de competencias que deben acreditar los candidatos a ocupar el puesto ofrecido.

Por último, las competencias transversales suman al momento de la postulación a empleos en áreas en las que aún no se cuenta con experiencia.

Aunque, por supuesto, la experiencia laboral en tareas similares al puesto al que se aspira es muy valorada, no son pocos los empleadores que están dispuestos a flexibilizar esta exigencia sobre el entendimiento de que la voluntad de aprendizaje y la actitud frente a las oportunidades de crecimiento son más valiosos que los conocimientos y destrezas operativas, ya que estos son rápidamente “entrenables” en la práctica laboral cotidiana, en cambio las actitudes “vienen con la persona”.

En efecto, las habilidades blandas (soft skills) son el tipo de competencias transversales más demandadas en el mercado laboral: más de un 50 % de los anuncios de empleo en 2023 hicieron mención a este grupo de habilidades, que involucran desde cualidades personales, como la creatividad y la responsabilidad hasta habilidades de tipo interpersonal y social, como el liderazgo y el trabajo en equipo.

En síntesis, las competencias transversales ayudan a trascender los límites de las habilidades técnicas, y no solo facilitan la adaptación en entornos laborales cambiantes, sino que también despiertan nuevas pasiones y horizontes de desarrollo. Y, pese a todas las novedades del mundo del trabajo, una verdad permanece inalterada: la curiosidad y la apertura al aprendizaje son cualidades destacadas de los grandes profesionales.

Referencias

[1] Estos datos y los que se comparten a continuación fueron extraídos del Monitor Laboral de Advice.

Autor

Aiuba González - Diego Estellano - Mauricio Milano

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