Revista del IEEM
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¿Qué es el Design Thinking?

Para qué sirve, cómo funciona y las cinco etapas que lo componen.

A muchos nos pasa que queremos innovar y no sabemos por dónde empezar. El Design Thinking es una metodología para generar soluciones innovadoras a través de un proceso probado que permite conectarse rápidamente con las necesidades de los clientes y testear con ellos posibles soluciones a sus necesidades.

La creatividad, junto con la innovación, son elementos que han venido interactuando en el entorno empresarial desde hace mucho tiempo. A medida que los mercados se hacen más competitivos, dichos elementos han tomado un papel protagónico. Por medio de estos, las organizaciones pueden desarrollar aquellas ventajas competitivas que les permitirán mantenerse con vida en el largo plazo. Hoy en día, solo aquellas organizaciones que involucran a la innovación dentro de su cultura son las que logran permanecer en el tiempo.

 

¿Para qué sirve?

Se utiliza para generar soluciones innovadoras para cualquier tipo de problema. Se basa en tres conceptos: la importancia de empatizar con el usuario, el trabajo de equipos interdisciplinarios y el prototipado rápido.

 

¿Quién lo usa?

El Design Thinking se empezó a desarrollar de forma teórica en la Universidad de Stanford en California (EE. UU.) en los años 70. Fue utilizado en el ámbito empresarial por primera vez con el nombre “Design Thinking” por la consultoría de diseño IDEO, siendo hoy en día su principal precursora.

Según Tim Brown, actual CEO de IDEO, el Design Thinking “es una disciplina que usa la sensibilidad y métodos de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas con lo que es tecnológicamente factible y con lo que una estrategia viable de negocios puede convertir en valor para el cliente, así como en una gran oportunidad para el mercado”.

Empresas como Apple, Google, IBM, IKEA y Zara lo utilizan. Al ser un gran motor para la innovación, se puede aplicar en cualquier campo. Desde el desarrollo de productos o servicios, hasta la mejora de procesos o la definición de modelos de negocio. Su aplicabilidad y sus límites dependerán de nuestra propia imaginación.

 

¿Qué es?

Es un método para generar ideas innovadoras que centra su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios. Proviene de la forma en la que trabajan los diseñadores de producto. De ahí su nombre, que en español se traduce de forma literal como “pensamiento de diseño”.

 

¿Cómo funciona?

El Design Thinking se desarrolla siguiendo un proceso en el que se ponen en valor tres características diferenciales:

  • La generación de empatía: hay que entender los problemas, necesidades y deseos de los usuarios implicados en la solución que estamos buscando. Independientemente de qué estemos desarrollando, siempre conllevará la interacción con personas. Satisfacerlas es la clave de un resultado exitoso.
  • El trabajo en equipo, ya que pone en valor la capacidad de los individuos de aportar singularidad y sus diferentes puntos de vista para formar un equipo interdisciplinario.
  • La generación de prototipos, ya que defiende que toda idea debe ser validada antes de asumirse como correcta. El Design Thinking propicia la identificación de fallos, para que cuando demos con la solución deseada, ya se hayan solventado.

Todo esto sucede en una atmósfera en la que se promueve lo lúdico. Se trata de disfrutar durante el proceso y, gracias a ello, llegar a un estado mental en el que demos rienda suelta a nuestro potencial.

Se trata de disfrutar durante el proceso y llegar a un estado mental en el que demos rienda suelta a nuestro potencial.

Durante el proceso se desarrollan técnicas con un gran contenido visual y plástico. Esto hace que pongamos a trabajar tanto nuestra mente creativa como la analítica, obteniendo como resultado soluciones innovadoras y a la vez factibles.

Para comenzar a utilizar la metodología es muy importante preparar cuatro puntos.

Primero, los materiales. Los usados en las técnicas de Design Thinking están al alcance de cualquiera. Conseguir rotuladores, hojas de papel, notas adhesivas, lápices de colores, pegamento y una cámara de fotos. Estas serán nuestras herramientas para promover la comunicación visual, que es fundamental en esta metodología. Una imagen vale más que mil palabras. Y lo que es más importante: una imagen puede evocar un sinfín de ideas, ya que da pie a la interpretación.

Segundo, el equipo. En el Design Thinking es imprescindible trabajar en equipo. Cuanto más diverso sea, mejor. Así podés sumar puntos de vista, conocimientos y experiencias. Debe haber al menos una persona con conocimientos sobre la metodología que guie el proceso. Y, aunque debe tener un núcleo estable de personas que participen hasta el final, se podrán sumar otras dependiendo de la fase en la que nos encontremos. Por ejemplo, en la generación de ideas o en la prueba de prototipos.

Tercero, el espacio. Durante el proceso es clave el espacio de trabajo, aunque también se desarrollan técnicas fuera de él. Buscar un sitio lo suficientemente amplio para trabajar en torno a una mesa, con paredes libres en las que pegar la información que se vaya recolectando. Hay que buscar un lugar luminoso e inspirador, que propicie el trabajo distendido y haga al equipo sentirse cómodo y con un buen estado anímico. Un espacio inspirador motiva a la innovación.

Por último, la actitud. En el Design Thinking es imprescindible la actitud. Debemos adoptar la «actitud del diseñador». Ser curiosos y observadores. En cualquier detalle podemos encontrar información trascendente. Debemos ser empáticos, tanto con las personas como con sus circunstancias. Ser capaces de ponernos en la piel del otro. Cuestionarnos el statu quo, y no cargar con prejuicios o asunciones. Ser optimistas y positivos. Perder el miedo a equivocarnos, y ver los errores como oportunidades.

 

Las cinco etapas del Design Thinking

El proceso de Design Thinking se compone de cinco etapas. No es lineal. En cualquier momento podrás ir hacia atrás o hacia delante si lo ves oportuno, saltando incluso a etapas no consecutivas. Comenzarás recolectando mucha información, generando una gran cantidad de contenido, que crecerá o disminuirá dependiendo de la fase en la que te encuentres.

A lo largo del proceso irás afinando ese contenido hasta desembocar en una solución que cumpla con los objetivos del equipo. Y, seguramente, incluso los supere.

  1. EMPATIZA

El proceso de Design Thinking comienza con una profunda comprensión de las necesidades de los usuarios implicados en el problema que estamos identificando y la solución que estemos desarrollando, y también de su entorno. Debemos ser capaces de ponernos en la piel de dichas personas para generar soluciones consecuentes con sus realidades.

  1. DEFINE

Durante la etapa de definición, debemos filtrar la información recopilada durante la fase de Empatía y quedarnos con lo que realmente aporta valor y nos lleva al alcance de nuevas perspectivas interesantes. Identificaremos problemas cuyas soluciones serán clave para la obtención de un resultado innovador.

A veces, las ideas más estrambóticas son las que generan soluciones visionarias.

  1. IDEA

La etapa de ideación tiene como objetivo la generación de un sinfín de opciones. No debemos quedarnos con la primera idea que se nos ocurra. En esta fase, las actividades favorecen el pensamiento expansivo y debemos eliminar los juicios de valor. A veces, las ideas más estrambóticas son las que generan soluciones visionarias.

  1. PROTOTIPA

En la etapa de prototipado volvemos las ideas realidad. Construir prototipos hace las ideas palpables y nos ayuda a visualizar las posibles soluciones, poniendo de manifiesto elementos que debemos mejorar o refinar antes de llegar al resultado final.

  1. TESTEA

Durante la fase de testeo, probaremos nuestros prototipos con los usuarios implicados en la solución que estemos desarrollando. Esta fase es crucial, y nos ayudará a identificar mejoras significativas, fallos a resolver, posibles carencias. Durante esta fase evolucionaremos nuestra idea hasta convertirla en la solución que estábamos buscando.

 

 

Implementación

Bajar a tierra, implementar las etapas del proceso e incorporar la metodología de Design Thinking a una empresa o proyecto es más sencillo de lo que parece en la teoría. Acerco tres casos de éxito en la aplicación de Design Thinking en empresas muy distintas.

Con una empresa del sector farmacéutico, aplicamos Design Thinking como metodología principal a través de un sprint intensivo en el que nos propusimos trabajar en tres desafíos puntuales a los que se enfrentaba la compañía. Durante el proceso se generaron 235 ideas diferentes y se llegaron a presentar formalmente cuatro soluciones prototipadas y testeadas por sus clientes. ​El objetivo —logrado— fue que aprendieran una metodología que le permitiera a la empresa llevar a cabo procesos de innovación formales internos.

A través de una intervención de tres semanas, en una empresa del rubro financiero, en la que el equipo hizo un excelente trabajo de campo, logramos rediseñar una etapa del proceso comercial, incorporando nuevas soluciones centradas en los clientes. Para esto, usamos Design Thinking como metodología principal, aplicando cada una de sus etapas y teniendo como resultado la presentación de dos soluciones diferentes, complementarias entre sí, que fueron implementadas por la organización.

En otra empresa del sector de zonas francas, hicimos una intervención muy completa que comenzó con la aplicación de Design Thinking como metodología base para la planificación de la estrategia anual realizada por directores y gerentes de la organización. Luego, formamos a todo el equipo de la organización en el uso de la metodología. Esto se realizó en dos etapas, en una primera jefes y líderes de proyectos, y en una segunda etapa el resto del equipo. Los resultados fueron muy buenos. Logramos fomentar un pensamiento innovador en toda la organización y que incorporaran una metodología práctica para llevar adelante sus proyectos.

Teniendo en cuenta los resultados que las organizaciones pueden obtener con esta metodología, me gustaría cerrar estas líneas invitándolas a ser más innovadoras a través de su uso.

Autor

Directora de Initium y socia de Estudio de Innovación

Comentarios (1)

  • Pedro

    Herramienta muy util. Sub utilizada lamentablemente en nuestro pais.
    Gracias!

    reply

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