Has fundado varias empresas y participado desde distintos roles en otras tantas, ¿qué te ha impulsado a emprender y a mentorear emprendimientos durante toda tu carrera?

Siempre me gustó idear, crear y construir cosas, ya sea diseñar productos, como hacía cuando trabajaba como empleado al principio o generar empresas desde cero.

Me da mucha satisfacción cuando veo que algo que estaba solo en la imaginación de una o más personas se transforma en realidad y termina siendo un producto de utilidad para los usuarios o, más importante cuando se trata de emprendimientos, que genera oportunidades laborales para la gente involucrada en el proyecto.

Hoy, ya después de muchos años haciéndolo personalmente, creo que genero más impacto mentoreando emprendedores más jóvenes (y obviamente con más energía), compartiendo con ellos mi experiencia y mis contactos.

¿Qué aspectos creés que caracterizan a los emprendedores seriales de aquellos que emprenden por única vez?

No creo que haya demasiada diferencia. Creo que todos los emprendedores son seriales en cierto sentido. Lo que pasa es que a veces usan esa capacidad emprendedora dentro de la misma empresa y, en otros casos, la empresa crece y el foco pasa a ser administrar ese crecimiento más que generar proyectos nuevos. En muchos casos así, el emprendedor siente que ya no le genera la misma adrenalina que al principio, y opta por empezar algo nuevo.

Lo que a mí me impresiona más que los emprendedores seriales, son los emprendedores “paralelos”, estilo Elon Musk, que pueden avanzar en paralelo con varios emprendimientos al mismo tiempo. Sinceramente, ¡no sé cómo hacen! Fijate que a Elon Musk no le alcanza con Tesla, SpaceX, SolarCity y Neuralink, ¡ahora se quiere meter en Twitter!

Claramente, un factor importantísimo para poder hacer esto es tener una visión, y saber armar un excelente equipo que lo lleve adelante.

¿Considerás que hay una edad para emprender o se puede emprender de mayor, pensando en una segunda carrera profesional, por ejemplo?

Siempre se puede emprender, no importa la edad. Las diferentes edades tienen ventajas y desventajas. Uno podría decir que es más fácil emprender cuando sos joven, cuando tenés mucha energía y podés dedicarte a full, no tenés responsabilidades familiares, y no tenés nada que perder si las cosas no salen bien. Pero, por otro lado, en esa etapa tenés menos experiencia empresarial, menos conocimiento de la industria en la que actúas y menos contactos.
Lo ideal sería emprender a los 25 con la experiencia de alguien de 50, o emprender a los 50 con la energía de los 25.

Una opción es tratar de combinar las dos cosas, juventud con experiencia. Ya sea en la forma de un joven emprendiendo con buenos mentores, o de forma más formal con un socio, inversor o directorio, o un fundador más experiente, armando un equipo joven alrededor.

Haciendo una comparación con lo que todos entendemos, que es el fútbol, armar un equipo con varios jóvenes que sean ágiles y rápidos, y algunos veteranos más experientes.

¿Qué mensajes les darías, tomando tu experiencia como guía, a quienes emprenden siendo mayores de 50 años?

Justamente, que aprovechen todo el conocimiento que han generado en todos esos años, ya sea en su experiencia laboral, en sus intereses o hobbies, o simplemente a lo largo de la vida. Seguro que esa experiencia tiene mucho valor. Y, por otro lado, que se rodeen de gente joven, que les den espacio y autonomía. Creo que esa es la fórmula correcta.

Otro consejo sería que se metan en algo que los entusiasme, que les guste, que lo hagan con pasión. En todo emprendimiento hay momentos complicados, y es difícil atravesarlos si lo que haces no te entusiasma.

¿Ves una oportunidad en la economía plateada para la creación de productos y servicios tecnológicos?

Sí, por supuesto. Es un porcentaje importante de la población (especialmente en ciertos mercados, por ejemplo, en Uruguay y Europa), y tienen necesidades que seguramente pueden ser resueltas a través de la tecnología. En muchos casos tienen poder adquisitivo y tiempo para disfrutar nuevos productos pensados para ellos.

¿Qué hay que tener en cuenta para ofrecer una propuesta de valor a este sector de la población?

Obviamente, en este caso hay que tomar en cuenta factores de usabilidad. En realidad, la usabilidad es importante siempre, pero en el caso de los adultos mayores se hace más importante. Pueden tener problemas de vista, audición, memoria, motricidad fina, y, en muchos casos, tienen miedo de probar una funcionalidad nueva o apretar un botón y equivocarse (algo que no le pasa a los más jóvenes)

Hace varios años pensé en desarrollar un producto orientado a ese público, pensando más que nada en los abuelos, que a través de un celular o un iPad reciben mensajes, audios y fotos de sus familiares y amigos por diferentes canales (WhatsApp, Facebook, mail, etc.) y después les cuesta encontrarlos y volver a disfrutarlos. Esa superabundancia de canales e información los sobrepasa.

El producto consistía en una especie de “sistema operativo” que recibía todos esos mensajes y se los ordenaba de forma que puedan acceder fácilmente, por ejemplo, un álbum de fotos de cada uno de los nietos, fotos según eventos, etc.

La tecnología existe hoy, y para una persona relativamente joven es relativamente fácil organizar o buscar esa información (aunque a veces nos complicamos igual), pero hay todo un público mayor que si le pedís que busque una foto de hace seis meses no lo logra.

Un componente interesante de este producto consistía en separar al usuario (el abuelo) del administrador (el nieto, por ejemplo), de tal forma que el nieto pueda remotamente definir los álbumes, configurar los contactos, el reconocimiento de imágenes, y los accesos rápidos, de tal forma que el abuelo pueda apretar un botón que diga “Fotos de la beba de Juancito”, o “ver los videos familiares de la última semana”.

Creo que todavía hay una oportunidad ahí, me encantaría que alguien tome la posta y lo haga realidad. Pero esa es solo una idea, lo importante es ponerse en lo zapatos de esos usuarios y entender sus intereses, necesidades y capacidades y armar productos acordes.