¿Por qué es importante integrar la sustentabilidad a la educación?

Porque permite formar en los criterios comunes que tenemos que establecer en torno de la importancia, el cuidado y la preservación de los ecosistemas en los que vivimos. La sustentabilidad va mucho más allá de energías renovables y alimentos orgánicos. Significa aprender a habitar de una forma sostenible a nivel humano, ambiental y económico. La educación es la herramienta que tenemos para integrar estos conceptos a la sociedad.

Una escuela sustentable es, también, una herramienta pedagógica que sirve como soporte para hablar de la educación ambiental e integrarla al programa curricular. También se abre a la comunidad y permite su involucramiento, colaborando con el tejido comunitario.

Las escuelas que construyen son públicas y rurales, ¿por qué esa elección?

Nos interesa el refuerzo de las escuelas rurales como creadoras de comunidad en el medio rural, algo que consideramos fundamental para habitar el territorio de forma más sostenible. Por otro lado, creemos que integrar la sustentabilidad a la educación pública es fundamental, porque es el sistema más abarcativo en toda América Latina.

Para nosotros, trabajar la sustentabilidad es un ensayo impostergable. Tenemos que introducir estas temáticas a la educación pública, trabajarlas y habilitar el ensayo y el error para contar con estructuras en torno a estas temáticas en todos los niveles educativos en un futuro no tan lejano.

¿Cómo planean seguir creciendo en los próximos años?

Nuestro objetivo es tejer la primera red de escuelas sustentables en América Latina en los próximos cinco años. El desafío para este año es construir cuatro proyectos en cuatro países diferentes.

También tenemos un programa que se llama “aulas para la educación ambiental”, a través del cual capacitamos a maestros rurales y estudiantes de magisterio de todo el país en temas ambientales. Y lanzamos “Campus”, un proyecto nuevo que será nuestra propia escuela de sustentabilidad y estará en Uruguay. Se trata de un campo de 56 hectáreas donde vamos a trabajar con arquitectura bioclimática, construcción sustentable, producción regenerativa, sistemas de gestión de residuos, de convivencia colaborativa y temáticas afines. Por último, vamos a lanzar “Aprender”, nuestra plataforma de cursos online, como forma de adaptarnos a la pandemia.