Revista del IEEM
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La voz de Katerina Georgeoglou

«Si bien la IA puede ofrecer ventajas significativas, no está exenta de errores y su uso genera una serie de desafíos jurídicos y comerciales únicos que demandan necesariamente un abordaje humano».

Katerina Georgeoglou | Gerenta senior del área de Asesoramiento Legal y Notarial de KPMG

IA versus abogado

Los softwares basados en IA al servicio de abogados son capaces de analizar grandes cantidades de datos y generar documentos casi en forma instantánea. En especial, el uso de IA en la redacción de contratos puede permitir reducir errores y acelerar los tiempos de algunos entregables a los clientes.

La IA al servicio de abogados está en las primeras etapas de evolución. A medida que la IA recibe más datos, es capaz de perfeccionar sus algoritmos y ofrecer soluciones más precisas y pertinentes. Esto significa que, con el tiempo, la tecnología será aún más valiosa para el sector jurídico. Si bien es cierto que la IA puede ofrecer ventajas significativas, como la de acelerar procesos de generación de acuerdos y lograr ahorros en tiempo y costos, no está exenta de errores y su uso genera una serie de desafíos jurídicos y comerciales únicos que demandan necesariamente un abordaje humano.


Desafíos de la IA

Uno de los desafíos de la IA en la redacción de contratos es la falta de flexibilidad en la interpretación del contrato. La IA se basa en reglas y algoritmos para redactar contratos, lo que puede llevar a que sus términos sean demasiado rígidos y no tengan en cuenta los matices del lenguaje y las intenciones de las partes involucradas. Un segundo desafío es la comprensión de los aspectos legales involucrados. Si bien la IA puede ser programada para entender términos y conceptos jurídicos, la interpretación del lenguaje legal y su aplicación en un contexto específico sigue siendo una tarea compleja que requiere la intervención humana. Un tercer desafío es la interpretación de las normas legales, que puede variar dependiendo del contexto en el que se aplican y la jurisprudencia dictada en la materia. En este ámbito la IA aún no es capaz de comprender el contexto social y cultural en el que se aplican las leyes. Un cuarto desafío es el análisis crítico. La IA no puede reemplazar la experiencia adquirida de los humanos en la revisión y análisis crítico de documentos jurídicos, esencial para garantizar que los términos de los acuerdos sean justos, equitativos y que se ajusten a las necesidades específicas de cada empresa. Un quinto desafío radica en las habilidades de negociación. La IA puede asistir en la redacción de contratos y otros documentos jurídicos, pero la habilidad de negociar sus términos y condiciones en el marco de una transacción comercial sigue siendo una tarea que requiere la intervención de un humano. Por último, la comunicación efectiva. La capacidad de escuchar y comprender las preocupaciones de un cliente, y explicar de manera clara y concisa las opciones y consecuencias jurídicas, sigue siendo una habilidad crítica que solo puede ser proporcionada por un humano.


El humano al firme

En un entorno empresarial cada vez más competitivo, el uso de la IA es una herramienta clave en la automatización de tareas repetitivas, para reducir errores, mejorar la precisión en la redacción y acelerar procesos. Sin embargo, y por el momento, la experiencia, el análisis crítico, la creatividad en la búsqueda de soluciones a problemas complejos, la comunicación efectiva y la ética profesional, entre otros, siguen siendo características que hacen al humano una figura insustituible, incluso en el contexto de la era digital.

* La columna fue generada con la asistencia de IA.

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