¿Cuáles son las principales dificultades al momento de incorporar políticas de ESG en una empresa?

Las políticas de ESG son fuente de ventaja competitiva y, como tal, específicas de cada empresa. La principal dificultad a la hora de implementarlas es, sin embargo, generalizable, y nos recuerda su lógica económica: toda práctica de ESG debe generar beneficios mayores a sus costos. La finalidad del ESG es reportar la gestión de la empresa en su interacción con el entorno (medioambiente, sociedad y gobernanza). Comunicar información relevante en un formato comparable resume el otro gran desafío del ESG.

¿Cuáles son los principales indicadores de ESG?

Evaluamos el “cómo” la empresa crea valor, si lo hace de modo sustentable. Los principales indicadores medioambientales refieren a la administración de recursos naturales, con énfasis en la eficiencia energética, las emisiones de carbono, la biodiversidad y la gestión de desechos. Los factores sociales se centran en las prácticas de inclusión, protección de datos y estándares laborales. La gobernanza apunta al sistema interno de controles, con foco en la composición de la junta directiva y la compensación ejecutiva.

¿Qué no debe faltar en un reporte de ESG?

No todos los temas de ESG importan por igual, es lo que definimos como materialidad. El reporte debe responder a las demandas medioambientales, sociales y de gobernanza más relevantes para la organización y sus grupos de interés, en función de la industria en que compite y el contexto, de tiempo y lugar. Esto es fundamental para la comparabilidad, finalidad última de todo reporte, tanto financiero como no financiero.

¿Cuál es la periodicidad recomendada para evaluar las políticas de orden ambiental, social y de gobernanza?

Si bien es creciente la regulación sobre ESG a nivel global, su reporte es aún mayormente voluntario. Por ello, su divulgación es una fuente de ventaja competitiva, y el no hacerlo es una falta de transparencia castigada por los grupos de interés en general y los inversores en particular. Recomiendo que los informes de ESG se publiquen a la vez que los financieros, al menos anualmente. Y que la evaluación interna de la gestión de ESG sea permanente.