Revista del IEEM
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La voz de Pía Campot

“Uruguay debe empezar a enseñar ciencia no solo con el objetivo de la investigación básica, sino con el mindset de poder transformar esa ciencia en un negocio”.

Pía Campot | Socia fundadora de Enteria

Atender necesidades

Enteria nació en 2018 frente a una necesidad que identificamos en el mercado local: ofrecer un servicio que incorpore la gran cantidad de evidencia científica que relaciona la microbiota intestinal con la salud.

Nuestro objetivo es ofrecer una herramienta que colabore en la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Para ello, hemos desarrollado diferentes servicios adaptados a cada momento de la vida, en los que analizamos los niveles de los microorganismos intestinales asociados —e inversamente asociados— a diferentes patologías y desórdenes de la salud. A su vez, contamos con servicios básicos para aquellos que quieran conocer más acerca de su salud en los diferentes momentos de su vida.

Trabajamos con profesionales de diferentes áreas como gastroenterólogos, pediatras, geriatras y nutricionistas, así como con particulares. Durante el último tiempo comenzamos a ofrecer servicios a medida, tanto a centros de investigación como a empresas privadas. Somos cuatro socios con formación y experiencia en las áreas de biotecnología, negocios, informática y ciencia de datos.

 

Emprender en biotecnología

Ser emprendedora en este sector es, sin duda, una de las aventuras más desafiantes en las que me embarqué. A pesar de tratarse de una disciplina de muchísima antigüedad, la potencialidad de la biotecnología no es conocida en el país y son pocas las empresas del rubro. Además, los costos necesarios para llevar un producto o servicio biotecnológico al mercado son altos, dificultando aún más la situación.

En Enteria recibimos el apoyo de la ANII, lo que nos permitió validar la idea de negocio y comenzar a operar. Luego entramos en un programa de emprendimientos biotecnológicos de la company builder argentina GridX, de quienes recibimos nuestra primera inversión.

El camino de emprender en biotecnología en Uruguay ha sido una montaña rusa de emociones, pero es algo de lo que no me arrepiento. Es otra forma a través de la cual los científicos podemos hacer nuestro aporte a la sociedad.

 

El apoyo que se necesita

Si emprender en biotecnología es difícil, creo que lo es aún más siendo mujer. No es un camino fácil. Tenemos en nuestra contra el sesgo de trabajar en un área novedosa en la que se necesita mucha investigación, tiempo e inversión para alcanzar el éxito, pero la realidad es que existe una gran cantidad de grupos con investigaciones cuyo potencial para convertirse en un emprendimiento es altísimo, llevando las ideas del laboratorio a la sociedad.

A pesar de esto, existe poco apoyo para la transferencia tecnológica e inversiones para estos científicos. Además, las carreras tadicionalmente científicas en Uruguay tienen poca (o ninguna) formación en negocios, dificultando aún más el pasaje del laboratorio al mundo empresarial. Uruguay debe empezar a enseñar ciencia no solo con el objetivo de la investigación básica, sino con el mindset de poder transformar esa ciencia en un negocio. Esto, sumado a políticas públicas que favorezcan desarrollos innovadores, son el camino hacia un mayor cantidad —y éxito— de emprendimientos en biotecnología.

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