Revista del IEEM
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Carmen Sanguinetti

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¿Por qué el teletrabajo fue tu primer proyecto de ley?

Soy teletrabajadora parcial desde que nació mi hija mayor, hace 12 años, y soy una defensora de esta modalidad de trabajo. Pero seguramente no hubiera sido mi prioridad o el primer proyecto de ley si no hubiese sido por la llegada de la pandemia el 13 de marzo y la declaración de la emergencia sanitaria. En Uruguay, a diferencia de otros países de la región, la pandemia nos encontró sin un marco regulatorio.

 

¿Cómo crees que influiría la sanción de la ley en el emprendimiento femenino?

La ley es para personas que están en régimen de subordinación y dependencia. Emprendedores, freelancers e independientes no están amparados en esta ley. Lo que nos han demostrado las conversaciones que hemos tenido en estos meses es que la modalidad de teletrabajo es muy conveniente para distintos colectivos como, por ejemplo, mujeres en etapa de lactancia, madres y padres en etapa inicial de crianza y también para las personas que viven lejos de los centros poblados. En definitiva, esta ley tiene un componente de vehículo de inclusión social.

 

¿Qué opinión tenés de la ley de cuotas en la participación política femenina?

Mi opinión respecto a las cuotas en general ha variado. Tendía a creer que no eran necesarias, que las mujeres llegaban a los lugares que tenían que llegar. Pero hace varios años cambié mi postura. Hoy entiendo que las cuotas son un vehículo necesario. Hay que diseñar incentivos para que la participación se equipare de manera más rápida. Sin cuotas nos llevaría muchísimo tiempo tener un parlamento equitativo.

 

¿Qué hace falta para que más mujeres asuman puestos de toma de decisión?

Hay distintas variables que influyen en esto. La primera, que las estructuras político-partidarias tienden a ser ciegas al género. Aún no se ha entendido que si hay más mujeres tomando decisiones nos va a ir mejor. En las decisiones de política pública estamos tomando decisiones sobre la vida de las personas y más de la mitad de los uruguayos son mujeres. La segunda es la baja visibilidad de las mujeres que están en la toma de decisión en política. Otra es el tiempo y las renuncias que implica tener un cargo de toma de decisión. Además, deberíamos avanzar en la ley de cuotas. A su vez, en muchas familias aún no está instalada la corresponsabilidad en los cuidados de los hijos o personas mayores, incompatible muchas veces con un trabajo de alta responsabilidad.

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