En Plan Ceibal incorporamos la metodología Design Thinking en dos propuestas: “Diseñando el cambio” y “Programa ceilab”, dos programas cuya participación por parte de docentes y estudiantes es voluntaria.

“Diseñando el cambio” es un proyecto que acerca el pensamiento de diseño a los centros educativos de educación media. En 2012, en el departamento de Formación de Plan Ceibal, vimos la necesidad de generar una propuesta que fuera específica para adolescentes y sus docentes, entendiendo que es una población con características muy diferentes a primaria, población que hasta ese entonces fue el foco principal de Ceibal. Así fue que entramos en contacto con Leticia Britos (Stanford), quien nos dio un excelente baño de inmersión en el Design Thinking. También nos acercó al movimiento global Design for change, y nos embarcamos, junto a docentes y estudiantes, en el desafiante viaje de buscar soluciones y oportunidades de mejora para los centros de educación media, viaje protagonizado por ellos mismos, y en el que el apalancamiento digital es clave. Hoy, contamos con más de 400 proyectos de cambio ejecutados, estamos cursando nuestra novena edición, representamos a Uruguay en el mundo y somos uno de los más de 60 países que participan en Design for change.

A partir de 2017, partiendo del concepto de makerspace, surgió el Programa ceilab, que fomenta la implementación de espacios de creación en centros educativos de todo el país. Esta propuesta de nuevos espacios de trabajo cambia la distribución de los elementos dentro del aula (mesas, bancos, tecnologías) para permitir otras formas de interacción. El programa implementa en los centros educativos un espacio de creación llamado aula ceilab, un espacio maker propio para el desarrollo de proyectos. La implementación de estos espacios está acompañada de la metodología Design Thinking, apalancada en el uso de tecnologías y los principios del movimiento maker. Participan centros de educación primaria y media, y se trabaja con equipos compuestos por tres docentes referentes y estudiantes.

Cada centro educativo participante desarrolla uno o más proyectos en los que se recorren las etapas de la metodología comprimidas en tres hitos clave: empatizar y definir, idear y, finalmente, prototipar y testear. Además, se hace un fuerte énfasis en la importancia de la documentación y la comunicación a lo largo de todo el proceso de trabajo. Todos los proyectos desarrollados deben hacer uso de las tecnologías que brinda el programa y llegar a soluciones concretas.

La implementación

En repetidas oportunidades se invita a docentes a trabajar por proyectos y se menciona el valor del aprendizaje basado en proyectos, sin embargo, no siempre se explica e implementa una metodología concreta y clara que acompañe a este enfoque. Desde el Programa consideramos que el pensamiento de diseño permite trabajar de forma dinámica, de forma conectada con la realidad y, sobre todo, de forma más cercana con las personas involucradas o afectadas por un problema situado y contextualizado. Fomentamos el desarrollo de proyectos, ya sea de forma curricular o extracurricular, que den a los equipos de trabajo una oportunidad para compartir y explorar conocimientos y habilidades que no se aplican habitualmente. En el caso de la educación media, se hace aún más evidente el aporte, ya que es en donde más fragmentado está el conocimiento. Representa una gran oportunidad para entrelazar saberes y experiencias diversas que convergen en algo en común.
En el programa “Diseñando el cambio”, al ya haber tenido contacto teórico previo, supimos que Design Thinking era la metodología ideal para promover la participación activa y el protagonismo que necesitábamos transmitir a estudiantes adolescentes y a sus docentes. Design for change busca promover en niños, niñas y adolescentes el “yo puedo”, la autopercepción de que pueden ser agentes de cambio en el mundo. Esto se logra a través de la implementación de la metodología a problemas de la vida cotidiana en el centro educativo. En la primera edición (2013) fuimos testigos del entusiasmo, la creatividad, la proactividad y el sentimiento de pertenencia que se generaba en el colectivo de estudiantes y docentes, y valoramos buenos resultados en los proyectos de cambio ejecutados. En cada edición renovamos la propuesta, con creatividad y empatía, sorprendiendo a los participantes y desafiándonos nosotros mismos, implementando Design thinking para nuestras planificaciones anuales. La metodología reposiciona y empodera a cada participante, que logra sentirse agente de cambio, poniendo en juego únicamente su sentir, su pensar y su accionar con otros. La persona, la creatividad y el trabajo en equipo son la clave.

Espacios de cambio

Desde ambos programas consideramos que es posible aplicar esta metodología en el aula. De hecho, cuando hay buena disposición y un fuerte apoyo, esta forma de trabajo es muy bien recibida. Uno de los aspectos más valorados por los docentes es que la metodología queda en su bagaje de aprendizajes, y logran luego aplicarla en diferentes contextos y ámbitos de su rol: en el aula para trabajar contenidos curriculares, para resolver problemas vinculares de sus grupos o al diseñar propuestas para todo el centro.

Hemos recibido muy buen feedback de docentes y estudiantes de “Diseñando el cambio”: “Mi lugar en el centro ya no es el mismo”, “Sé que si me lo propongo puedo lograrlo”, “Si me junto con otros con los mismos intereses, podemos”.

Luego de algunos años implementando el Programa ceilab observamos que implica un gran cambio en las dinámicas pedagógicas ya conocidas. Trabajar con Design Thinking permite repensar cómo se construye el conocimiento y esto puede ser difícil para un sistema que está acostumbrado a funcionar de otra forma. Esta metodología, cuyo eje es el aprendizaje y no la enseñanza, propone construir conocimientos compartidos generados desde la interacción y fomenta la autonomía.

Dos de los grandes valores agregados que rescatamos del pensamiento de diseño en la educación es que se logran los objetivos a corto y mediano plazo, como la resolución de problemas y el aprovechamiento de las oportunidades de mejora, y que la metodología queda instalada en docentes y estudiantes. Design Thinking, en estos dos programas, se centra fundamentalmente en el estudiante y logra que las ideas se hagan realidad, y ese es un aprendizaje que queda en ellos.