Revista del IEEM
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Economía circular

Ya nadie duda de que es necesario cambiar nuestro actual estilo de vida si queremos que las próximas generaciones, o incluso nosotros mismos, vivamos en un planeta que pueda proveer a todos sus habitantes los recursos necesarios para la vida. Según estimaciones de expertos, con el ritmo de crecimiento actual, para el año 2050 se necesitarían tres planetas Tierra para proveer los recursos necesarios para mantener el estándar de vida actual.

A lo largo de los últimos 40 o 50 años se han planteado diversas estrategias para abordar los problemas de contaminación y deterioro ambiental, desde las primeras estrategias reactivas de control de la contaminación (plantas de tratamiento de efluentes, captación y control de emisiones atmosféricas, rellenos sanitarios y de seguridad para los residuos sólidos) hasta diversas estrategias preventivas y de mejora de la eficiencia en el uso de los recursos. Sin embargo, todas estas estrategias están basadas en un modelo de economía lineal de “extraer-producir-tirar”. Y, aunque necesarias, no son suficientes para lograr el desacoplamiento entre crecimiento económico y bienestar humano del uso de los recursos e impactos ambientales.

La economía circular se plantea como una alternativa que implica disociar la actividad económica del consumo de recursos finitos y eliminar los residuos desde el diseño (Fundación Ellen MacArthur). Se impulsa en el uso de energías renovables y busca que los recursos y materiales mantengan su utilidad y valor en todo momento, excluyendo los residuos de la sociedad. Se concibe como un ciclo de desarrollo positivo continuo que preserva y mejora el capital natural, optimiza los rendimientos de los recursos y minimiza los riesgos del sistema al gestionar reservas finitas y flujos renovables.

 

La Fundación Ellen MacArthur plantea un modelo cíclico, con un ciclo técnico en el que se gestionan las reservas de materiales finitos y un ciclo biológico que comprende los flujos de materias renovables. El consumo se produce únicamente en el ciclo biológico y los nutrientes renovables se regeneran en su mayor parte en este ciclo. En el ciclo técnico, el uso sustituye al consumo. Las materias técnicas se recuperan y la mayor parte se restaura en el propio ciclo.

La economía circular se basa en tres principios:

  • Eliminar residuos y contaminación desde el diseño
  • Mantener productos y materiales en uso
  • Regenerar sistemas naturales

Los residuos y la contaminación son vistos como el resultado de la forma en que se diseñan los productos, es decir, como una falla en el diseño. Por tanto, la etapa de diseño de productos y servicios pasa a ser fundamental en la economía circular. Diseñar para extender la vida útil de los productos y para que puedan ser recuperados, renovados y mejorados, minimizando la aportación de energía necesaria a lo largo de su ciclo de vida y maximizando la retención de valor. Y diseñar procesos que permitan no solo evitar la contaminación, sino mejorar los sistemas naturales, devolviendo nutrientes a los ecosistemas.

Se busca optimizar los recursos a lo largo del ciclo de vida del producto desde el diseño, tanto para la fase de fabricación como para la fase de uso o consumo del producto, previendo también las etapas posteriores de reutilización, remanufactura y reciclaje, e incluso la fase de eliminación.

A la hora de identificar oportunidades de circularizar un negocio debemos determinar primero todas las entradas (materias primas, insumos, energía, agua, recursos) y salidas (residuos sólidos, efluentes líquidos, emisiones atmosféricas) a lo largo de todo el ciclo del proceso, desde la compra de materias primas, pasando por el diseño y la producción, el envasado, la distribución, siguiendo por la etapa de uso/consumo y finalizando en el descarte o fin de vida útil del producto. En cada una de estas etapas se evalúa la posibilidad de aplicar alguna de las estrategias de circularización.

 

COMPRA

Optar por recursos renovables, reutilizables o reutilizados; fáciles de compostar; de proveedores locales; optimizar la cantidad de material empleada; seleccionar materias primas en envases retornables.

 

DISEÑO Y PRODUCCIÓN

Seleccionar procesos y tecnologías libres de residuos; mejorar la durabilidad y resistencia del producto; que sea fácil de mantener y reparar; que sea fácil de compostar o fácil de reutilizar; evitar o limitar uso de materiales peligrosos; optimizar los procesos para hacerlos más eficientes en el uso de materias primas, agua y energía; análisis en tiempo real del proceso.

 

VENTA Y DISTRIBUCIÓN

Minimizar envases en el producto; usar envases retornables siempre que sea posible u optar por envases biodegradables o fáciles de reciclar; ofrecer arrendamiento y servitización en lugar de la venta del producto; ofrecer programas de devolución; optimizar la distribución para reducir el impacto.

 

USO/CONSUMO

Buscar que el producto sea fácil de mantener y reparar para extender su vida útil; con un diseño que permita su uso durante más tiempo; mejorar la eficiencia de utilización del producto o servicio (optimizar consumo de energía, agua o generación de residuos durante la etapa de uso); informar al usuario sobre cómo disponer el producto al fin de su vida útil y educar al consumidor para el correcto uso; ofrecer plataformas de uso compartido.

 

AL FIN DE LA VIDA

Evaluar la posibilidad de tener mercados secundarios: que el producto pueda utilizarse por un segundo consumidor, con o sin un reacondicionamiento o restauración; posibilitar la recuperación de componentes o materiales del producto mediante un fácil desamblado; posibilitar el compostaje, recuperación de nutrientes o recuperación de energía desde biomasa.

A partir de un análisis inicial, es posible identificar muchas oportunidades que se pueden implementar en una empresa. Se deberá analizar la viabilidad o facilidad de implementación, así como el beneficio que traería aparejado y seleccionar las que, en conjunto, sean más provechosas para, finalmente, desarrollar un plan de acción para implementar las estrategias de circularidad, tomando en cuenta que, cuanto más pequeño es el círculo (cuánto menos me alejo del destino original), mejor es la estrategia. Y cuanto más tiempo se pueda circular, también será mejor la estrategia: extender la vida útil del producto o reutilizarlo varias veces evita el consumo de materia prima y energía que implica producir nuevos productos.

En definitiva, la economía circular es una estrategia que permite a las empresas analizar, adaptar y mejorar sus procesos, reduciendo sus impactos ambientales y costos de forma simultánea. Además, contribuye a una mejora de la imagen de la empresa y posibilita el acceso a nuevos mercados de consumidores más exigentes. A nivel país es también una estrategia que contribuirá a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, a la mejora en la gestión de los residuos y a generar nuevos empleos (de acuerdo con el Plan de Acción de Economía Circular 2019).

Autor

Coordinadora Técnica del Centro de Producción Más Limpia de la Universidad de Montevideo

Comentarios (1)

  • Juan Alvarez

    Tengo una empresa que se basa mucho en la economía circular.
    El mayor problema y único residuo importante que generamos es el tema envases biodegradables o compostables. No hemos podido encontrar sustituto al envase de ppt. Hemos buscado soluciones en cartón con varias empresas y por un tema de costos o falta del producto en el mercado no es posible al momento cambiar.
    Creo que en Uruguay se debe fomentar fuertemente el tema de los envases biodergradables, generar industrias de este tipo, para poder llevar a cabo el proceso de economía circular. Los compostables suenan muy lindo pero tampoco hay industrias que se encarguen de esa tarea, por lo tanto no cumplen con el objetivo de desaparecer dentro de un compost rápidamente.
    Es una buena idea pero creo que Uruguay tiene mucho por hacer en este sentido.

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