Revista del IEEM
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La voz de Fernando Pereira

“Esta crisis nos está demostrando que es posible trabajar a distancia, estudiar a distancia y comprar a distancia”

Fernando Pereira | presidente del PIT-CNT

Crisis sanitaria

Esta crisis trae de la mano una crisis económica que puede venir acompañada de una enorme crisis social.

No podemos olvidar que en la economía uruguaya hay un 25 % de trabajadores informales, feriantes, vendedores ambulantes, artistas, costureras, empresas unipersonales, trabajadores de las plataformas, entre muchos otros, que tienen ingresos mensuales pero ningún tipo de protección social (seguro de paro, licencia por enfermedad, etc.) y casi ninguno de ellos tiene capacidad de ahorro.

Si no se construye una renta básica de emergencia para estas circunstancias, muchos de ellos van a quedar descartados del mundo del trabajo. Ahí está nuestro gran desafío.

 

¿Qué se necesita?

Nosotros hemos ordenado el problema de la siguiente manera: lo primero es cuidar al máximo a los trabajadores de la salud que están en la primera línea de fuego y proteger a aquellos sectores de trabajo que también estarán en esa línea: expendio y distribución de alimentos, farmacias, distribución de gas, recolección de residuos, trabajadores de las empresas públicas, todos ellos son héroes a la hora de tomar medidas más profundas que la actuales.

También acordar —en bipartita o tripartita— condiciones de seguro de paro, licencias adelantadas y otros temas vinculados a las empresas. Postergar el aumento de tarifas o, como mínimo, atender a los sectores de más bajo consumo de energía y atender a las 400 000 personas con empleos sin protección.

Es el momento de endeudarnos, o gastar una parte de las reservas, para garantizar la integración social y evitar una crisis que deje situaciones irreversibles.

 

Aprendizajes

De un día para el otro, los factores sanitarios pueden cambiar todos los objetivos de un país. Hay que prepararse adecuadamente para circunstancias como la actual y tener listas las políticas compensatorias necesarias.

Esta situación nos mostró la parte más solidaria de la sociedad, dando todo en cada minuto. Artistas queriendo donar lo que tienen, maestras y funcionarias distribuyendo alimentos para nuestros niños con más dificultades, los trabajadores de la salud en primera línea y miles de uruguayos aplaudiendo el compromiso y la valentía, la misma valentía de los trabajadores de expendio de alimentos, farmacias, empresas públicas, recolectores de residuos y todos los imprescindibles. Personas haciendo canastas de alimentos y otros promoviendo ollas populares, por más que hoy tienen contraindicaciones, muestra lo mejor de nuestras almas.

Por otro lado, la situación también mostró a otros siendo irresponsables con el país, multiplicando el precio del alcohol, de los barbijos y todos los productos vinculados a evitar el contagio. Hay que pensar que está bien acopiar para una semana, pero no hace falta tener alimentos para varios meses, haciendo peligrar que otros con menos recursos no accedan a productos de primera necesidad.

Sin duda va a haber una mañana siguiente, y de nuestras decisiones depende qué tipo de sociedad tendremos. Deseo que estemos todos a la talla.

Comentarios (1)

  • Rafael Rubio

    “Aprendizaje: experiencia social”
    “El cerebro humano ha desarrollado circuitos neuronales que permiten prosperar en un contexto social”. Michael Gazzaniga

    Desde que existimos, los humanos nos hemos sentido especiales. Durante milenios mantuvimos la ilusión que éramos el centro de la creación, que la Tierra se encontraba en el centro del universo, que nuestra naturaleza no tenía nada que ver con el resto de los animales. Los científicos, sin embargo, aguaron la fiesta. Los astrónomos nos colocaron en los suburbios de una galaxia entre millones y los biólogos nos enseñaron lo mucho que nos parecemos a los otros animales.
    El hecho es que, pese a la cura de humildad de los últimos tiempos, los humanos somos unos seres diferentes, capaces de colonizar en pocos milenios todos los rincones del planeta y con un talento inédito para crecer y multiplicarnos.
    En relación a esto que sucede, cabe la pregunta: ¿qué nos hace humanos?
    Los principales investigadores del mundo sobre cognición y cultura en el contexto evolutivo, reunidos el año 2016 en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, científicos que indagan sobre qué nos hace humanos, buscaron algunos rasgos que hacen especiales a los sapiens, y concluyeron que “es nuestra capacidad para cooperar y conectar nuestras mentes lo que nos separa del resto de los animales”.
    Ello nos permite compartir valores y confiar, por ejemplo, en el valor de un dinero impreso en un papel a miles de kilómetros de nuestras casas.
    Esto surge hace aproximadamente alrededor de medio millón de años cuando por el ambiente se vio que si no podías colaborar, no podías sobrevivir y por tanto, existía presión por colaborar.
    Así los adultos “enseñaban” a sus descendencias todo aquello que les era imprescindible para que éstas sobrevivieran en un planeta que les era inhóspito.
    i. ¿Qué es aprender?
    Aprender es un proceso personal que consiste en almacenar en la memoria experiencia reutilizable en el futuro. Depende de tres factores: motivación, tiempo y oportunidad de practicar Es un proceso personal e intransferible porque nadie puede aprender por ti, al igual que nadie puede comer o dormir por ti. Sin embargo, no es una actividad individual ya que aprendemos en red, como vimos somos seres sociales y el proceso funciona cuando aprendemos con otros y de otros (por imitación).
    Aprendes cuando eres capaz de hacer algo que antes no sabías hacer y esa capacidad la puedes mantener en el tiempo. Este proceso incluye dos cosas, lo visible u observable, por ejemplo tu capacidad de conducir un automóvil o preparar una paella. Y lo invisible, o sea las configuraciones neuronales que se activan en el cerebro cuando conduces un vehículo o preparas una comida. ¿Cuándo aprendes?, cuando todos los días posteriores son similares y lo que haces es operar, ejecutar, lidiar con algo que ahora es rutina luego de un proceso de aprendizaje previo. Si nunca nada más cambia, ese conocimiento sería para toda la vida, algo que hoy se vuelve imposible, pues ante la los cambios debes incorporar el aprendizaje como parte de los procesos del día a día.

    ii. ¿Cómo aprendemos las personas?
    Si para aprender hay que almacenar en la memoria nuestra experiencia, ¿cómo la almacenamos?
    Las personas aprendemos haciendo, y para hacer nos fijamos un objetivo, que genera expectativas y desarrollamos un plan para lograrlo. Luego, actuamos para lograr el objetivo, es decir “hacemos”. Aprender exige reflexionar y también recordar. Este proceso ocurre de manera automática en el cerebro y se da gracias a la riqueza y diversidad molecular de las sinapsis (conexiones entre neuronas). El aprendizaje puede ocurrir por nuestra intención de aprender aquello que nos interesa o que necesitemos y también por el desarrollo de una actitud de permanente curiosidad de estar atento a detectar oportunidades capaces de convertirlas en innovación.

    iii. APRENDIZAJE: “expresión emocional de una experiencia social”
    Aristóteles dijo que en la enseñanza no hay que empezar por el principio, sino por lo que más motiva. Lo dijo sabiendo que lo que motiva emociona, pero sin saber que las emociones activan hormonas suprarrenales, como la adrenalina, que facilitan la formación de la memoria en el cerebro.

    El aprendizaje es un proceso socialmente mediado, pues requiere la intervención del profesor y la implicación activa del alumno. Las estrategias que el estudiante utiliza resultan primordiales para aprender. (No se estudia con la misma predisposición la asignatura preferida que la aborrecida.) La motivación constituye un componente necesario de la conducta estratégica. Ante una tarea de aprendizaje, el estudiante se pregunta:
    ¿Qué quiero conseguir con esto, y qué hago para conseguirlo?
    Motivo y estrategia, combinados, son pilares en el proceso de aprendizaje

    iv. “ La educación son dos cerebros -o más- conectados”

    “En un experimento realizado por Patricia Kuhl y colaboradores en Estados Unidos, tres grupos de niños que se criaron escuchando exclusivamente inglés, fueron entrenados: un grupo interactuaba con un hablante del idioma chino en vivo; un segundo grupo veía películas del mismo hablante y el tercer grupo sólo lo escuchaba a través de auriculares. El tiempo de exposición y el contenido fueron idénticos en los tres grupos. Después del entrenamiento, el grupo de niños expuesto a la persona china en vivo supo distinguir entre dos sonidos con un rendimiento similar al de un niño nativo chino. Los niños que habían estado expuestos al idioma chino a través del video o de sonidos grabados no aprendieron a distinguir sonidos y su rendimiento fue similar al de niños que no habían recibido entrenamiento alguno. Esto indica que la clave del conocimiento, la memoria y el desarrollo de la especie sigue siendo el puente que se construye con sus semejantes” (en Manes, Facundo y Niro, Mateo. 2014. Usar el cerebro. Editorial Planeta S. A. 1ª Ed., agosto 2014, pág. 153 y siguientes).

    v. “Aprendizaje: experiencia social”
    Si lo anterior despertara dudas, en un artículo de Natalie Wexler (*), traducido por Ana Milutinovic, fechado el 21 Enero del 2020, cuyo título es: “El lado oscuro del uso de dispositivos tecnológicos en las aulas”, publicado por el MIT Technology Review en español, se lee:
    “Se reconoce que aunque la mayoría de educadores en EE. UU apoya el uso de la tecnología, varios estudios demuestran un impacto negativo en los resultados de los estudiantes. De hecho, las tabletas pueden disminuir su motivación o eliminar el aspecto colaborativo del aprendizaje. Y los alumnos con menos recursos son los más perjudicados”.
    El reciente informe Gallup descubrió que algunos estudios han descubierto efectos positivos, al menos cuando se trata del uso moderado del ordenador, especialmente en matemáticas. Pero gran parte de los datos muestran un impacto negativo en varios niveles. Un estudio de millones de alumnos de secundaria en los 36 países miembros de la OCDE concluyó que aquellos que usaban ordenadores en gran medida en la escuela «tenían bastante peores resultados en la mayoría de los niveles de aprendizaje, incluso después de considerar su ámbito social y la demografía de los alumnos». Según otros estudios, los estudiantes universitarios en EE. UU. que usaban ordenadores portátiles o dispositivos digitales en sus clases tenían peores resultados en los exámenes. Los alumnos de octavo grado que dieron Álgebra I online tuvieron peores resultados que los que asistieron en persona a clases de esa asignatura. Los alumnos de cuarto grado que usaron tabletas en todas o casi todas sus clases tuvieron, de media, 14 puntos menos de lectura que aquellos que nunca las usaron, una diferencia equivalente a un nivel de grado completo. En algunos estados, la brecha fue significativamente mayor.
    vi. El problema de la distracción
    ¿Por qué son estos dispositivos tan inútiles para el aprendizaje? Hay varias explicaciones. Cuando los estudiantes leen un texto en una pantalla, se ha demostrado que retienen menos información que cuando lo leen en papel. Otro obstáculo que se menciona con frecuencia es la distracción que provocan los dispositivos, ya sea porque un estudiante universitario revisa su Instagram o un alumno de primer grado dibuja líneas rosas brillantes con su dedo. Pero hay razones aun más profundas.
    Además de reducir la motivación, la tecnología puede eliminar del aula el aspecto comunitario del aprendizaje. La visión de algunos defensores de la tecnología en la educación consiste en que cada niño debe sentarse frente a una pantalla que ofrece lecciones adaptadas a su nivel de conocimiento e intereses individuales, a menudo sobre temas elegidos por los propios alumnos. Pero una parte vital de la educación es que diferentes niños intercambian sus ideas. Bajo la guía de su maestro, los alumnos de segundo grado, todos provenientes de familias de bajos ingresos e incluidos muchos que no hablaban inglés en casa, participaban a menudo en los debates sobre temas como si la «naturaleza ambiciosa» de Alejandro Magno era «una inspiración o un defecto».
    “Los educadores y reformistas que buscan avanzar en la equidad educativa también deben considerar las crecientes pruebas de los defectos de la tecnología. Se ha prestado mucha atención a la denominada brecha digital, es decir, la relativa falta de acceso que los estadounidenses de bajos ingresos tienen a la tecnología y a internet. Eso está justificado: los alumnos deben aprender a utilizar los ordenadores para acceder a la información online y, en general, para moverse por el mundo moderno. Pero no hay que crear una brecha digital del tipo opuesto al externalizar la educación a dispositivos que pretenden desarrollar las habilidades, mientras que otros alumnos en barrios más ricos disfrutan de los beneficios de que les enseñen personas humanas.
    vii. La pandemia
    Sería de necios negar que todo lo que el Uruguay avanzó con el Plan Ceibal ha permitido hoy, en una situación excepcional, “mantener encendidos los motores de la educación pública del país”.
    Por suerte, el Sr. Ministro de Educación lo tiene claro, es un imperativo que los niños rurales, los más desfavorecidos para aprender, empiecen las clases pronto.

    Rafael Rubio
    c.i. 1.267.677 – 8

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