Revista del IEEM
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De mojones y virajes

Ayer, a eso de las diez de la noche, recibí un mail de Antonella, diseñadora de Hacer Empresa, en el que comentaba lo difícil que se le estaba haciendo mantener un ritmo de trabajo en casa con una hija de tres años que canta, baila y requiere su atención constantemente, como es natural. También pedía disculpas por si se le había pasado algún detalle en la jornada laboral, pero era tarde y ya no podía más. Terminó su mensaje diciendo: “Lo cierto es que estoy lejos de tener las condiciones óptimas para trabajar. Todos hablan del teletrabajo, tips para trabajar en casa, vestirse, rutina, pausas… pero pocos hablan de cómo trabajar en casa con niños chiquitos. ¿Cómo hacen?”.

Esta catarsis tendió un puente entre nuestras vidas profesionales y personales, y abrió la puerta a una puesta a punto de tono personal. No es que no las hayamos tenido antes, pero en este momento de mar picado siempre parece haber cosas más urgentes para hacer. Y quizá no haya mejor team building en medio de esta crisis que tender esos puentes. Gracias a esta catarsis, pudimos hacerla todas, y el equipo que salió de ese intercambio es uno más fuerte que el de antes. Jimena, editora responsable, nos hizo reír con sus anécdotas de cuarentena y propuso redoblar ojos para cubrirnos, un llamado a la solidaridad.

Nadie está en su hábitat natural ahora mismo. Y, en este novato cautiverio, la solidaridad y la transparencia son clave.

Nadie está en su hábitat natural ahora mismo. Y, en este novato cautiverio, la solidaridad y la transparencia son clave.  Esa transparencia no aplica solo a cómo viene el negocio, o a qué ajustes hay que hacer para sacar el barco a flote, también implica abrirse, compartir lo que estamos sintiendo a nivel más personal. Porque así podemos compartir la carga, tender una mano, en definitiva, ser más humanos. Y de esto no se vuelve, o al menos eso espero.

Parece mentira, pero hasta hace no tanto nos encontrábamos trabajando a toda máquina en un especial sobre tecnologías aplicadas, temática central de la Asamblea de Antiguos Alumnos del IEEM, que se llevaría a cabo el 21 de abril. La idea era que los contenidos apoyasen los temas expuestos en la asamblea. Evidentemente, esta se canceló y el tema —si bien relevante y actual— no hacía justicia al momento que estamos viviendo. Casi de la noche a la mañana, se había vuelto obsoleto. Sin mucha vacilación, decidimos dejarlo en el tintero y comenzamos a trabajar de cero en un especial sobre liderar en la incertidumbre.

Hace un año, en abril de 2019, nuestra revista celebraba un importante mojón en su historia: sus primeras 100 ediciones. Decidimos vestirnos para la ocasión con la publicación de un focalizado sobre el negocio de los medios en la era digital. Exactamente un año después, esta crisis que azota tan igualitariamente a todo el mundo nos llevó a embarcarnos en una obligada aventura de transformación. Nunca hubo una oportunidad tan clara como esta para aplicar todo lo que aprendemos de leer a nuestros colaboradores.

Como muchos ya saben, Hacer Empresa nació en 2018 a partir de la Revista de Negocios del IEEM. El objetivo: trascender el público académico y convertirse en un medio referente para empresarios, emprendedores y directivos uruguayos. Las circunstancias actuales, tristes e inciertas, dejaron en evidencia que, si queríamos aportar valor a nuestros lectores, teníamos que hacerlo rápido y, para ello, había que hacer algunos ajustes. Por primera vez, dispusimos publicar los contenidos en nuestro sitio web primero y luego en la versión papel, para responder a la velocidad con la que cambia la información referente a la crisis actual. También lanzamos nuestra cuenta de Twitter, @HacerEmpresaUy, un pendiente desde hace tiempo, y una plataforma que esperamos que se convierta en el escenario de intercambios constructivos entre nuestros colaboradores, lectores y el público en general.

En este gran equipo de tres, en el que dos trabajan desde las oficinas del IEEM (aunque ahora están trabajando desde sus casas) y una, la “escriba”, trabaja a distancia, hubo que adaptarse —como tuvieron que hacer muchos de ustedes— a todo lo que implica el trabajo en remoto. Los malabares para balancear la vida familiar y la laboral, las distracciones constantes que ofrece el hogar, la imposibilidad de hacer entrevistas presenciales, la falta de tiempo de los empresarios y líderes para responder a nuestras insistentes preguntas… Estos son algunos de los obstáculos que sorteamos diariamente. Por si fuera poco, sumamos las páginas vacías ante el cambio de tema central a mediados de marzo.

Pero son esas páginas en blanco, justamente, las que me llevaron a escribir estas líneas para contarles cómo nos encontró esta crisis en la revista. Y agradezco la oportunidad de hacer este ejercicio de pausar y reflexionar sobre el camino recorrido y lo que vendrá.

Son tiempos de virajes constantes. Virajes que, de ser ejecutados en el tiempo y la forma correctos, con fe en los resultados, se convertirán algún día en mojones.

Estos cambios operativos y personales que introdujimos con el impulso del COVID-19, si bien parecen pequeños y simples ajustes, pueden ser la semilla de un nuevo capítulo para nuestra revista. Son tiempos de virajes constantes. Virajes que, de ser ejecutados en el tiempo y la forma correctos, con fe en los resultados, se convertirán algún día en mojones. Quizá nos sea más fácil vislumbrarlo en la esfera personal que en la laboral. ¿Quién no tuvo que recalcular la ruta al ver que la actual no llevaría a buen puerto? Ante esas situaciones, si tuvimos el coraje de cambiar de rumbo, aun cuando la zona de confort nos llamaba con todos sus dones a quedarnos dentro de sus confines, sin duda recordaremos ese viraje como un mojón. Hacia ahí apuntamos con Hacer Empresa.

Autor

Productora de Hacer Empresa

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