Roboprok es la primera escuela de robótica en el interior del país, ¿cómo surge la idea y cuáles son sus objetivos?

RoboProk nace en 2016 y en Paysandú de una inquietud como madre de observar y analizar lo que sucedía en el país y la región respecto a la tecnología educativa. Estaban realizando algunas actividades en instituciones educativas y me di cuenta de que, si quería que mis hijos conocieran la robótica y la programación, eso iba a depender de la escuela a la que los enviara, el docente, los materiales. Como ellos, seguramente muchos otros niños podrían tener habilidades o intereses en el área tecnológica. En RoboProk los niños pueden concebir, desarrollar y poner en práctica diferentes proyectos que les permiten resolver problemas y les facilitan ciertos aprendizajes matemáticos, científicos y tecnológicos.

¿Qué tipo de actividades ofrecen?

Planificamos para que los alumnos elaboren conocimientos básicos en la construcción y programación de robots, máquinas, videojuegos y un acercamiento al mundo 3D. El curso tiene una parte teórica en la que los alumnos investigan acerca de la tecnología. Luego viene la etapa de exploración, en la que construyen y programan robots. Al finalizar eligen un proyecto para compartir en exposiciones en las que se evalúa de forma grupal entre compañeros.

¿Cuál es la importancia de facilitar el acceso a las TIC?

Los jóvenes no eligen carreras relacionadas a las TIC, especialmente las mujeres. Es por esto por lo que, basándonos no solo en experiencia sino en datos concretos, es fundamental facilitar desde edades tempranas el acceso a las TIC en nuestro país. La accesibilidad es una responsabilidad de todos quienes abogamos por un Uruguay competitivo a nivel internacional, desde lo social y laboral hasta lo académico.

¿Qué significa un emprendimiento de este tipo para las futuras generaciones de emprendedores de nuestro país?

Es una gran responsabilidad social con el futuro de nuestra sociedad. Es difícil de medir en el corto plazo porque estamos emprendiendo con personas. Hacemos un desarrollo constante de empatía, retroalimentación, evaluación y autoevaluación de los procesos. Es importante entender y visualizar que es posible emprender y sentar bases para que quienes vengan sientan que podrán hacerlo, incluso mejor de lo que estamos haciendo nosotros y, de ser posible, ir aliviando el camino para construir juntos las generaciones actuales y las futuras.