Revista del IEEM
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“No es un momento para hacer plata, sino para generar oportunidades”

Juan Balsa, María José Fossemale y Juan Manuel González

CanastasUY

Juan Balsa, precursor del proyecto, María José Fossemale, comisión de Evaluación de Entregas y Juan Manuel González, comisión de Administración, CanastasUY. Un emprendimiento solidario que surgió pocos días después de que el coronavirus llegara a Uruguay. Los tres son antiguos alumnos del MBA del IEEM.

CanastasUY surge para colaborar con las personas más vulnerables en la emergencia económica y sanitaria a partir del COVID-19, ¿qué consideraron fundamental a la hora de crear la iniciativa?

María José Fossemale: CanastasUY surge a partir de la gran vulnerabilidad que se generó en los sectores más débiles del país unos días después de que llegara el coronavirus a Uruguay y se exhortara a las personas a quedarse en casa.  Casi como un milagro, y luego de una semana de comenzar con el proyecto, CanastasUY ya funcionaba con una estructura similar a la de una empresa establecida desde hace mucho tiempo. ¿Qué fue y es fundamental en este camino? Tres aspectos.

El primero, la iniciativa y ejecución de la idea precursora en la cabeza de Juan y el haber encontrado los socios estratégicos para empujar el proyecto, quienes lideran el equipo y tienen una visión empresarial para sumar voluntarios y colocar a las personas idóneas en cada una de las comisiones. El segundo, la credibilidad y transparencia del proyecto. Apuntaladas por tener la cuenta auditada con Guyer y contar con el apoyo de grandes empresas como Itaú. El tercer aspecto, y motor fundamental, la solidaridad del uruguayo que se manifiesta en las situaciones difíciles: la cantidad de horas y el amor que brinda cada uno de los voluntarios y las donaciones que vienen del bolsillo de ciudadanos y empresas —en momentos en los que la mayoría está siendo castigado en el bolsillo—.

Realmente, si a alguien le piden de armar este proyecto de cero, la probabilidad de que lo logre en una semana es prácticamente nula. Por eso creemos que el motor y la receta mágica fue la combinación de liderazgo, credibilidad y, sin dudas, solidaridad.

 

¿Cuáles les parece que son las razones por las que el emprendimiento haya crecido tanto?

Juan Balsa: Creemos que tienen que ver con las ganas y la motivación de los voluntarios. A los pocos días de empezar el proyecto vimos que realmente había gente muy necesitada y nos topamos con una realidad que parecía pegarle una cachetada a nuestra cotidianeidad. En general, cuando existe una crisis, y la gente sale de su zona de confort, se logra sacar lo mejor o lo peor de las personas.

Las demostraciones individuales y colectivas de los voluntarios que colaboran —desde la compra de mercaderías, el armado, la carga y el transporte de las canastas, la evaluación y el seguimiento de donaciones, la coordinación de equipos, la administración y recaudación— son realmente para destacar. Todos los días nos emocionamos con gestos casi impensados que surgen de cada uno de ellos.

También contamos con el apoyo de mucha gente emprendedora, líderes en sus empresas y con buenos valores, que ante la crisis puso al prójimo por encima de uno mismo. Pero esto es redondo porque somos agradecidos, ya que es tanto lo que crecimos como personas y lo que aprendimos de la gente, que hoy estamos convencidos de que esto no se dio por casualidad. Se dio para enseñarnos que no podemos ser egoístas y que no podemos vivir sin parar ni un minuto para mirar hacia el costado.

Obviamente que sin el apoyo de empresas o de las donaciones nos hubiera sido imposible llegar a algunos de los rincones más remotos y olvidados del país.

Elaboraron un plan de padrinazgo y está el “regalo solidario”, ¿cuál es la iniciativa que mejor ha funcionado?

Juan Manuel González: Entendemos que CanastasUY es sostenible en el largo plazo mediante la donación individual. Las empresas nos dan esa fuerza inicial o masividad, pero esto es sustentable y posible en la medida que logremos el apoyo de los uruguayos. Hoy estamos trabajando en varias formas de asociar donaciones de familiares, amigos y todas aquellas personas que se quieran sumar al proyecto. Somos más de 1500 personas detrás de este sueño iniciado hace tan solo dos meses.

Los primeros modelos que surgieron para asociarse fueron los “padrinos” y el “regalo solidario”.  A través del padrinaje, la persona se hace cargo durante seis meses de que cuatro familias reciban una canasta por mes, mediante una colaboración mensual en el mismo periodo de tiempo. En el caso del regalo solidario, el cumpleañero le avisa a sus familiares y amigos que quiere cambiar la forma de recibir su regalo de cumpleaños y les pide que donen canastas en vez de que le compren algo.

Ambos procesos son muy simples, mediante el registro en la web de CanastasUY. Las campañas para dar a conocer estas iniciativas se lanzaron hace relativamente poco, por lo que es difícil medir cuál tuvo más éxito, pero entendemos que ambas van a ser muy provechosas para el proyecto. De igual forma, estamos haciendo asociaciones a largo plazo con empresas que tienen sistemas de fidelidad (los socios donan sus puntos contra canastas). Confiamos en que estamos bien encaminados para asegurarnos cumplir con nuestros objetivos de largo plazo.

 

¿Han pensado en la continuidad del emprendimiento una vez estabilizada la situación de crisis?

Juan Balsa: Hoy pensamos en esto más que en otra cosa. Trazamos tres escenarios en función del tiempo. Uno de corto plazo, para los próximos cuatro meses en los que entendemos que se viene la parte fea. Más de 100 000 personas nuevas se encuentran ahora por debajo de la línea de pobreza, muchas empresas no van a lograr salir de la crisis y es muy difícil que estas personas consigan trabajo. Por eso creemos que tenemos que seguir generando esa ayuda para que no falte un plato.

Otro, de mediano plazo, para los próximos cuatro y 12 meses, en los que queremos pensar en una estrategia con el Mides y el gobierno. Es con ellos que tenemos que trazar una estrategia que tenga un equilibrio entre dar comida, preparar las condiciones para que haya trabajo y a la gente para cubrir estas necesidades. Los seguros de paro se van a terminar y va a alcanzarse el mayor pico de esta crisis. Será ahí cuando tenemos que ser más creativos y apoyar lo más posible desde el sector privado. Es un momento en el que los empresarios tenemos que replantear nuestros objetivos. No es un momento para hacer plata, sino para generar oportunidades. Esta debería ser la cabeza de los empresarios para que como país salgamos lo antes posible de la crisis.

En la historia hemos visto cómo en las crisis hay gente que se hace rica y gente que se hace pobre, esto es lo que tenemos que evitar, generando oportunidades desde el sector privado. Y el gobierno tiene que preocuparse de que esas oportunidades que se generan desde las empresas no se conviertan en problemas, como lo considera la ley de urgente consideración (LUC), que esperemos que se vote pronto.

Por último, en el largo plazo, visualizamos a CanastasUY como un gestor desde el sector privado, ayudando al país a convertirse en un país desarrollado. Hay varias ideas en la vuelta, pero falta debatirlas. Lo lindo es que CanastasUY (Asociación Civil Empatía Uruguay) trabaja en esta crisis con muchas asociaciones civiles que ayudan desde hace mucho tiempo e intentaremos en ese sentido buscar estrategias para trabajar en conjunto con el fin de no duplicar esfuerzos.

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