Revista del IEEM
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“Se necesitan decisiones políticas para impulsar el mercado de valores”

Patricia Torrado

Gerenta general de la Bolsa de Valores de Montevideo

¿Cuál es la situación de la BVM?

La situación actual de la Bolsa es compleja, estamos en un equilibrio inestable. La BVM es una empresa privada cuyos ingresos provienen de los servicios que brindamos a los operadores de bolsa y emisores de valores. En 2010 teníamos setenta y cuatro corredores y hoy tenemos treinta. En diez años perdimos más de la mitad de los ingresos fijos que cobramos a los corredores. Por el lado de los emisores de valores, estos también han disminuido, hay nuevos emisores, pero algunos se han retirado del mercado y las nuevas emisiones tienen características para inversores institucionales que no necesariamente llegan a nuestra bolsa.

El mercado de capitales local es casi inexistente. Esto significa que no hay variedad de alternativas de inversión con cotización bursátil local para ofrecer a los inversores que desean invertir en proyectos uruguayos. De esta forma se crea un círculo vicioso. Desde 1993, la BVM tiene un sistema de compensación, liquidación y custodia que permite a los operadores de bolsa liquidar y mantener en custodia inversiones locales y extranjeras. Custodiamos en forma directa en el BCU y en dos custodios internacionales de primer nivel, sin intermediarios. Sin embargo, la competencia internacional también nos afecta, hay menos corredores con mayor volumen y eso los hace calificar para acceder a servicios en el exterior, que antes por su volumen no accedían.

No obstante la realidad, creemos que la BVM tiene un rol importante para cumplir tanto en el financiamiento de las empresas uruguayas, como en generar oportunidades de inversión para pequeños inversores, fomentar la transparencia de las empresas públicas o proyectos de inversión del Estado, y al mismo tiempo ser un canal de educación financiera entre otros.

 

¿Cuáles creés que son los principales desafíos a los que se enfrenta el sector financiero en Uruguay?

Más que en el sector financiero me concentraría en el mercado de capitales, que tiene varios desafíos y son todos muy importantes.  Para mí, el mayor desafío —y el que creo que nos va a permitir desarrollar no solo al mercado sino a la economía en su conjunto— es alinear los intereses de todos los que participamos en la industria. Tenemos que acordar los puntos básicos que permitan el inicio de la ruta al desarrollo y actuar todos los actores en conjunto. Nadie puede ni debería actuar solo. Somos un mercado, y nuestro servicio —y el de todos los que estamos en el mercado de capitales— es un bien de interés público. Quizá suene utópico, lírico y hasta delirante, pero si no alineamos los intereses y los esfuerzos del regulador, las bolsas, los corredores de bolsa, las instituciones financieras que operan en el mercado de capitales, las AFAP, la concreción de desafíos individuales será relativa.

En los mercados existe lo que se denomina Comisión Nacional de Valores, un organismo que se dedica a la regulación y el control exclusivo del mercado de capitales. En Uruguay es un debe. Existe una Comisión de Promoción del Mercado de Valores, pero, dadas sus atribuciones, no actúa como una Comisión Nacional de Valores. Este debiera ser el ámbito en el que todos los participantes acordemos el plan.

También es necesario ampliar la gama de productos de inversión locales a los inversores, sobre todo a los pequeños inversores. Lamentablemente, en Uruguay hay solo cinco empresas que cotizan sus acciones en bolsa, el mercado accionario no existe. Si bien en el mundo cada vez son menos las empresas que cotizan sus acciones en bolsa, en Uruguay es una situación penosa. Es un proceso que se inició hace más de cuarenta años y que lejos de revertirlo se ha empeorado. Si bien se han desarrollado nuevos productos como los fideicomisos financieros, son escasos en relación con el tamaño de nuestra economía. Economías similares a la nuestra tienen un mercado de capitales más desarrollado.

Para las empresas que necesitan acceder al crédito, los mecanismos para obtenerlo a través de la bolsa son costosos. Esto deja fuera del circuito bursátil a las pymes, que son la gran mayoría de las empresas en Uruguay. Los números hablan, y Uruguay tiene un mercado de capitales de cotización pública muy inferior al que debería de tener en función de su PBI.

 

¿Cómo puede afectar el cambio de gobierno en cuanto a nuevos desafíos y oportunidades para el sector? ¿Hace falta que desde el Estado se tomen decisiones políticas que impulsen el mercado de valores?

Por supuesto que se necesitan decisiones políticas para impulsar el mercado de valores y no solo en Uruguay, en cualquier parte del mundo. El mercado de valores es un mercado muy regulado, la regulación no solo es necesaria, sino que es un deber por nuestra calidad de bien público. Pero la regulación debe estar en línea con la realidad y posibilidades del mercado en que se aplica.

En Uruguay tenemos una de las mejores regulaciones en materia de mercado de capitales, sin embargo, no tenemos mercado. Creo que deberíamos reflexionar en este sentido y no podemos hacerlo los particulares solos. Se necesita una voluntad y decisión política de pasar por estos temas con espíritu constructivo e incluyendo a todas las partes, porque nadie es dueño de la verdad.

Estamos muy esperanzados con el cambio de gobierno y el directorio de la BVM se reunió con los precandidatos presidenciales. El presidente electo fue el que se mostró más proclive a trabajar para el desarrollo del mercado. Su equipo está conformado por personas con mucho conocimiento y experiencia del mercado de capitales y esa es una muy buena señal para nosotros. Creemos que están dadas las condiciones para transitar un camino que nos eleve a todos.

 

¿Creés que a las empresas públicas les haría bien abrir su paquete accionario?

Sería muy bueno que abrieran al menos una parte de su capital, eso generaría efectos positivos para el mercado y para las empresas mismas. El hecho de que abran su capital exige una exposición pública de información que obliga inexorablemente a mejorar la gestión. Las empresas que cotizan sus acciones deben brindar información contable auditada, deben rendir cuentas en forma pública y explicar sus resultados. Es una buena palanca para cambiar la cultura de la gestión.

También sé que es difícil y que hay muchos elementos a tener en cuenta: económicos, jurídicos y políticos. No es simplemente decidir abrir parte del capital y hacer el trámite ante el BCU. Es complejo, pero se debe iniciar el camino, sino nunca se llega.

Una opción es abrir el capital de las empresas privadas de la órbita del Estado como DUCSA, o por proyectos, como el caso de UTE con los parques eólicos. Los parques eólicos se han financiado a través de fideicomisos financieros y acciones cotizando en bolsa. En estos proyectos hubo personas que invirtieron USD 100. El ejemplo de UTE es emblemático tanto para la BVM como para UTE y para las empresas del Estado. Nació de la voluntad política de cotizar en bolsa y llegar al cliente minorista y tuvimos que trabajar varias empresas para poder cumplir el objetivo de UTE. Hoy en las asambleas de Areaflin S.A. el equipo de UTE trabaja duro para presentar y explicar la información a los pequeños ahorristas y eso le da transparencia a la gestión y promueve la cultura del ahorro y la participación.

 

¿Cómo le afectan los cambios tecnológicos al sector?

La tecnología es uno de los grandes desafíos para todos los sectores y el mercado bursátil no es la excepción. Tanto desde el lado de gestión, el regulatorio y la demanda de los clientes, hoy todos estamos ávidos de tecnología que nos facilite nuestro diario vivir.

En el mercado bursátil la tecnología es fundamental. Por poner algunos ejemplos, hay que estar preparado para dar igual oportunidad de negocio a todos los operadores en un marco seguro, transparente y confiable, en tiempo real y segundos, tanto para hacer una operación como para hacer miles. Obviamente que a mayor demanda del servicio requerís de más capacidades, pero la base es la misma. Al tener tan poca operativa, el costo del desarrollo tecnológico por transacción es muy alto, pero desde el punto de vista conceptual no es cuestionable. Sin tecnología seguro no existís.

En 2008, salimos del sistema de negociación a viva voz al sistema electrónico, en ese momento fue con el sistema de la Bolsa de España. Hace tres años tenemos un sistema desarrollado por la BVM y una empresa de plaza. Nuestro sistema no es un commodity, ningún sistema bursátil lo es y no pueden serlo porque cada mercado tiene sus particularidades y las adecuaciones son complejas. Antes de poner el sistema español estuvimos un año y medio para implementar los cambios y luego tuvimos que bajarlo porque España lo bajó. En este sentido, depender de otra bolsa tiene su lado negativo, máxime cuando es una bolsa mucho más grande, tiene otro foco y no tenés poder de negociación alguno.

Si lo ves del lado de los operadores pasa lo mismo. En la interna de la gestión, los costos de apertura y mantenimiento de una cuenta de un cliente y la variedad de reportes que tienen que realizar son altos. Llega un punto en el que si no hay tecnología no podés hacerlo, no te dan las manos. Ni que hablar que, si querés dar un servicio al cliente similar a un banco, la tecnología es también un deber. Sin tecnología estás en camino a la extinción.

El punto está en lograr masa crítica de operaciones que permita la incorporación tecnológica a costos razonables y hacer economías de escala.

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