Revista del IEEM
TOP

“El gobierno entrante tendrá un período de adaptación en el que deberá demostrar capacidad de gestión y ejecutividad”

Ignacio Arechavaleta

Gerente general de OCA

OCA tiene más de 50 años de actividad comercial en Uruguay, ¿cómo fueron sus comienzos y cómo está posicionada como financiera hoy en día? ¿Cuál es el perfil del cliente?

OCA (Organización de Crédito Automático) fue fundada en 1966 por cuatro amigos emprendedores. Luego, en 1985, lanzaron OCA Card, la primera tarjeta de crédito en Uruguay de carácter local. En 1998 la empresa fue adquirida por BankBoston y actualmente es propiedad del grupo Itaú Unibanco.

OCA tiene más de 600 000 clientes y es el principal emisor de tarjetas de crédito en Uruguay. El market share en el sector de tarjetas de crédito (medido sobre el volumen de consumo que realizan las tarjetas de cada sello o emisor) es de 29 %. Históricamente, ha sido una tarjeta bien posicionada en todos los niveles socioeconómicos del país.

Nuestra visión de empresa es la de acompañar a los uruguayos todos los días, facilitando cada momento a través de las instancias de pago o crédito, posibilitando nuevas experiencias. Solamente poniendo al cliente en el centro de nuestras decisiones es que podemos pretender seguir siendo relevantes y continuar creciendo.

 

¿Cómo evaluás el desempeño de la Ley de Inclusión Financiera? ¿Qué impacto tuvo en su negocio?

La LIF tuvo un impacto transformacional en el desarrollo de los medios de pago en Uruguay. Basta con ver la evolución que tuvo el consumo con tarjetas de débito de 2014 a la fecha para entender el espacio que había para reducir el uso de efectivo. La LIF —con sus restricciones e incentivos— implicó la explosión del débito, que actualmente representa más del 50 % del volumen de pagos realizado con tarjetas. El negocio de tarjetas de crédito también presentó un crecimiento importante durante este período, pero de menor magnitud.

El otro gran efecto que tuvo la LIF fue la formalización de una importante parte de la población, que hasta el momento no estaba bancarizada. Estos uruguayos se vieron obligados a iniciar relaciones con bancos o emisores de dinero electrónico, instituciones que, a su vez, debieron adaptarse para recibir este contingente de clientes con enormes desafíos de rentabilización.

Por último, es importante destacar que el crecimiento del volumen transado en débito y crédito vino acompañado de un acuerdo de industria para reducir los aranceles cobrados por la operativa.

 

¿Qué se puede decir del panorama actual de consumo en Uruguay?

El consumo interno ha sido uno de los grandes dinamizadores de la economía en estos últimos años, a partir de la estabilidad macro y el aumento en el salario real de las familias. El escenario actual, con un mercado de trabajo más débil (con desempleo en el orden del 9 %) y un salario real estable, presenta desafíos al aumento en los niveles de consumo. De hecho, se encuentra relativamente estancado en los últimos trimestres.

La evolución del tipo de cambio es el otro gran factor que incide, ya que los aumentos en la cotización del dólar impactan automáticamente en las expectativas y las decisiones de consumo de mediano y largo plazo de los uruguayos. Sin dudas este año será desafiante.

 

¿Qué oportunidades y desafíos presenta el actual contexto económico y político uruguayo?

No hay duda de que la relación con nuestros vecinos y la evolución que tengan sus economías será uno de los factores a monitorear. En particular la situación en Argentina y de cómo resuelva el reperfilamiento de la deuda y sus desequilibrios fiscales. Lamentablemente, las primeras medidas tomadas por el gobierno entrante no son alentadoras para Uruguay; y la profundidad con que se apliquen podrá tener un impacto de importancia en nuestra economía.

A nivel doméstico, los principales desafíos pasan por la dinamización de la economía, la promoción de inversiones y la generación de empleo. Todo esto con el enorme objetivo y desafío de reducir el déficit fiscal, que está alcanzando niveles insostenibles.

La reforma previsional requerirá de una madurez política muy grande, pero habiendo coincidencia en la necesidad y urgencia de atacar este tema, tengo esperanzas de que se llegará a un acuerdo razonable.

La construcción de la segunda planta de UPM presenta una oportunidad importante, que tendrá un impacto significativo en la inversión privada, la construcción y la dinamización del empleo. Desde la perspectiva de la oferta, el aumento de la competitividad podría resultar en un factor que dinamice el sector primario de la economía y sus exportaciones.

En forma indirecta, una de las medidas tomadas por el gobierno argentino respecto del aumento en las detracciones de las exportaciones pecuarias puede también resultar en un factor dinamizador a partir del aumento de las inversiones realizadas por no residentes argentinos.

 

¿Cuál es tu percepción de la economía uruguaya hoy y cómo creés que puede evolucionar con el cambio de gobierno?

En términos macroeconómicos, tenemos datos provenientes del propio gobierno saliente que nos muestran una realidad desafiante: desempleo alto, inversión estancada y un déficit que no ha podido ser controlado pese a los aumentos de impuestos realizados estos últimos años.

El gobierno entrante comienza su gestión con todos estos desafíos bien presentes, sumados a una temporada que estará probablemente impactada por una nueva menor entrada de argentinos. El control del gasto y —mucho más que ello— la calidad del gasto, serán claves para mandar señales de gestión temprana en su legislatura. Mantener la calificación de grado inversor a efectos de no deteriorar aún más la situación fiscal también será muy importante. El flujo de inversiones también depende de ello.

El gobierno entrante tendrá un período de adaptación en el que deberá demostrar capacidad de gestión y ejecutividad. Las expectativas lo acompañan.

Postear un comentario