Revista del IEEM
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El papel de los indicadores en la gestión estratégica

La gestión estratégica implica no solo definir las acciones necesarias para el logro de objetivos fijados en un contexto específico, sino también establecer los mecanismos para evaluar el progreso a medida que dichas acciones se implementen. En esta labor de evaluación, los indicadores son una herramienta indispensable, ya que permiten medir continuamente el rendimiento, identificar áreas de mejora y mantener el enfoque en los objetivos.

La tarea de definir los indicadores adecuados no es sencilla, ni tampoco lo es la recopilación de la información necesaria para su elaboración, especialmente cuando esta no está disponible. Habrá que conceptualizarlos, definir los mecanismos a través de los cuales se recopilarán los datos necesarios (ya sea a través de software, tareas manuales, registros en puntos específicos de procesos, etc.) y poner todo ello en práctica.

¿Qué son los indicadores?

Son medidas, cuantitativas o cualitativas, que permiten evaluar el desempeño de una organización en relación con sus objetivos estratégicos. Los indicadores pueden ser de diversa índole, abarcando aspectos financieros, operativos, comerciales, de recursos humanos, ambientales, entre otros. En ocasiones serán permanentes, es decir, indicadores que se actualizarán y consultarán en forma recurrente a lo largo de la vida de la organización. En otros casos, podrán crearse para ilustrar la evolución de una iniciativa o proyecto con una fecha de finalización.

La tarea de definir los indicadores adecuados no es sencilla, ni tampoco lo es la recopilación de la información necesaria para su elaboración, especialmente cuando esta no está disponible.

Relevancia de los indicadores en la gestión estratégica

Los indicadores tienen un rol fundamental en la gestión estratégica por las siguientes razones:

  • Permiten medir el progreso. Los indicadores ofrecen datos específicos sobre el progreso de una organización hacia sus objetivos estratégicos. Esto permite a los gerentes evaluar si las estrategias implementadas están teniendo éxito y realizar ajustes si es necesario.
  • Facilitan la toma de decisiones con una visión sistémica. Los indicadores ayudan a visualizar oportunidades y problemas, así como a asignar prioridades de acción con referencia a los mismos. Con información creíble sobre los resultados obtenidos, los gestores construyen una visión completa de la organización. Esto les da confianza para tomar decisiones importantes y fomenta el crecimiento orgánico de la empresa.
  • Promueven la alineación organizacional. Una de las grandes fortalezas de los indicadores es que generan un lenguaje común para toda la organización, alineando a los diferentes departamentos y equipos hacia los objetivos estratégicos comunes. Esto fomenta el trabajo en equipo y la colaboración entre las distintas áreas de la empresa.
  • Mejoran la transparencia y la rendición de cuentas. Al comunicar cómo se medirán los resultados y cuáles son los objetivos, los indicadores promueven la transparencia en las actividades de toda la organización al permitir a los gerentes y stakeholders evaluar el desempeño de la organización y la efectividad de las estrategias implementadas.
  • Facilitan el aprendizaje y la mejora continua. Con el análisis de los indicadores a lo largo del tiempo, las organizaciones pueden identificar tendencias, patrones y áreas de mejora. Esta información les permite aprender de sus experiencias y tomar medidas para mejorar su desempeño de forma continua. 

Selección y definición de indicadores

La selección y definición de los indicadores adecuados es clave para la gestión estratégica. Es importante que los indicadores sean:

  • Relevantes. Deben estar alineados con los objetivos estratégicos de la organización.
  • Medibles. Deben ser susceptibles de ser medidos de manera confiable y precisa.
  • Oportunos. La información que proporcionan debe estar disponible de manera oportuna para la toma de decisiones, es decir, a tiempo y para los decisores adecuados.
  • Accionables. Deben permitir a los gerentes tomar acciones concretas para mejorar el desempeño. Esto significa que deben ser pasibles de ser afectados por decisiones que caen bajo el ámbito de los gerentes.

Los indicadores deben permitir a los gerentes tomar acciones concretas para mejorar el desempeño.

En la elaboración del conjunto de indicadores, es clave balancear la aplicación de indicadores estándar o surgidos de buenas prácticas, con la definición “clínica” que las particularidades de la organización requieran. Actualmente, un desafío creciente debido a la abundancia de datos es la tendencia a definir demasiados indicadores sin considerar inicialmente las preguntas más relevantes del negocio. Esto ocurre a menudo cuando se prioriza la inclusión de datos prácticos antes que la reflexión estratégica sobre qué información es realmente importante.

Conclusión

Se suele asumir, erróneamente, que las empresas enfrentadas a una realidad cada vez más dinámica deben liberarse de las limitaciones de procesos de gestión estratégica que fueron concebidos para entornos estables. La realidad es precisamente la contraria.

Los entornos dinámicos no eximen de planificar, sino que obligan a planificar más aún.

Tan seguro es que el futuro será en alguna medida diferente de lo planificado, como que habrá más habilidad para adaptarse si se hizo un ejercicio profundo de planificación. Los escenarios alternativos a considerar se multiplican, y la planificación debe revisarse permanentemente. Es la selección y definición adecuada de los indicadores la clave para lograr la continuidad frente al cambio constante.

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Autor

Responsable del GEM Uruguay y profesor de Economía Política en

Ph.D. en Gobierno y Cultura de las Organizaciones, Universidad de Navarra; máster en Dirección y Administración de Empresas, IEEM, Universidad de Montevideo; contador público, Universidad de la República (Uruguay); licenciado en Administración, Universidad de la República (Uruguay); GloColl, Harvard Business School.

Profesor de Análisis de Decisiones y Sistemas de Información en

Ph.D. en Informática, Universidad de la República y en Computer Sciences, INRIA (Francia); máster en Dirección y Administración de Empresas, IEEM, Universidad de Montevideo; máster en Informática, Universidad de la República (Uruguay); ingeniero en Computación Universidad de la República (Uruguay); GloColl, Harvard Business School.

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