Revista del IEEM
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La economía uruguaya en 2022

Para 2022 el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) proyecta un crecimiento del 2,9 % para la economía uruguaya, mientras que de la última encuesta de expectativas realizada a analistas por el Banco Central del Uruguay en enero surge un crecimiento del 3,3 %.

Un pronóstico siempre comienza a partir de determinados supuestos y, sobre ellos, se construye un entramado de relaciones, todas ellas fuertemente influenciadas por datos históricos. Las diferencias que luego se observen entre proyección y realidad obedecen a cambios inesperados en los supuestos o las relaciones incorporadas en el modelo.

La pandemia demostró la debilidad que tienen las proyecciones. Cuando en 2019 se estaban haciendo los pronósticos para 2020, nadie en su sano juicio incorporó la aparición de un virus de ese tipo ni su impacto.

En un mundo crecientemente cambiante es importante que los directivos cuenten con buenas proyecciones, pero también que comprendan sus fundamentos, de forma que cuando se produzca alguno de esos cambios inesperados puedan entender sus implicancias, independientemente de las mediciones finas, que no son su cometido.

En esta columna abordaremos cuál es la evolución más probable de las principales variables que determinan el desempeño de la economía nacional, el énfasis estará en explicar los fundamentos en los que se sustenta estas proyecciones.

El peso de las variables externas

Uruguay es una economía pequeña, muy influenciada por el contexto mundial. Por esta razón, la mayoría de los modelos de proyección de la evolución del nivel de actividad económica de Uruguay dan un peso relevante a ciertas variables externas: crecimiento económico mundial, crecimiento de las economías regionales, inflación internacional, evolución de los precios de los commodities y de las condiciones financieras internacionales. El crecimiento está, pues, fuertemente condicionado por factores ajenos a su control. Estas variables externas tienen efectos sobre la economía, tanto en la formación del tipo de cambio como en su depreciación esperada, en los precios locales, en la tasa de interés real de equilibrio y la prima por riesgo.

La mayoría de los modelos de proyección de la evolución del nivel de actividad económica de Uruguay dan un peso relevante a ciertas variables externas.

A continuación, describiremos en mayor detalle cada una de las variables externas relevantes que afectarán el crecimiento en el corto plazo de Uruguay.

El crecimiento global y de China

Se espera que el contexto internacional para 2022 sea favorable. Se prevé que la economía mundial crezca un 4,4 %, sin embargo, se reconoce una desaceleración considerable en relación con los valores proyectados para el cierre de 2021, que se han corregido al alza en 5,5 %.

En particular, para la economía de China se espera una desaceleración drástica, en torno al 5 %, casi tres puntos por debajo del crecimiento de 2021. La evolución del país asiático es de interés particular para Uruguay porque es el principal socio comercial como exportador de bienes agroindustriales, representando en 2021 el 28 % de las exportaciones de bienes, con USD 3277 millones exportados[1]. Su relevancia en la matriz exportadora ha aumentado considerablemente en los últimos quince años como consecuencia de su notable crecimiento económico. Si bien se espera una desaceleración de esta economía para 2022, se estima que no implicará cambios en los niveles demandados a nuestro país. Asimismo, el gobierno está trabajando en un estudio de factibilidad en conjunto con China para evaluar un eventual TLC entre ambos países.

La evolución de las economías regionales

En cuanto a la región, se espera un escenario menos optimista con incertidumbres tanto en términos económicos como políticos.

Para Argentina se espera un crecimiento del 2,5 %. Las políticas proteccionistas del gobierno actual causaron que el peso de las exportaciones de bienes a Argentina cayera sostenidamente. Estas exportaciones representaban el 18 % en el año 2000. En 2021 cayeron a 5 %.

Se prevé que la economía mundial crezca un 4,4 %, sin embargo, se reconoce una desaceleración considerable en relación con los valores proyectados para el cierre de 2021.

Exportaciones especialmente valiosas porque Uruguay era competitivo en ese mercado en lo que refiere a producciones industriales intensivas en mano de obra, como la confección. Sin embargo, Argentina sigue siendo relevante en nuestra exportación de servicios. El turismo representa el 8 % del PBI. Más de la mitad de los turistas extranjeros que recibe Uruguay son argentinos. Argentina tiene problemas de acceso al crédito internacional, un déficit entre el 3% y el 4 % que financia con emisión y una brecha cambiaria enorme y en aumento. Logró llegar a un acuerdo con el FMI, pero ahora hay tensiones internas respecto del mismo y  debe ser aprobado por el Congreso.

En el caso de Brasil, las proyecciones de crecimiento del PBI para 2021 (4,5 %) y 2022 (0,3 %) continúan siendo revisadas a la baja, ante el elevado déficit y la incertidumbre fiscal, el impacto de la sequía, el incremento de la inflación (superior al 10 %), y una suba de la tasa de interés (la tasa Selic está en 10,75 % y podría subir más) a efectos de contener la inflación. En el plano político, ante las elecciones del mes de octubre se percibe también cierta incertidumbre en los mercados. La percepción es que la situación favorecerá al que es el claro favorito a ganar las próximas elecciones: Luiz Inácio “Lula” Da Silva.

En el caso de ambos países son previsibles nuevas devaluaciones de sus monedas, con perjuicio a nuestra competitividad.

Precio de los commodities

Los precios de los commodities se determinan por los factores que afectan su oferta y demanda. Los factores que afectan a la demanda son: la evolución de la actividad económica global y la tasa de cambio multilateral del dólar. Mientras que los determinantes de la evolución de los precios de los commodities del lado de oferta son: los cambios en la política monetaria, costos de transporte o cadenas de suministros, precio de los combustibles, producción de biocombustibles y factores climáticos.

Para este año se esperan precios altos de los commodities, dados por las buenas proyecciones de crecimiento mundial, incluso descontando los posibles impactos de la variante ómicron y el efecto que tendría la sequía sobre los niveles producidos.

Las condiciones financieras internacionales

En enero la inflación en Estados Unidos fue de 7,5 %, la mayor en los últimos 40 años, y estuvo por encima del rango meta por onceavo mes consecutivo. Como reacción, la FED decidió acelerar la retirada de estímulos, y finalizar la reducción de las compras de activos para marzo de 2022, antes de lo inicialmente previsto. Se prevé, entonces, que, una vez cumplida la retirada, ocurran en el segundo trimestre de 2022 tres posibles aumentos en la tasa.

Paralelamente a estos procesos, se prevén ajustes agresivos de las políticas monetarias de las restantes grandes economías.

Para este año se esperan precios altos de los commodities, dados por las buenas proyecciones de crecimiento mundial, incluso descontando los posibles impactos de la variante ómicron.

Las consecuencias que se reconocen para Uruguay son el encarecimiento del financiamiento del país y presiones al alza del dólar. En el mediano plazo puede haber impactos en los mercados financieros y en las inversiones que llegan al país, dado que la opción de invertir en bonos estadounidenses podría tener un retorno más atractivo.

Las variables endógenas

Las variables endógenas son aquellas en las que el gobierno sí puede incidir.

Debido al compromiso explícito del gobierno con la estabilidad fiscal, no es previsible incrementos de la inversión y el consumo público. El foco estará en la dinamización de la demanda extranjera. El gobierno marcó como prioritario avanzar en su apertura comercial y se está trabajando en TLC con China y Turquía. De la mano de la apertura comercial, tendrá que venir una agenda que contribuya a la mejora de la productividad y lograr mayores niveles de inversión, para asegurar la senda de crecimiento a largo plazo.

La atención también estará en torno a los cuidados de los equilibrios macroeconómicos. El BCU ha ratificado sus objetivos en materia de estabilidad de precios. En cuanto al déficit fiscal, el plebiscito ha enlentecido el tratamiento de la reforma de la seguridad social, pero hacer los cambios estructurales que requiere son imprescindibles para sostener las finanzas públicas en el mediano y largo plazo.

Referencias

[1]           En segundo lugar se ubicó Brasil (16 %), seguido por la Unión Europea (14 %), Argentina (5 %), EE. UU. (5 %) y Egipto (4 %)

Autores

Responsable del GEM Uruguay y profesor de Economía Política en

Ph.D. en Gobierno y Cultura de las Organizaciones, Universidad de Navarra; máster en Dirección y Administración de Empresas, IEEM, Universidad de Montevideo; contador público, Universidad de la República (Uruguay); licenciado en Administración, Universidad de la República (Uruguay); GloColl, Harvard Business School.

Gerenta de Consultoría Económica en Grant Thornton

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