Revista del IEEM
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Afectación y evolución del mercado de trabajo

Para enfrentar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, el gobierno adoptó ciertas medidas para mitigar su impacto sobre la actividad comercial y productiva. Entre las medidas adoptadas, la más importante y eficaz para el sector empresarial ha sido la creación del seguro de desempleo parcial por reducción de la jornada o días de trabajo. Luego se adoptaron otras medidas, tales como líneas de créditos, fondos de garantía, aplazamientos de vencimientos y subsidios menores para monotributistas, pequeñas y medianas empresas, y partidas transitorias de $ 5000 para cada trabajador que se reincorpore del seguro de paro y por nuevo trabajador contratado, pero no tuvieron el efecto deseado.

Sectores más perjudicados

Los sectores que nuclean a más personas ocupadas son el Comercio y los Servicios, los cuales han sufrido el mayor riesgo de pérdida de puestos de trabajo (especialmente comercios al por mayor y menor, hoteles, restaurantes, inmobiliarias, agencias de viajes y otros servicios vinculados al sector turístico, de acuerdo con el Boletín Económico CCSU de noviembre de 2020).

Los sectores menos perjudicados han sido el de la construcción y los vinculados a la agricultura y la ganadería. Estos sectores fueron los que han mandado menos personas a seguro de desempleo.

Asimismo, el Índice de Confianza del Consumidor, elaborado por la Universidad Católica y Equipos Consultores, mostró una fuerte caída de nueve puntos entre el nivel de optimismo reflejado por el consumidor en febrero de 2020 y el nivel de moderado-pesimismo reflejado en marzo de 2020.

El COVID-19 también ha tenido un efecto negativo en la compra de bienes durables (una vez adquiridos pueden ser usados un gran número de veces). La compra de electrodomésticos cayó un 30 %, y la compra de autos y viviendas un 18 % en marzo de 2020. Esto refleja que las personas han sido más cautas con sus gastos y menos propensas a endeudarse en cuotas a largo plazo.

¿Qué sucedió dentro del mercado laboral?

En el trimestre marzo-mayo la tasa de desocupación subió a 9,8 % con caída de empleo. Al mes de junio de 2020 se tenían 177 000 personas ampradas al seguro de desempleo que lograron mantener temporalmente su vínculo laboral. En ese contexto, entre junio y diciembre de 2020 se vencieron más de 152 convenios colectivos. Al iniciarse la octava ronda de consejos de salarios el motivo principal asociado a los subsidios por desempleo estuvo relacionado con la suspensión de trabajo (más de 153 000 amparos), luego vino la reducción de jornadas u horas trabajadas (casi 27 000 amparos) y, finalmente, la causal despido, que fue la menos utilizada (con 19 000 amparos).

Fue así como, en el medio de la pandemia y con una inflación anual, a mayo de 2020 era del 11,05 % y a junio del 10,36 %, tanto el Gobierno como las Cámaras Empresariales y el PIT-CNT acordaron implementar un “acuerdo puente” por el plazo de un año, para posteriormente abrir los subgrupos de negociación.

¿Qué podemos esperar en 2021?

A pesar del arribo de las vacunas y de haber iniciado la implementación de plan de vacunación, volver a la normalidad va a costar bastante, y las políticas deben ser de aplicación constante y progresiva. Actualmente, según estimación del INE, al mes de marzo de 2021 la tasa de desempleo llegó a 10,7 %, con unas 192 000 personas desocupadas. Nadie sabe cuándo va a terminar esta realidad que nos aqueja, y las cifras macroeconómicas siguen sin presentar mayor recuperación.

Hace doce meses era impensado que alguno de nosotros conociera o tuviera descargada las aplicaciones Zoom, Microsoft Teams o Google Meet. Sin dudas, la pandemia trajo el crecimiento del teletrabajo y del trabajo en domicilio, que significó que, entre abril y mayo de 2020, teletrabajaran unas 200 000 personas. Esto hace suponer que el teletrabajo es un fenómeno que vino para quedarse.

La pandemia ha traído mucha sensibilización a la sociedad respecto a las medidas de higiene y salud laboral implementadas por las empresas, y su cumplimiento y buen uso por parte de los trabajadores. El consumidor se fija en todos los detalles y han sido innumerables las reclamaciones que han recibido el MSP y las Cámaras Empresariales por el cumplimiento de las medidas sanitarias.

Además de este hecho, en noviembre de 2021 comenzaría a regir el Decreto n.o 127/014 que fuera prorrogado en varias oportunidades, debiendo contar con servicios de salud obligatorios las empresas que cuenten con 50 o más trabajadores.

En este sentido, las empresas invertirán más en aspectos relacionados con los servicios de salud y de seguridad en el trabajo.

Reflexiones finales

En Uruguay existen más de 190 000 empresas, y el 99,5 % de ellas son micro, pequeñas y medianas. Este 99,5 % de empresas generan el 67 % del empleo en nuestro país.

Por ende, para crear empleo y mejorar la economía del país, se debe apoyar y fomentar al sector privado. Pues el sector privado siempre ha sido el motor de reactivación de la economía. Por eso hay que poner el foco en el emprendedor y en las pequeñas y medianas empresas.

Si el mayor desafío en materia de política económica es la creación de empleo, entonces tenemos que cuidar la salud de las pequeñas, medianas y grandes empresas. El sector público no sirve para crear empleo con economías deficitarias, ya que todo empleo que se crea en el Estado significa que el dinero sale del bolsillo del contribuyente (todos nosotros) lo cual repercute en un aumento del gasto público, y termina siendo un círculo vicioso que nunca retorna al sistema económico.

Entre febrero y junio de 2020 cerraron más de 7000 mipymes. No podemos esperar a que finalicen los subsidios por desempleo para comprender la complejidad y problemática que traerá la pandemia sobre el empleo y la desocupación. Por esta razón se deben elaborar políticas impositivas, de inversión, planes con precios a la baja de tarifas públicas, y créditos ultrablandos sin intereses, que permitan desahogar a las empresas, que son las que, en definitiva, con su capital y a riesgo propio crean empleos.

Ya en estos momentos, el Parlamento se encuentra analizando un proyecto de ley con beneficios para las mipymes de ciertos sectores de actividad. Esto es una buena señal que esperemos que prospere con su aprobación.

Autor

Asesor de la Gerencia Jurídica de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (CCSU)

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