Revista del IEEM
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Del internet de la información al internet del valor

Han pasado alrededor de 30 años desde que Internet cambió el mundo por primera vez y, como sucede con cualquier tecnología nueva, se ha ido transformando con el tiempo para incorporar nuevas posibilidades.

 

WEB 1.0

La primera generación de la web no se llamó “Web 1.0”; le dimos esa etiqueta en retrospectiva, a medida que surgían nuevas versiones. En su génesis, en los años 90, a veces se le llamaba «web de información» y es una descripción bastante precisa: se desarrolló para permitir que la investigación se compartiera entre académicos y gobiernos, y básicamente funcionaba como una biblioteca.

 

WEB 2.0

Los cambios más significativos comenzaron en 2004. Facebook y YouTube revolucionaron la web al impulsar el concepto de contenido generado por el usuario, permitiendo que todos aquellos con una conexión a Internet tengan la oportunidad de ser la estrella de su propia plataforma. Así nació la web social y se magnificó con los smartphones.

 

WEB 3.0

La era que en la que estamos entrando tiene que ver con la propiedad digital: ya no hará falta depender de intermediarios para comprar bienes y servicios, ni se necesitará que el banco actúe como guardián del dinero. La fuerza impulsora detrás de esta evolución es la tecnología blockchain, redes que se ejecutan en un protocolo de almacenamiento descentralizado, accesible para cualquier persona con conexión a Internet. La adopción masiva de esta infraestructura tiene enormes implicaciones tanto a nivel social como individual.

 

¿Qué significa para el usuario?

El potencial que ofrece la blockchain no tiene precedentes y cambiará por completo la forma en que interactuamos online. Una gran cantidad de nuevas Dapps (aplicaciones descentralizadas) ya están aprovechando las capacidades peer-to-peer para abrir paso a una nueva generación de bienes y servicios. Una empresa llamada Drife, por ejemplo, está desafiando el paradigma de Uber al permitir que los conductores y pasajeros se conecten directamente, en lugar de a través de servidores centrales. Esto elimina el costo del intermediario y la necesidad de compartir cualquiera de sus datos personales.

¿Qué pasaría si pudieras ganar dinero con tus ahorros en criptomonedas prestándoselo a un desconocido? Compound Dapp muestra el increíble potencial de las transacciones entre pares dentro de las finanzas descentralizadas. Alguien que tiene algo de dinero extra y quiere actuar como prestamista puede depositar tokens en un grupo de liquidez regido por un contrato inteligente. Luego, los prestatarios organizan préstamos de este grupo y el acreedor puede realizar un seguimiento del préstamo, los reembolsos y los intereses que gana con el tiempo. Y se puede hacer todo de forma anónima.

¿Quizá el arte es lo tuyo? Si es así, tu mundo está a punto de cambiar totalmente: tokens no fungibles (NFT), activos digitales únicos que se ejecutan en la blockchain. Plataformas como Rarible, Opensea o Mintable permiten a los artistas y coleccionistas crear, poseer y monetizar activos en el ecosistema digital.

 

¿Por dónde se empieza?

Quizá la Web 3.0 sea lo más emocionante que le haya pasado a nuestra generación. El primer paso para acercarse a esta tecnología es comprender no solo sus beneficios potenciales, sino también las nuevas responsabilidades financieras que confiere y cómo se puede aprovechar al máximo el nuevo ecosistema.

 

Puntos clave: 
  • Internet está entrando en una nueva fase totalmente diferente, y tendrá un profundo impacto en la forma en que interactuamos.
  • Hasta ahora hemos dependido de grandes plataformas para mediar en las transacciones comerciales y la comunicación, lo que tiene costos ocultos y reduce nuestro control sobre nuestros activos digitales.
  • La blockchain ofrece una solución a este problema al permitir que el almacenamiento de datos se descentralice, omitiendo así los problemas de usar un intermediario y devolviéndonos el control.
  • La prioridad para adoptar esta nueva tecnología es comprender cómo administrar sus activos dentro del nuevo sistema.

Fuente: “Web 3: From the Internet of Information to the Internet of Value”. Ledger, mayo de 2021.

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