Revista del IEEM
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Tecnología blockchain y la identidad digital autosoberana

Todos los días utilizamos nuestra identidad digital. El uso de Internet se volvió una parte ineludible de nuestra experiencia, y cada vez más actividades que se realizaban en el plano de lo real hoy son virtuales. Buscamos productos, destinos, comercios, restaurantes, generamos perfiles, pagamos servicios, nos inscribimos en cursos, estudiamos y hasta trabajamos a través de plataformas o aplicaciones. Día a día generamos información sobre nuestra persona y delegamos la custodia y administración de esos datos a otras empresas e instituciones, sin ser conscientes de los riesgos que esto implica.

Durante los últimos años fuimos testigos de los problemas que este modelo tradicional de identidad tiene, explotados y potenciados con el crecimiento de la virtualidad y digitalización. La falta de protección de nuestros datos, la vulnerabilidad de los sistemas, el uso comercial y político de la información personal, y la desposesión de los registros e historiales que cada persona construye son solo algunos de los perjuicios que muestra un modelo de identidad que no logra cumplir con los derechos básicos de las personas.

La tecnología blockchain puede ser la solución a estos problemas. Durante sus cortos años de vida, esta tecnología ha demostrado tener un fuerte potencial más allá del uso vinculado a las criptomonedas. De acuerdo con estimaciones del Foro Económico Mundial, para 2027 el 10 % del PBI a nivel global estará almacenado en blockchain. Esto se debe a las ventajas económicas que presentan las características particulares de esta tecnología: la descentralización, trazabilidad de la información, la inmutabilidad, la resistencia a la censura, transparencia, seguridad y privacidad de los datos.

Entonces, ¿cómo puede la blockchain contribuir a construir un nuevo modelo de identidad digital? En el 2016, Christopher Allen, especialista en blockchain e identidad, escribió un artículo pionero que estableció los 10 principios para la Self Sovereign Identity (SSI), que se convirtieron en una referencia ineludible dentro de la industria. En esa publicación, Allen enumera los aspectos de este nuevo modelo de identidad digital, en el que el foco está puesto en las personas, su soberanía en la administración y control de su información personal.

Al aplicar el uso de la tecnología blockchain en la construcción de este modelo innovador de identidad digital autosoberana, se contribuye a reducir y eliminar los problemas habituales de los sistemas tradicionales o centralizados de gestión de la identidad, en los que la información relacionada a distintos atributos de la persona es controlada o gestionada por una entidad tercera. En primer lugar, en un modelo de identidad digital autosoberana, las personas son dueñas de sus propios datos, almacenados a través de credenciales verificables, que son registros digitales generados por terceros o instituciones confiables. El titular de los datos decide con quién compartir su identidad y, sobre todo, tiene la potestad de preservarla, sin depender de los registros de la institución emisora de la información.

Segundo, estos modelos de identidad, gracias a la utilización de la tecnología blockchain, reducen de forma significativa los costos de verificación de la información. En estos sistemas, quien precisa comprobar la veracidad de la identidad de una persona determinada no necesita contactar a la institución emisora de la información, sino que puede acudir directamente a un registro descentralizado y público —la blockchain— donde se encuentran las pruebas criptográficas de la credencial que el emisor registró y mantiene de manera segura y privada.

 

Blockchain y la inclusión social

En 2018, ONG Bitcoin Argentina y el laboratorio de innovación del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab) crearon Proyecto DIDI, un programa de promoción de la identidad digital autosoberana y la tecnología blockchain con el objetivo de investigar, implementar y evaluar los alcances de este modelo aplicado a la inclusión social. Durante 2020, Proyecto DIDI presentó ai·di, una app móvil creada bajo los principios de SSI que funciona como un portadocumentos digital que permite almacenar credenciales vinculadas a datos económicos, cívicos y sociales. Ese mismo año, se llevó adelante un proyecto piloto de inclusión financiera para personas no bancarizadas en el barrio Padre Carlos Mugica (ex villa 31), en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a través de la construcción de una reputación crediticia como parte de la identidad digital de los individuos.

El desarrollo de este proyecto permitió exportar el modelo basado en ai·di a otros territorios y explorar nuevos casos de implementación de esta tecnología. Hoy en día, Proyecto DIDI trabaja, en conjunto con organizaciones civiles y cooperativas de trabajo, en un modelo de identidad digital autosoberana para apicultores de Santiago del Estero, con el objeto de mejorar sus condiciones de producción y el acceso a servicios financieros. Por otro lado, junto a la empresa proveedora de servicios GovTech, OS City, Proyecto DIDI colabora en un sistema de identidad digital ciudadano en la ciudad de Mar del Plata y en la provincia de Misiones.

La transformación digital genera desafíos que nos obligan a repensar nuestras prácticas pasadas. Las debilidades de los sistemas de identidad centralizados y tradicionales están cada vez más expuestas en tiempos en los que la virtualidad y la digitalización atraviesan todas las áreas de nuestra cotidianeidad. Las tecnologías descentralizadas aún forman parte de una industria joven, que se encuentra dando sus primeros pasos. Por eso se debe trabajar con más fuerza ahora en reconocer las posibles aplicaciones de esta tecnología en temáticas sociales, estudiar las ventajas que ofrece a las personas, a la inclusión, al cumplimiento de derechos humanos básicos, y así evitar que esta tecnología innovadora quede reducida a sus usos vinculados a los criptoactivos. El momento es ahora.

Autor

Responsable de prensa de la ONG Bitcoin Argentina y coordinador de Comunicación de Proyecto DIDI

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