La minería es un proceso necesario y fundamental para el funcionamiento de una red blockchain descentralizada, como es la red Bitcoin. De hecho, tanto la tecnología blockchain como el término minería en este contexto surgieron con la creación de la red Bitcoin.

El proceso de minar tiene dos objetivos principales. Por un lado, emitir unidades de la criptomoneda correspondiente a la red (Bitcoin, Ethereum u otra), como lo haría una entidad central con monedas fiduciarias (rol de un banco central). Y, por otro lado, validar las transacciones que se dan en la red. Es decir, confirmar las transferencias enviadas desde una billetera (wallet) a otra.

Los mineros, por tanto, son los nodos que conforman las redes de la blockchain, quienes ejecutan el proceso de minería. Para hacerlo, utilizan servidores, computadoras, laptops o cualquier otro equipamiento capaz de procesar datos y realizar las operaciones exigidas por los protocolos.

De manera muy esquemática, en un intervalo de tiempo dado, todos los mineros (nodos) crean bloques con miles de transacciones (transferencias entre billeteras) e intentan resolver un problema matemático único correspondiente al bloque creado. El primero en resolverlo debe enviar la información de su bloque al resto de los mineros (nodos) para que puedan confirmarlo y agregarlo a la blockchain de la red. Todos los bloques validados son los que, justamente, conforman la cadena de bloques o blockchain y en ellos se encuentran todas las transacciones realizadas desde el inicio de la red.

Este concepto es el que permite hablar de descentralización. Los mineros sostienen el funcionamiento de toda la red sin necesidad de que lo haga una entidad central (empresa u organismo).

Es lógico preguntarse por qué lo hacen. ¿Por qué hay personas o empresas que invierten para minar y sostener una red blockchain? Los mineros cuentan con dos incentivos para hacerlo: una comisión por transacción procesada y la recompensa que reciben si son los primeros en procesar un nuevo bloque (reciben las nuevas critpo emitidas). La comisión y la recompensa se entregan mediante la criptomoneda correspondiente a la red. En el caso de la red de Bitcoin, es a través de Bitcoins.

Dependiendo de la red, existe una lógica que determina cuál será la recompensa en cada momento. A modo de ejemplo, en la red Bitcoin, cada cuatro años la recompensa disminuye a la mitad (“halving”). Actualmente se le otorgan al minero 6,25 BTC por cada bloque. Por otra parte, cada transacción cuenta con una comisión, que paga el usuario que desea realizar una transferencia, que va directamente para el minero que la procesó en su bloque.

¿Quiénes son los mineros?

Para implementar la red Bitcoin, los impulsores de la tecnología —en su mayoría desarrolladores de software— fueron quienes crearon los primeros nodos, instalando el software necesario en computadores personales y brindándoles conectividad a Internet.

Al sumarse más mineros a la red, se incrementó la competencia y, por tanto, disminuyó paulatinamente la probabilidad de que un minero resolviera individualmente el problema de un bloque. Por un lado, los nuevos mineros se unieron a la red con equipos más potentes y rápidos, y, por otra parte, aunque todos los mineros tuvieran la misma capacidad de cómputo, por cuestiones estadísticas, al incrementarse la cantidad de participantes disminuye la probabilidad por minero.

Para aumentar la probabilidad de obtener la recompensa surgieron, en términos generales, dos modalidades de minería en grupo. Las granjas, que se trata de grupos inversores que establecen un data center y adquieren equipos de muy alto rendimiento, específicamente diseñados para minar. En ellas, todas las recompensas y comisiones obtenidas se reparten entre los inversores de manera proporcional a su participación. Y los pool de mineros, que son grupos que surgieron con la intención de brindar la oportunidad de minar a quienes cuentan con equipos de bajo rendimiento, con poca capacidad de cómputo, como son las computadoras personales. Así, se logra integrar muchísimos equipos a nivel de software, para incrementar conjuntamente la capacidad de cómputo y aumentar así la probabilidad de resolver un bloque. Las recompensas y comisiones obtenidas se reparten entre todos los participantes del pool.

¿Es un negocio rentable y sostenible?

Como todo proyecto de inversión, para analizar la rentabilidad es necesario considerar variables claves que pueden incidir en los ingresos y en los costos, tanto de inversión como operativos. En la minería, las principales son las siguientes: precio en dólares de la criptomoneda de la red; crecimiento relativo de la red; costo del hardware para los nodos; costo de la energía eléctrica.

A nivel de ingresos, las dos variables más relevantes son el precio de la criptomoneda que se está minando y el crecimiento relativo de la red. Debido a que la recompensa es un valor fijo en cripto, si el precio aumenta en dólares, el minero recibe una mayor recompensa en dólares. A modo de ejemplo, si un minero recibe 6,25 Bitcoins, obtendría USD 281 250 si el precio es de USD 45 000/Bitcoin, o USD 375 000 si el precio es de USD 60 000/Bitcoin. La variación del precio se regula en función de la oferta y de la demanda.

Al mismo tiempo, cuanto mayor sea la red, cuántos más mineros haya, la cantidad de bloques resueltos al cabo de un año será menor por minero y, en consecuencia, la cantidad de Bitcoins que recibe cada minero es menor.

Respecto a los costos, la variable de mayor incidencia y volatilidad a nivel de inversión es el costo del hardware necesario para implementar los nodos. Por otro lado, a nivel de costos operativos, la variable de mayor impacto es el costo de la energía eléctrica.

Como se puede observar, la variabilidad en los principales costos es baja y no depende mayoritariamente de lo que ocurra en la industria cripto, sino de otros factores que son definibles antes de comenzar con el proyecto. A modo de ejemplo, es posible elegir una ubicación geográfica para la instalación donde el costo de la energía eléctrica sea bajo. Dado que son variables controlables, se busca ser muy eficiente en los costos.

En contraposición, los ingresos dependerán exclusivamente de lo que ocurra con la industria cripto y específicamente con la red correspondiente. Más allá de las dificultades a las cuales se han enfrentado las criptomonedas y las redes blockchain, los beneficios que han demostrado tener en distintos casos de uso ha permitido que muchas de ellas se desarrollen y se convirtieran en proyectos sostenibles.

Visto de otra manera, si hay redes como las de Bitcoin y Ethereum que cuentan con más de 11 y seis años de vida respectivamente, es porque la mayoría de quienes mantienen la red (los mineros) han obtenido ganancias durante este tiempo.

Cuánto más tiempo tenga la red blockchain en la cual se desea minar, más estadísticas e información habrá, por lo cual, más probable es entender y proyectar su futuro acertadamente.

Este es el punto de partida para analizar la viabilidad de un proyecto de minería, entender los casos de uso de la red y cuál es su potencial a futuro.