Revista del IEEM
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El mejor momento para emprender

¿Estamos en el mejor momento para emprender en Uruguay?  Esta pregunta, que ha sido centro de debate en más de una oportunidad, se convirtió en el disparador para el desarrollo de estas líneas. He tenido la oportunidad de estar vinculado al mundo emprendedor en diferentes roles durante los últimos veinte años. Desde ese lugar planteo repasar la evolución del ecosistema para acercarnos a una respuesta.

A finales de los años noventa, junto a un grupo de amigos y colegas del Diseño, decidimos emprender. Montamos nuestro estudio y comenzamos a desarrollar una serie de dispositivos vinculados a la tecnología médica. Con nuestros ahorros prototipamos y validamos. En ese tiempo, los recursos propios, o de familiares y amigos, eran la única fuente de financiamiento para la validación de ideas de negocio.

 

Impulso inicial

A comienzos de 2005 decidimos fundar DVL, una empresa dedicada a la innovación y el desarrollo de nuevos productos. Comenzaba un nuevo camino emprendedor y, una vez más, recurrir a los ahorros era la única alternativa. En este caso como capital semilla para el inicio de actividades.

Faltaban aún dos años para que la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) iniciara sus actividades (2007), y uno más para que naciera el Programa de Jóvenes Emprendedores Innovadores (2008). Esto sucedió pocos meses después de haberse lanzado el Programa Emprender por parte de CND/LATU, FOMIN y CAF, con el objetivo de promover el emprendimiento dinámico y desarrollar una red integral de instituciones de apoyo.

Si bien la primera incubadora de negocios de Uruguay (Ingenio) había nacido años antes (2001), los fondos de apoyo permitieron fortalecer, acelerar y diversificar el desarrollo del ecosistema.

En 2013, las primeras evaluaciones sobre los fondos ejecutados arrojaron datos concretos: un alto porcentaje de los proyectos se concretaban en empresas, es decir, que registraban ventas y evolucionaban positivamente. Por otro lado, tendían a estar concentrados en torno al software, soluciones informáticas y producciones audiovisuales, y se localizaban en la ciudad de Montevideo.

 

Diversificar y acompañar

Tomando como base algunas recomendaciones del diagnóstico mencionado, en 2013 se lanza el llamado a Incubadoras de Empresas en el interior del país, enmarcado dentro del Programa de Apoyo a Futuros Empresarios (PAFE), teniendo como objetivo el fomento a incubadoras de empresas radicadas en el Interior.

Se comienza a consolidar la Red de Apoyo a Futuros Empresarios (RAFE), que, junto al esfuerzo de las universidades, sus centros de emprendedores y las distintas incubadoras e instituciones de apoyo, jugaron un rol fundamental en el desarrollo de las ideas innovadoras en todo Uruguay.

Se ampliaba el espectro, ya no se trataba únicamente de ideas vinculadas al sector TIC y los emprendedores empezamos a sentir que, sin importar el foco de nuestra innovación o en qué lugar del país nos encontráramos, había un espacio para nosotros.

En ese tiempo, ya en el rol de tutor de emprendimientos en diversas incubadoras, pude comprobar la evolución positiva del ecosistema, que se veía fortalecido en el apoyo, tanto a nivel de fondos, como de instituciones y organizaciones.

Fueron años en que los emprendedores uruguayos comenzaron a ser valorados, destacados y premiados fuera de fronteras. Emprendedores que, en muchos casos, reinvirtieron sus conocimientos y aprendizajes en las nuevas generaciones, como sucede con la red Endeavor, que nos potencia con su apoyo y es una clara demostración del potencial de las ideas nacidas, apoyadas y fortalecidas en Uruguay, por un ecosistema en pleno crecimiento.

 

Se consolida el alcance de los apoyos

En 2016, me integro al equipo de Sellin y vuelvo a iniciar el camino emprendedor, esta vez con un foco netamente vinculado a la innovación social y el desarrollo productivo territorial.
En este caso el comienzo fue distinto, nos acompaña el Centro Ithaka (UCU) y, un tiempo después, se suma el apoyo de Socialab, con su mirada social, y la red Endeavor con toda su experiencia en el desarrollo del mercado internacional.

Un año después, a los ahorros familiares se suma el apoyo del capital semilla de la recientemente creada Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE). Una institucionalidad que nace con la finalidad de trabajar en la transformación de la matriz productiva y la competitividad, con foco en la llegada a todo el Uruguay, un paso fundamental en el desarrollo territorial.

En estos años, he tenido la oportunidad de integrar diferentes comités de evaluación. Las herramientas de apoyo se han multiplicado y focalizado, tanto en las distintas etapas de desarrollo del emprendimiento, como en el tipo de proyectos. Los invito a visitar el portal de Uruguay Emprendedor para conocer en profundidad las alternativas disponibles para transformar sus ideas en emprendimientos.

 

¿Qué pasa en el Interior?

Gracias a Sellin, he tenido la oportunidad de recorrer Uruguay. A lo largo de más de 50 000 kilómetros, hemos conocido y contactado con más de 1000 emprendedores. Más de la mitad reciben apoyo de organizaciones del ecosistema emprendedor.

Desde productos para la tecnificación del agro o la enseñanza de robótica, a microproductores de cervezas, ladrillos o ropa para niños, pasando por tecnología médica y nuevos alimentos, son apoyados por un ecosistema con más de 120 organizaciones, fortalecido en amplitud y profundidad de sus acciones.

 

El fomento del emprendimiento es ley

Hace pocas semanas, y gracias al apoyo de diversos actores del ecosistema, el Parlamento aprobó la Ley de Fomento del Emprendedurismo impulsada por el Sistema Nacional de Transformación Productiva y Competitividad. La cual, con sus tres capítulos centrales: fomento de los emprendimientos entre personas jóvenes, la creación de sociedades por acciones simplificadas y el financiamiento colectivo, marca el inicio de un nuevo capítulo del desarrollo emprendedor.

 

El emprendedor tiene la posibilidad de elegir

Puede decidir el tipo de acompañamiento que quiere recibir, desde incubadoras tecnológicas, hardware, sociales, con foco en los negocios o multipropósito. Pero también dónde recibirlo, sea en Montevideo o el departamento que se encuentre.

Puede optar por diversos apoyos no reembolsables, de acuerdo con la etapa en que se encuentra su proyecto, desde validación de la idea de negocio, a las opciones de capital semilla disponibles, pasando por el fomento de la economía circular y fondos de apoyo a la innovación inclusiva. Si necesita una solución creativa para los desafíos de su negocio, puede optar por los vouchers del Programa de innovación en las Industrias Creativas (ANII).

Si llega el momento de recibir inversión, han crecido las opciones para elegir, ya sea recurriendo a inversores ángeles, fondos de capital de riesgo o pensar en la banca ética que se consolida en Uruguay.

Aún queda mucho por hacer y, en el lugar que nos toque, debemos sumar esfuerzos. Pero, sin dudarlo, puedo afirmar: ¡Este es el mejor momento para emprender en Uruguay!

Autor

Socio director de DVL y cofundador de Sellin

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