En la columna anterior de esta serie comenzamos a examinar las actitudes basadas en la percepción del contexto. El primer grupo de indicadores que analizamos fue el conocimiento de emprendedores y la expectativa respecto de oportunidades para emprender en el futuro próximo. En esta analizaremos los indicadores que miden la deseabilidad de la carrera emprendedora, el prestigio y la respetabilidad por ser emprendedor, y la frecuencia de las noticias sobre los emprendedores en los medios.

Deseabilidad de la carrera emprendedora

Este indicador se construye sobre la siguiente pregunta: “En su país, ¿la mayoría de las personas considera que comenzar un nuevo negocio es una opción profesional deseable?”. El indicador es el porcentaje de los encuestados que contestan afirmativamente a esa pregunta. Los resultados obtenidos en el período que va de 2006 a 2018  se presentan en el Gráfico 1.

De igual manera las intenciones inciden en los comportamientos, pero existen otros factores que —dependiendo de la situación— pueden hacer que su incidencia oscile entre insignificante y decisiva.

Puede observarse que la percepción de emprender como una carrera deseable ha bajado sostenidamente desde 2008, no existiendo diferencias significativas entre hombres y mujeres. Los indicadores para ambos sexos han bajado alrededor de un 10 %.

¿Qué puede explicar esta pérdida de atractivo del emprender? El atractivo se construye sobre costos y beneficios, por lo que las hipótesis explicativas pueden ser el aumento de los primeros o la disminución de los segundos. Es importante señalar que los costos a considerar son costos diferenciales, es decir, parte del costo de emprender está en lo que dejaría de ganar en una actividad alternativa (trabajo en relación de dependencia). Como puede observarse en el Gráfico 2, el salario real subió ininterrumpidamente durante todo el período. A mayor salario real, mayor costo de emprender. Al mismo tiempo, el desempleo estuvo bajando hasta finales de 2011.

Prestigio y respetabilidad de los emprendedores

Para este indicador la pregunta formulada es: “En su país, ¿aquellos que son exitosos en comenzar un nuevo negocio tienen un alto nivel de estatus y respeto?”. También aquí el indicador se construye a partir de las respuestas afirmativas en relación a total de los encuestados. Los resultados obtenidos se presentan en el Gráfico 3.

También aquí observamos una declinación a lo largo de un período que comenzó en  2008. En contraste con el anterior, se da una diferencia entre hombres y mujeres. Mientras que en el caso de las mujeres la caída no se detuvo en ningún momento, en el caso de los hombres se detuvo desde 2010 hasta 2016 o 2017, retomando la caída en 2018.

Visibilidad de los emprendedores en los medios de comunicación

La pregunta que se formula para generar este indicador es: “En su país, ¿verá a menudo historias en los medios públicos sobre nuevos negocios exitosos?”. Los resultados obtenidos se presentan en el Gráfico 4.

Este indicador presenta un comportamiento llamativamente distinto a los anteriores. La visibilidad percibida de los emprendedores en los medios cayó en picada desde 2008 a 2011, pero se recuperó de forma igualmente abrupta hasta 2014, continuando con una descenso lento.

Conclusiones

El atractivo de ser emprendedor viene disminuyendo sostenidamente desde 2008. Esto puede deberse, en parte, al crecimiento sostenido de los salarios reales en esa época, lo que hace que el trabajo sea para muchos una mejor opción en términos de retorno y riesgo asociado. La disminución del atractivo también puede deberse a factores no económicos, vinculados al reconocimiento social. Esto es consistente con la caída del indicador de percepción de prestigio y respetabilidad de la actividad emprendedora.

La visibilidad de los emprendedores en los medios no acompaña estas tendencias declinantes, lo que podría ser resultado de una exitosa gestión del sector público y de las organizaciones no gubernamentales vinculadas al tema.

El comportamiento de los indicadores entre hombres y mujeres es similar, siendo la única diferencia un deterioro sin interrupciones y más pronunciado de la percepción del prestigio y respetabilidad de los emprendedores exitosos entre las mujeres.