Revista del IEEM
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Innovación desde el IEEM

¿Qué es innovar en las distintas áreas académicas del IEEM?

La gestión de las Operaciones se ocupa de la producción y cumplimiento de la promesa. Todas las empresas y organizaciones tienen una operación principal —un conjunto de procesos, recursos, sistemas y políticas— destinada a producir la promesa hecha a los clientes. Esta misma perspectiva aplicada a la innovación significa empezar primero por entenderla y luego por gestionarla como un proceso productivo, con todas las características propias de una operación: eficiencia, eficacia, flexibilidad, repetibilidad, sostenibilidad, y alineación entre el proceso productivo y el resultado deseado.

Los directivos han comprendido que las tecnologías digitales permiten relacionarse mejor con el cliente y competir de forma más eficaz en mercados en constante evolución. El herramental que proporciona esta transformación digital permite aplicar los principios de siempre con una mayor personalización e interacción multidireccional, permitiendo la creación de redes, la incorporación de opiniones y conocimiento sobre experiencias, en contextos de omnicanalidad.

La gestión de personas tiene que ser el custodio del propósito, de la finalidad de toda esa innovación que llega a la organización y que inaugura un nuevo equilibrio calidad–productividad enmarcado en la industria 4.0. Para defender la misión del área es esencial forjar una cultura que asegure la sostenibilidad del negocio con la puesta en valor de competencias como la creatividad aplicada a la resolución de problemas, la comunicación óptima y oportuna y un liderazgo flexible que —además de técnicamente competente y aggiornado— viva como una vocación personal el desarrollo de las personas. El vínculo laboral tendrá que enriquecer el plano funcional con el de experiencia y, para eso, la gamificación, las simulaciones y la realidad aumentada aplicadas en la formación y el engagement de los colaboradores serán nuevas herramientas que desafiarán el rol de RR.HH.

Las innovaciones en el mundo de las Finanzas vinieron para quedarse. Se han democratizado las posibilidades de invertir y surgen cada vez más nuevos medios de pago y formas de pagar, incluidas las criptomonedas y el blockchain. El sistema financiero está en una carrera para incorporar la tecnología para competir de la mejor manera con empresas de tecnología u otros actores. Además, los organismos reguladores intentan adecuar la normativa para no perder la eficiencia y transparencia de esta innovación.

Innovar en economía es encontrar una forma alternativa de asignar recursos escasos a necesidades insatisfechas. Así, innovar es implementar una reasignación original de rubros de gasto en una empresa para buscar mejores resultados. En otras palabras, innovar es sacarle el velo a situaciones de la realidad que quedan escondidas detrás de una multiplicidad de fenómenos que ocurren al mismo tiempo.

En Control la innovación viene siempre de la mano de pensar nuevas formas para maximizar el retorno del recurso más escaso que tienen las organizaciones: el tiempo del gerente. Los sistemas tradicionales de control no alcanzan para mantener a la organización “bajo control”, hay que buscar nuevos sistemas que acompañen estas necesidades de flexibilidad y rapidez para adaptarse a los cambios. Colaboración, trabajo interdisciplinar, estructuras flexibles, parecen ser algunas claves del nuevo juego.

La innovación es clave porque permite al marketing detectar nuevas necesidades insatisfechas, y generar nuevos productos o nuevas formas de satisfacerlas, que se concretan en nuevos negocios. Y este proceso es continuo: antes de que el negocio madure y decline, las empresas deben innovar para mantenerse un paso adelante en el mercado.

Innovar en las tareas de dirección general es lo más propio de la tarea del alto directivo. En todo aquello que sea actuar recurrentemente el alto directivo no encuentra espacios de desarrollo, sino simplemente de control, de que las estructuras funcionen. Se podría decir que el valor de las personas que aportan realmente a la organización está no solo en encontrar nuevas formas de hacer, sino además en la búsqueda de oportunidades. Allí está la innovación en la dirección general.

Innovar refiere a la introducción de novedades con expectativa (y por tanto incertidumbre) de creación de valor significativo. Las TIC fungen también como precursoras de fenómenos que años más tarde se dan en otros sectores de actividad —si se quiere más tradicionales—. Esto alcanza a las herramientas y metodologías de innovación. Los ciclos de desarrollo iterativos, el prototipado, las historias de usuario y la filosofía ágil tan en boga actualmente en el campo de la innovación son ejemplos popularizados primero en la esfera de las TIC y luego llevadas a otros terrenos.

Desde la publicación del libro The Innovators’ dilemma de Clayton Christensen (HBS) hace dos décadas, la innovación disruptiva ha sido la gran protagonista de la renovación teórica de la disciplina. Han surgido una serie de aportes teóricos y herramientas que apuntan precisamente a facilitar la gestión de la innovación: Jobs to be done, Lean Startup, Business Model Canvas, Value Proposition Design… Han enriquecido enormemente las herramientas disponibles para reducir las incertidumbres de los proyectos innovadores, ya sea en emprendimientos o empresas establecidas. Permiten una aproximación metódica a la compresión de las necesidades del consumidor, al diseño de productos innovadores y a su introducción.

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