BlogCouture, alma mter de Mirada Couture, nació para aprovechar un espacio que no desarrollaban los medios tradicionales. ¿Se puede decir que ha cambiado esa realidad?

Por supuesto, cambió muchísimo, principalmente por dos factores: por un lado, la digitalización y evolución de los medios, que obligó a los medios tradicionales a ponerse a tiro. En este tiempo también surgieron los new media, que son medios nacidos en Internet que hablan el lenguaje digital con fluidez. Muchos de ellos derivaron de blogs como ManRepeller, Refinery29 y Mirada Couture. Por otro lado, la moda tuvo tal desarrollo en la escena local que los medios tradicionales se vieron obligados a incluirla en su agenda.

¿Cómo fue la transición de un blog a una consultoría de moda?

BlogCouture siempre fue un producto de extremo valor, ocupado en tener contenidos originales, novedosos, en estar en contacto con la comunidad creadora y siempre al tanto de lo último en todo sentido. Para nosotras fue una vidriera y el paso natural fue trasladar a los clientes lo que lográbamos hacer con nuestro medio.

¿Qué lugar ocupan los contenidos dentro de la consultoría?

En 2016 sentimos que el mercado estaba lo suficientemente maduro y soltamos la palabra y el concepto “blog” (que considerábamos algo amateur) para transformarnos en Mirada Couture, un miembro de la new media. Hasta ahora la base del medio han sido los contenidos, propios y también los branded contents, en asociación con marcas.

Para nosotras los contenidos son muy importantes. De hecho, consideramos que un evento también es un contenido dentro de una estrategia. Pero, a su vez, es cierto que el término “contenido” se ha visto un poco manoseado y hoy es necesario establecer límites y entender las categorías dentro del contenido.

¿Cómo visualizás el futuro de los medios?

Nos enfrentamos a un panorama muy incierto. Los paradigmas están cambiando frente a nuestras narices y nadie sabe muy bien cómo proceder, tanto medios como periodistas y agencias.

Hay algunos modelos de negocio que se están mostrando obsoletos, y otros que surgen con más fuerza, como la suscripción, porque es evidente que los buenos contenidos son caros de producir y que no deberían ser de consumo gratuito. Pero convertir es muy difícil. También está la competencia con influencers, personas que no son medios, pero que producen mensajes y crean universos de comunicación que a veces son hasta más relevantes o tienen una llegada más cercana a las personas, aunque sus mensajes generen desconfianza. Y, al mismo tiempo, están las fake news, que arrojan sombra y confusión al panorama.

Creo que la curaduría será cada vez más necesaria y que, luego de esta década experimental —pensar que tenemos todo al alcance de la mano es algo normal pero solo tiene pocos años—, habrá un nuevo orden. También creo que la gente capaz seguirá siendo relevante y que los medios deberán mutar pero seguirán existiendo, porque aún necesitamos referentes para leer el mundo.