Revista del IEEM
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“Una organización inteligente no es la que toma las mejores decisiones desde el comienzo, sino la que aprende más rápido”

PABLO BRENNER

CIO de Overactive, CEO y fundador de Collokia.

¿Qué te acercó al mundo empresarial y a la tecnología?

Cuando comencé los estudios ya me incliné por la tecnología. La verdad es que no sabía muy bien hacia dónde iba, pero me gustaba la matemática y la física, por lo que estudiar ingeniería siempre me pareció un camino natural. Después, al avanzar en la carrera, le empecé a tomar más el gusto. Mi especialización fue en redes de datos, un área que en aquella época —los años 80— recién estaba en sus comienzos. Había muchos problemas para resolver, lo que obviamente generaba muchas oportunidades.

 

¿En qué proyectos estuviste involucrado hasta ahora, y cuáles son las lecciones que aprendiste de como empresario e inversor?

Con más de 30 años en la industria pasé por infinidad de proyectos y de todos aprendí algo. En particular, diría que durante mis seis años en Fibronics, donde empecé como ingeniero junior y terminé como arquitecto líder del principal proyecto, fue donde más aprendí: desde cómo programar, a técnicas de management y cultura emprendedora. Fibronics fue mi MBA.

También aprendí muchísimo durante mis años en Alvarion, donde comenzamos dos personas en una oficina prestada y llegamos a ser más de 1000 personas, pasando por un IPO en Nasdaq. Por ejemplo, aprendí la importancia de tener un primer cliente de renombre —en nuestro caso fue el Puerto de Rotterdam—, o la importancia de un MVP (Minimum Viable Product), hoy muy de moda. En aquella época, todavía no existía el término que aplica a sacar un producto rápidamente al mercado para aprender. Otro aprendizaje importante fue entender que muchas veces el valor de un producto para el cliente va mucho más allá de obtener la mejor tecnología. En nuestro caso, teníamos la mejor tecnología, pero la gran ventaja para los usuarios era la facilidad de implementación. Es decir, los clientes valoraban mucho más otras cosas. Esto es una obviedad, pero cuando la empresa está liderada por ingenieros, muchas veces se pierde de vista.

Durante mi faceta de inversor, aprendí mucho del otro lado del mostrador, por ejemplo, sobre el efecto de los llamados “cisnes negros”. Muchas veces, hay factores imprevistos que generan un impacto muy grande en el negocio, afectando completamente los planes previstos y requieren estar atento y reaccionar rápidamente. Otro aprendizaje es la importancia que tienen los equipos con capacidades complementarias.

De vuelta en el mundo emprendedor, desde Collokia aprendí —o más bien reaprendí— que, a veces, llegar muy temprano al mercado puede ser peor que llegar tarde. En nuestro caso, en 2014 empezamos a usar inteligencia artificial y machine learning para mejorar la gestión de conocimiento en las organizaciones. Hoy, cinco años después, el uso de la inteligencia artificial en el área de la gestión de conocimiento todavía no es una prioridad.

 

¿Cuál es la mejor forma de incorporar las posibilidades brindadas por las TIC en la transformación de las empresas?

Creo que lo mejor es empezar de a poco con algún proyecto claramente identificado y que pueda mostrar resultados en un corto plazo, lo que los americanos llaman “quick wins”. Muchas veces se comete el error de tratar de abarcar mucho de entrada, y el proyecto se hace largo y costoso, generando mucho escepticismo y frustración.

 

¿Cómo debería arrancar una empresa uruguaya su camino de transformación digital?

Eso depende mucho de la empresa. En muchos casos, es difícil la implementación porque los sistemas existentes no son suficientemente flexibles. En otros casos, los datos no son de calidad. Por eso, generalmente lo recomendable es empezar con algún proceso puntual que implique poca interacción con los sistemas de IT existentes. Puede ser una aplicación móvil o la implementación de RPA (Robotic Process Automation), donde podemos automatizar procesos sin necesidad de cambiar los sistemas subyacentes.

 

¿Cuáles son los errores típicos que se cometen y que no permiten que las inversiones rindan como podrían?

En mi opinión, el error más usual es tratar de abarcar demasiado desde el comienzo, y que el proceso se haga largo y costoso, perdiéndose la motivación en el camino.

El otro error es no considerar el componente humano. Todo cambio de este tipo implica cambios en las personas, en su forma de trabajar, en su día a día, por lo que hay que tomarlo en cuenta, planeándolo como un proceso de change management.

 

¿Cómo pueden ayudar la tecnología y la inteligencia artificial a las organizaciones a ser más inteligentes e innovadoras?

En general la tecnología —y específicamente el big data— debería permitir a las organizaciones tomar mejores decisiones, basadas en datos y evidencia, y comprobar el impacto de las decisiones de forma rápida. Una organización inteligente no es la que toma las mejores decisiones desde el comienzo, sino la que aprende más rápido. La tecnología, los datos y la inteligencia artificial nos permitirán aprender y reaccionar en menor tiempo. Asimismo, el uso de la inteligencia artificial debería liberar tiempo de las personas para enfocar más en actividades creativas e innovadoras, gastando menos tiempo y energía en actividades repetitivas que se pueden sistematizar.

 

En un artículo publicado en LinkedIn resaltaste que cuanto más grande es una organización, más cree en el valor de su inteligencia colectiva. ¿Por qué?

Todos coincidimos en la importancia del conocimiento en las organizaciones y, por razones obvias, cuanto más grande y más antigua es una organización, más conocimiento ha (o debería haber) generado. Pero, justamente, aprovechar ese conocimiento no es fácil, la gente cambia, los empleados nuevos no necesariamente acceden a ese conocimiento (ya sea por voluntad o por dificultad de acceso).

O, en muchos casos, diferentes personas en una organización podrían colaborar y generar ideas o productos nuevos, pero cuanto más grande es la organización, más difícil es que uno sepa del otro. A eso le llamo la inteligencia colectiva: las enormes cantidades de conocimiento y capacidades que están distribuidas en el tiempo y el espacio, que en gran parte son desaprovechadas.

 

¿Qué ventajas se presentan a la hora de innovar en tecnología desde Uruguay?

Yo no diría que hay ventajas especificas para innovar desde Uruguay, pero a la vez no hay desventajas. Hoy la tecnología se ha democratizado, y a través de Internet o el cloud, un científico o ingeniero uruguayo tiene prácticamente el mismo acceso al conocimiento y la tecnología que un ingeniero de Silicon Valley.

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