Revista del IEEM
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“Ser mentora implica hacer las preguntas adecuadas”

Sylvia Chebi

Cofundadora y directora ejecutiva de ThalesLab, mentora de Más Emprendedoras (OMEU)

¿Qué tipo de emprendimientos se acercan a ThalesLab y en qué consiste la incubación?

Nos llegan dos tipos de emprendimientos: personas que quieren transformar una idea en una startup y empresarios preocupados por cómo la disrupción tecnológica va a afectar sus negocios. Estos últimos entienden que la tecnología toca una industria y la cambia para siempre, y en Thaleslab los ayudamos a innovar a través de nuestro programa de Innovación Corporativa que termina creando spin-offs de las empresas tradicionales.

Los emprendimientos que nos llegan son tecnológicos. A veces son personas que tienen solo una idea, que trabajan o conocen mucho de determinada industria, y que encuentran un problema que quieren resolver con tecnología. En general, es gente con experiencia en determinada área, tanto porque lo estudió, o porque es un entusiasta o apasionado del tema.

Con los emprendedores seleccionados armamos un batch. La incubación consiste de cuatro a cinco meses de encuentros semanales con el grupo de emprendedores de ese batch. Allí les acercamos contenidos teóricos, que incluyen temas y metodologías de emprendimiento, de cultura empresarial y management, finanzas, marketing, descubrimiento de clientes y mentorías. Otra parte de la reunión semanal es ver en qué está cada uno y cuál es el desafío para la siguiente semana. Muchas veces se agregan valor entre los propios emprendedores, y solo pertenecer a un grupo da contención, porque el camino emprendedor es muy duro y solitario. Además, los ayudamos a definir la estrategia, redes de contactos, mentores, etc.

Otra cosa que sucede habitualmente es que el emprendedor viene con una idea, pero no tiene en el equipo fundador alguien con capacidad técnica para desarrollarla. En ese caso, le recomendamos que se consiga un cofundador tecnológico. Si no lo consigue, lo ayudamos a buscarlo.

También les brindamos servicios compartidos de diseño, marketing digital, contabilidad y asesoramiento comercial, además de diferentes convenios con otras instituciones, que resultan muy ventajosos para los emprendedores.

Si el emprendimiento es innovador o tiene valor diferencial, y está suficientemente validado, como incubadora apoyada por la ANII los ayudamos a conseguir capital semilla de ANII o ANDE, y los acompañamos en todo el proceso posterior.

 

En tu opinión, ¿qué características debe tener un emprendimiento de alto potencial?

La idea debe ser interesante y algo que la gente quiera. Debe resolver un problema o un dolor. El emprendedor debe ser muy persistente y tener foco.
El equipo emprendedor debería ser complementario, muy comprometido, y resiliente o, mejor aún: antifrágil, en la acepción de Nicholas Taleb (que se fortalezca con las dificultades). Debe proveer un servicio o producto muy bueno, fácil de usar, y que cubra un problema o una necesidad de mucha gente, aunque empiece por un nicho. También se debe identificar un potencial de crecimiento del mercado a futuro. Y, sin duda, el equipo emprendedor debe sentir mucha pasión por lo que hace.

 

Una vez que el emprendimiento toma vuelo, ¿cuál es el rol de ThalesLab?

Una vez que el emprendimiento toma vuelo, nuestra idea es dejarlo volar y desprendernos del equity que podemos tener. Siempre vamos a estar para apoyarlo, no tan intensamente como al principio, pero ayudando en lo que necesiten. Nuestro foco es estar en el inicio, en la etapa más temprana del emprendimiento, porque es lo que nos mueve: crear empresas desde cero.

 

¿Qué implica ser una mentora de emprendimientos?

Ser mentora implica hacer las preguntas adecuadas. Siempre les digo a los emprendedores que muy probablemente diferentes mentores se contradigan en sus consejos, pero lo importante son las preguntas y no las respuestas. Ser mentora es involucrarse con los emprendimientos, pero dejando que los emprendedores tomen sus propias decisiones. Hay que saber muy bien hasta dónde llegar con la mentoría, no intentar resolverles los problemas a los emprendedores, sino marcarles caminos y abrirles puertas todo lo posible. Y tratar de que se beneficien de la experiencia acumulada, al menos para que no cometan los mismos errores.

 

¿Cuáles son las herramientas y las capacidades de las que hoy más carecen los emprendedores? ¿Cuáles son las infaltables para triunfar?

A los emprendedores les cuesta hablar con los usuarios y validar que la idea es algo que alguien quiere y algo por lo que están dispuestos a pagar. Emprender implica una línea delgada entre ser persistente y enfocado. Y, por otro lado, entender lo que el mercado nos está diciendo sobre nuestro emprendimiento. En este sentido, es un equilibrio entre flexibilidad y persistencia.

También considero que no hay mucha idiosincrasia de probar y equivocarse. Todavía es muy fuerte el miedo al fracaso y al error. Si bien el miedo al fracaso debe estar, no debe paralizarnos. Las herramientas son las metodologías emprendedoras, pero deben aplicarse teniendo en cuenta que las herramientas no pueden ser más importantes que el proyecto en sí.

Otro tema importante que se ve en algunos emprendedores es confundir el éxito del emprendimiento con la exposición mediática. El éxito está dado por los usuarios, la recurrencia en el uso de nuestro producto o servicio, y no por las veces que salen en los medios.

 

¿Encuentras diferencias entre hombres y mujeres a la hora de emprender? ¿Cuáles?

Hay pocas mujeres emprendiendo en tecnología. En mi experiencia en diferentes instituciones mentoreando mujeres, la mayoría se vuelca a emprendimientos gastronómicos o de moda, más difíciles de escalar.

Otra diferencia es la falta de confianza en sí mismas que tienen muchas emprendedoras mujeres, una mayor dificultad para establecer redes de contactos y, muchas veces, la autopercepción de no estar preparadas. Por suerte, hay muchos programas que atienden estas diferencias y fomentan el emprendimiento femenino en todas sus formas.

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