Revista del IEEM
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Emprendedores y emprendedoras uruguayos: actitudes e intenciones (Parte II)

Esta es la segunda parte de la columna publicada en febrero en la que abordamos las diferencias de género en las actitudes e intenciones en materia de emprendimiento.

Solo para refrescar conceptos ya expuestos, una actitud es una creencia u opinión que tiene un componente evaluativo, posee un papel motivacional de impulsión y orientación de la acción, pero no es la acción. Las intenciones consisten en la predisposición para realizar una conducta particular. En el Gráfico 1 mostramos la interacción entre estos y otros factores que inciden en los comportamientos emprendedores. Las actitudes inciden en las intenciones, pero existen otros factores que, según el caso, pueden tener mayor o menor incidencia relativa. De igual manera las intenciones inciden en los comportamientos, pero existen otros factores que —dependiendo de la situación— pueden hacer que su incidencia oscile entre insignificante y decisiva.

Gráfico 1 – Relación entre actitudes, intenciones y comportamientos
Relación entre actitudes, intenciones y comportamientos

Podemos clasificar esas actitudes en dos grandes grupos. Por un lado, las actitudes que parten de alguna autopercepción del sujeto en alguna dimensión que tiene relación con la actividad emprendedora. Ese tipo de actitudes fueron las abordadas en la columna previa. Por otro lado, tenemos actitudes que parten de la percepción de determinados aspectos del contexto. Este segundo grupo de actitudes es el que analizaremos en esta ocasión.

 

Actitudes basadas en la percepción del contexto

Dentro de las actitudes que están íntimamente basadas en la información del contexto y la forma en que es detectada y procesada por el individuo, podemos identificar los siguientes indicadores:

  1. Conocimiento de emprendedores.
  2. Oportunidades percibidas.
  3. Deseabilidad de la carrera emprendedora.
  4. Prestigio y respetabilidad por ser emprendedor.
  5. Frecuencia de las noticias sobre los emprendedores en los medios.

 

El primer indicador, el conocimiento de emprendedores, se construye sobre la pregunta de si el encuestado conoce personalmente a alguien que haya iniciado un negocio en los últimos dos años. El indicador de oportunidades percibidas es el porcentaje de los encuestados que contestó afirmativamente a la pregunta de si creía que en los siguientes seis meses habría buenas oportunidades para iniciar un negocio en el área en donde vivía. El tercero se refiere al porcentaje de encuestados que compartió la afirmación de que en Uruguay la mayoría de las personas consideran que iniciar un negocio es una opción de carrera deseable. El cuarto también consiste en si se comparte una afirmación, en este caso, que en Uruguay aquellos que son exitosos en crear un nuevo negocio tienen un alto nivel de prestigio y respeto. El último indicador se basa en una afirmación que sostiene que en Uruguay se ven frecuentemente historias de emprendimientos en los medios.

 

A continuación, analizaré los dos primeros indicadores y los restantes tres serán analizados en la siguiente columna de esta serie.

 

Conocimiento de emprendedores

La presencia de emprendedores, particularmente de los exitosos, dentro de una comunidad es un factor importante en el desarrollo de la actividad emprendedora de una sociedad. Entre los roles que pueden cumplir está el ser una persona de consulta para quien quiera emprender. Otro rol, aún más destacado, es el de convertirse en referente y fuente de inspiración. Hay dos ejemplos que ilustran la importancia de los referentes en las opciones de carrera de las personas. El primero es la alta correlación entre las profesiones que siguen los hijos y las que ejercieron los padres. Es probable que heredar una clientela tenga peso en la decisión, pero es indudable que su peso como referentes, así como el hecho de que esas personas tangibilicen lo que implica ejercer esa profesión, actúa decisivamente en las opciones vocacionales. El otro componente es la visualización del grado de éxito que se puede alcanzar en esa carrera. Muchos de los niños y jóvenes que quieren ser futbolistas han sido inspirados por jugadores como Suárez, Forlán o Cavani, a pesar de que la mayoría sepa que alcanzar ese nivel de éxito solo está reservado a un porcentaje mínimo.

 

En el Gráfico 2 se muestra el resultado a lo largo de todo el período considerado de las respuestas afirmativas a la pregunta de si conocen a alguien que emprendió en los últimos dos años.

Gráfico 2 – Conocimiento de un emprendedor

Fuente: Centro de Emprendimiento del IEEM/GEM Uruguay

Los dos primeros años presentan un comportamiento atípico, especialmente las respuestas de las mujeres en 2007, por lo que podría haber habido algún problema de medición no detectado. En el período que va de 2008 a 2017 ha habido una diferencia entre hombres y mujeres en torno al 7,6 %. En 2018 el indicador presenta prácticamente el mismo resultado para hombres y mujeres. Habrá que ver en los resultados de las próximas encuestas si esta convergencia se mantiene. El nivel de este indicador presenta, tanto para hombres como para mujeres, una tendencia ascendente que culmina en 2011, año en que la TEA de hombres y mujeres (tasas con las que se mide la actividad emprendedora) presentó un salto ascendente en ambos casos. A partir de entonces ha caído en picada en ambos casos hasta 2016, año a partir del cual ha estado oscilando a un nivel muy bajo.

 

Este indicador no refleja la variación en la densidad de emprendedores dentro de nuestra sociedad, la cual no ha presentado modificaciones tan marcadas a lo largo del período. Esta divergencia puede ser explicada por dos hipótesis distintas, no necesariamente incompatibles. Una de ellas es que las variaciones se explican porque los emprendedores —que siempre han estado allí— se “comienzan a ver” o se “dejan de ver”, en función del interés de los encuestados por todo lo concerniente al emprendimiento, de la misma forma que comenzamos a ser conscientes y observamos con detalle los autos en la calle cuando estamos pensando en cambiar el nuestro. La segunda hipótesis es que la existencia o no de interés determina la búsqueda proactiva para entrar en contacto con un emprendedor.

 

Oportunidades percibidas

Un emprendedor es aquel que identifica una oportunidad en su entorno y va por ella. La identificación de oportunidades está fuertemente influenciada por el talento y la formación de la persona, pero la distribución de estas capacidades en el agregado de la muestra no es un factor que explique las variaciones de la cantidad de personas que perciben oportunidades para emprender. Pasemos pues a analizar la evolución de este indicador, que se presenta en el Gráfico 3.

Gráfico 3 – Buenas oportunidades para emprender en los próximos seis meses

Fuente: Centro de Emprendimiento del IEEM/GEM Uruguay

Podemos observar que existen dos períodos claramente diferenciados en las oportunidades percibidas desde 2008 hasta 2016. Desde 2008 hasta 2011 las oportunidades percibidas disminuyeron marcadamente, tanto en el caso de hombres como de mujeres. A partir de 2011, el nuevo nivel se ha mantenido muy estable en el caso de las mujeres. En el caso de los hombres ha presentado oscilaciones a la baja. En varios casos se observa un repunte en los años 2017 y 2018. De 2008 a 2018 la diferencia entre hombres y mujeres se ha mantenido en el orden del 10 %, habiendo sido 2014 una excepción.

En el Gráfico 4 se muestran las variaciones del PBI real en el mismo período y se puede observar que las tasas de crecimiento fueron muy altas hasta 2013. La caída en las oportunidades percibidas en 2011 se correspondió con una caída de las tasas de crecimiento del PBI real, que pasaron de 7,8 % en 2010 a 5,2 % en 2011 y a 3,5 % en 2012. Más allá de estos años las oportunidades percibidas se han mantenido a pesar de que las tasas de crecimiento cayeron notablemente, llegando a niveles muy bajos (0,5 %) en 2015.

Gráfica 4 – Variación del PBI a precios constantes

Fuente: Elaborado a partir de datos del BCU.

Conclusiones

El conocimiento de nuevos emprendedores por parte de los encuestados disminuyó marcadamente en el período considerado, no existiendo una disminución de la cantidad de emprendedores que lo explique. Esto lleva a pensar que existen variables moderadoras que afectan la relación entre la cantidad de emprendedores y la percepción de conocerlos. Los datos de 2018 parecen indicar que podría haber habido una convergencia de ambas tasas, cuando históricamente las tasas masculinas fueron superiores. Por otra parte, las oportunidades percibidas para emprender se han mantenido muy estables desde 2011 en adelante, a pesar de la disminución del dinamismo de la economía que se ha dado a partir de 2013. También aquí parecen existir variables moderadoras que llevan a que el dinamismo de la economía no se traduzca claramente en un mayor nivel de oportunidades para emprender. Las variables moderadoras de cada situación tienen efectos distintos. Mientras que en el primero llevan a “ignorar” la presencia de emprendedores —cuya cantidad aumentó para ambos sexos a partir de 2011— por parte de la población, en el segundo llevan a seguir percibiendo oportunidades para emprender entre la población, a pesar de que el dinamismo de la economía cayó.

Autores

Responsable del GEM Uruguay y profesor de Economía Política en

Ph.D. en Gobierno y Cultura de las Organizaciones, Universidad de Navarra; máster en Dirección y Administración de Empresas, IEEM, Universidad de Montevideo; contador público, Universidad de la República (Uruguay); licenciado en Administración, Universidad de la República (Uruguay); GloColl, Harvard Business School.

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