Revista del IEEM
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Pague aquí con el código QR

Si cobrar ahora es tan sencillo, ¿será más fácil competir? Hace unos meses MercadoLibre habilitó en su plataforma de pago electrónico la posibilidad de sacarle la foto a un código QR y, a través de esa información, pagar. Esto significa que quién quiera cobrar algo, solo necesita una cuenta en MercadoLibre (gratis), generar su QR, imprimirlo, y que el comprador tenga la aplicación de MercadoLibre en su teléfono móvil. Clic caja. Así de fácil.

Sus aplicaciones son tan variadas como la imaginación de quien quiera usarlo. Por ejemplo, poner estos códigos en un menú de un restaurante. O durante una campaña de recolección de dinero, mostrar ese cartel a quien venga en un auto. O el peaje. O el combustible (ya operando en Uruguay). ¡O la mesada para nuestros hijos!

En este artículo busco relacionar esta facilidad y sus implicancias para los negocios y, a su vez, seguir construyendo la idea de transformación digital y sus consecuencias.

MercadoLibre no es lo que pensabas que era

Así es. A partir del 2 de enero ya no hay más remates. Característica originaria de la empresa. Todos los artículos que vende son a precio fijo. Publicar es gratis. Enviar se hace a través de su plataforma. Cobrar, también. Pasó de vender productos entre personas a prestar y gestionar las finanzas de las personas. Tiene suficientes datos como para seguir construyendo valor de empresa. Cada vez que publicamos algo gratis, le estamos dando valor a su empresa. Porque ese dato, que para nosotros quizá no interese, le explica mi capacidad de generar ingresos. Y del otro lado, cuando lo vendo, la capacidad de la otra persona de gastar.

MercadoLibre pasó de vender productos entre personas a prestar y gestionar las finanzas de las personas.

Todo esto empujado por un liderazgo incansable, tremenda ejecución tecnológica y, sobre todo, una observación continua en la creación de más valor para la empresa y sus clientes. Es tan fuerte que en este momento se discutía en Argentina si sus trabajadores no deberían estar asociados al sindicato bancario. Jugar en otras canchas es también conectarse a sus realidades y desafíos.

¿Cuánto esfuerzo dedicamos a procesos que serán transformados violentamente?

La pregunta tiene trampa. Asumo que cualquier lector que sepa que está haciendo algo que será cambiado por la tecnología, ya debe estar tomando acciones. Porque la transformación no va a dejar de venir por defenderse. Ni con el regulador y menos con la creencia de que “aquí eso no llegará”. Lo que sucede es que es muy difícil predecir cuándo. Y, por eso, desde mi punto de vista, es importante pedir ayuda, hablar con colegas, revisar qué ocurre en el mundo, viajar a ferias y reuniones de industria, y seguir estudiando.

Asumo que cualquier lector que sepa que está haciendo algo que será cambiado por la tecnología, ya debe estar tomando acciones.

Lo que MercadoLibre cambia será importante para ellos, pero mucho más para los millones de posibles usuarios. Ya no precisan “cambio”. Ya no precisan tarjetas de crédito. Ya no precisan un POS. Nada. El que paga tiene todas las herramientas y, por lo tanto, el que vende no precisa más nada que su producto o servicio… ni siquiera una empresa con RUT.

En nuestras empresas seguramente tengamos ejemplos de procesos que hoy se ejecutan como siempre y que el tiempo los va a digitalizar o modificar. Estamos continuamente buscando cómo reemplazarlos con cambios propios o tomando innovaciones de otros. Fundamental ese foco, que repito, puede ser realizado internamente, o mejor, pidiendo ayuda externa.

Cada vez menos excusas

Aprender: YouTube. Vender: Instagram. Atención al cliente: WhatsApp. Cobrar: MercadoLibre. Llevar o traer: SoyDelivery. Comparar: Google. Tecnología: Amazon Web Services. Conseguir talento: LinkedIn.  Y podría seguir en esta lista de innovaciones que me aceleran y resuelven un proceso de mi negocio, en mucho de los casos de manera casi gratuita.

Entonces, la pregunta del comienzo. ¿Es más fácil competir? Depende. Si estamos arraigados y presos de los procesos, seguramente sí. Una estructura grande para vender debe ser ahora más consultiva. Una estructura de cobranza sencillamente ya no es necesaria. Una estructura de entrenamiento interno es ahora un conector con servicios en línea. Si en mi empresa no logro desprenderme o transformar estas áreas, hay gran chance de que deje espacio en costos y velocidad de ejecución a un nuevo competidor.

Aprender: YouTube. Vender: Instagram. Atención al cliente: WhatsApp. Cobrar: MercadoLibre. Llevar o traer: SoyDelivery. Comparar: Google. Tecnología: Amazon Web Services. Conseguir talento: LinkedIn.

Sin embargo, si mi empresa está pensada para mejorar todos los días lo que hace para el cliente, permitiendo a mi equipo tomar decisiones ágiles, sin tener que depender de activos importantes, ni de proveedores lentos, entonces todo esto claramente permite, no solo competir mejor, sino eventualmente llegar a nuevos mercados a través de nuevas alianzas y modos de crear valores propios de la tecnología que estoy usando. Es leer el primer párrafo, pero pensándolo como herramienta de ventas y crecimiento.

Porque no hay mejor momento para vivir que ahora

Invito al empresario que se despierta abrumado por todos los problemas a que le mande un WhatsApp a un ser querido. Sáquese una foto sonriendo y exprese algo positivo. Verá que de inmediato, sin ningún costo, vuelve una respuesta positiva.

Esa es la nueva era que estamos transitando y en nuestra firma estamos convencidos de que es única en la historia de la humanidad. Todo se puede redefinir. Todo se puede elegir. Todo se puede conseguir. Claro que hay agentes que van a colocar piedras. Pero son mucho más potentes los equipos y capacidades que se pueden desarrollar si se abrazan estos cambios.

Por eso es un momento para celebrar. Porque tengo todas las herramientas para poder mejorar mi negocio. Y se resume en ese acto tan lindo para cualquier empresario: Cobrar. Clic.

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