Revista del IEEM
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Bancos de imágenes: entre el rebaño y lo singular

Las empresas suelen ser tanto beneficiarias como rehenes de los bancos de imágenes. Si bien su utilización suele ser una práctica común y conveniente para quienes trabajan en comunicación corporativa —ya que es una manera de encontrar contenido visual de alta calidad de forma rápida y sencilla—, estas plataformas son, a la vez que una solución, una condena que puede llevar a las marcas a la indiferenciación, lo genérico y el lugar común.

La primera recomendación es que la empresa realice una reflexión profunda sobre su marca y los valores que representa. Esta permitirá definir de manera precisa su identidad visual, que engloba todos los elementos estéticos disponibles para el público. Al comprender mejor qué imagen desea proyectar y cómo quiere ser percibida por su audiencia, la identidad visual se convierte en una herramienta poderosa para transmitir estos intangibles de manera coherente y efectiva.

Luego de tener claros los valores, será necesario preguntarse: ¿Estas imágenes son coherentes con la marca, se encuentran alineadas con ella? A menudo, las fotografías de banco son demasiado genéricas y solo sirven como un complemento secundario, no como representantes de lo que una empresa quiere transmitir.

Las empresas suelen ser tanto beneficiarias como rehenes de los bancos de imágenes.

En este sentido, el valor que la organización le da a la diferenciación será fundamental. Las plataformas de imágenes están disponibles para cualquiera que pueda pagarlas, por lo que si presentarse diferente a la competencia es un valor clave para la marca, tal vez esta no sea una buena solución o, por lo menos, no si se le dará un uso estándar.

Una vez que la marca reflexionó y se contestó las preguntas anteriores, tendrá más claro el camino de la búsqueda de estos complementos visuales, teniendo en mente qué tipo utilizará y en qué oportunidades de comunicación. ¿Ilustraciones o imágenes realistas? ¿Comunicación institucional? ¿Folletería? ¿Posteos de redes sociales?

Es posible que las empresas encuentren imágenes que reflejen la autenticidad y la realidad de sus productos, servicios y cultura empresarial. Esto implica alejarse de las representaciones estereotipadas y mostrar situaciones y personas reales.

 

Salir del esquema tradicional

A la hora de pensar en las piezas de comunicación y en el eterno afán de las empresas por mostrar cierta diferenciación, existen alternativas que pueden tomarse para evitar el uso de estas plataformas, o bien para hacer un uso más inteligente de ellas.

Tal vez, el mejor camino para destacar y crear una identidad única sea que la empresa realice su propia sesión de fotos, lo que la ayudará a representar su esencia de manera auténtica. Este camino es especialmente útil cuando la organización cuenta con elementos visuales que realmente la diferencian.

Los bancos de imágenes son útiles y ofrecen una solución a la vorágine cotidiana que enfrentan los creadores de contenido corporativo. Sin embargo, para que una marca sea original, auténtica y coherente, es necesario detenerse a pensar en qué es lo que se quiere transmitir.

Sin embargo, realizar las propias imágenes no siempre es la solución, ya que simular escenas corporativas similares a las que representan los bancos de imágenes puede tener dos problemas. Por un lado, se puede terminar haciendo un producto demasiado parecido al de las plataformas, pero de peor calidad (no parece tener sentido competir con empresas profesionales en la producción de imágenes). Por otra parte, puede ser inconveniente utilizar la imagen de personas de la propia empresa para simular escenas corporativas, ya que la rotación de personal puede jugar una mala pasada, acortando la vida útil de la producción fotográfica.

Si la decisión es no realizar una producción propia, hoy por hoy, la inteligencia artificial generativa ofrece algunas herramientas que pueden aportar luz al escabroso mundo de tener que vestir los mensajes corporativos. Existen opciones como Midjourney para generar imágenes desde cero, y otras herramientas que, por su parte, ayudan a elaborar presentaciones más atractivas, como Gamma AI y ASkBiran AI, entre otras.

Si estas herramientas no terminan de convencer o se prefiere la vieja escuela, es posible optar por las imágenes de banco pero dándoles un toque personalizado. Además de la elección de imágenes, la forma en que se componen y se presentan visualmente también es importante. Las empresas pueden experimentar con diferentes diseños, formatos y estilos de presentación para agregar valor visual y destacarse de la competencia.

También es posible incorporar elementos de la marca en las imágenes, como logotipos, colores corporativos y tipografía, que sean reconocidas como parte integral de la marca. Al agregar sutilezas se refuerza la coherencia visual y se fortalece el reconocimiento de la marca en cada comunicación.

Los viejos y queridos bancos de imágenes son útiles y ofrecen una solución a la vorágine cotidiana que enfrentan los creadores de contenido corporativo. Sin embargo, para que una marca sea original, auténtica y coherente, es necesario detenerse a pensar en qué es lo que se quiere transmitir y salir del piloto automático de publicar la primera imagen de personas en una sala de reuniones que ofrecen estas plataformas. Los caminos de las fotografías propias o la intervención de las genéricas se presentan como alternativas hacia la diferenciación.

Autor

Gerenta de Marketing y Comunicación en

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