Revista del IEEM
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Mentorías: una herramienta para entender tu propósito

A la hora de gestionar nuestras carreras profesionales existe una variedad de recursos que nos ayudan a entender nuestro propósito, fijar objetivos y alcanzar metas. Entre ellos, se encuentran las mentorías.

Así entran a la cancha los mentores. Para retrotraernos al origen y significado de la palabra mentor, hay que ir hasta Grecia, a La Odisea de Homero, donde encontramos a Mentor, el mejor amigo de Ulises. Recae sobre él la responsabilidad de ser consejero y guía del hijo de Ulises, Telémaco. Lo que Mentor hace es forjar su carácter, guiarlo en la sabiduría de sus decisiones y llena su vida de claridad, para afrontar sus decisiones y perseverar en su propósito

En diversos estudios realizados desde hace varias décadas, se ha comprobado la importancia y efectos positivos que tienen las mentorías en el desarrollo de las carreras profesionales. A través de las mentorías se busca profundizar en el autoconocimiento, identificar tanto fortalezas como áreas a fortalecer (o desarrollar) y fijar objetivos de mejora personal y metas concretas a alcanzar en las carreras profesionales. Se ha demostrado que esta técnica mejora la satisfacción personal, las relaciones entre pares y la productividad.

Una de las diferencias más importantes entre las mentorías y el coaching es que las primeras buscan alcanzar el desarrollo de las personas en un sentido amplio y a largo plazo, mientras que el coaching está orientado a la resolución de situaciones o de tareas a corto plazo, con la guía de un coach que ayuda a la persona a identificar soluciones.

En el proceso de mentoría identificamos dos roles, el o la mentora, que a través de su conocimiento y experiencia guía al mentee, quien busca guía y apoyo para orientar su carrera.

Los vínculos entre mentor y mentee tienen base en la escucha (su realidad actual y necesidad), la curiosidad (indagar para conocer más), la confianza (para abrirse y entregarse al proceso) y la responsabilidad (hacer lo que hay que hacer para el logro de su meta).

Comúnmente los mentees vienen con la creencia de que es una debilidad pedir ayuda, y desde nuestra mirada es todo lo contrario. Claramente lo identificamos como una fortaleza. Es la fortaleza de seguir creciendo personal y profesionalmente. Es por eso que la relación entre ambos roles se forja desde la escucha, el diálogo y la confianza.

En RedMe, la Red de Mujeres Ejecutivas del Uruguay, el objetivo común entre mentora y mentee es, luego de identificar el estado de situación, diseñar juntas el “mapa de recorrido”. En el proceso, la mentora ayuda a identificar las fortalezas y a desarrollar y adquirir los conocimientos, habilidades y destrezas necesarias para lograr los objetivos deseados. De esta forma se constituye en una herramienta fundamental para desarrollar habilidades de liderazgo.

En RedMe establecimos una serie de pasos para lograr una mentoría exitosa:

1) Definir la situación o problemática actual

2) Input o contexto

3) Desarrollo de las interacciones

4) Medición de respuesta o resultados

5) Feedfoward, aprendizaje con mirada de futuro, compromiso

6) Cierre del proceso

 

Desde RedMe promovemos el liderazgo equitativo y en este marco orientamos nuestros esfuerzos para lograr que más mujeres ocupen cargos de decisión en las organizaciones. Nuestro trabajo se centra en tres verticales: socias, empresas y sociedad.

Los círculos y las mentorías de RedMe son dos de las herramientas mediante las cuales creamos valor para nuestras socias, contribuyendo a potenciar sus habilidades de liderazgo, su desarrollo profesional y personal, así como generar redes que las ayuden a impulsar sus carreras.

Cuando decidimos comenzar con las mentorías, buscamos aplicar algunos de nuestros principios fundamentales: “Pertenecer a una red de intercambio, consulta, referencia y contención donde estemos conectadas y compartamos nuestra experiencia personal y profesional” e “Impulsar nuestro desarrollo profesional y posicionamiento como líderes”.

Los resultados de la primera experiencia fueron altamente satisfactorios. Hubo un gran y positivo impacto en las participantes, tanto mentoras como mentees, dado que se da una transferencia permanente de experiencias que desafía y enriquece a ambas partes.

Las mentees obtienen como beneficio las herramientas y capacidades para afrontar nuevos desafíos y responsabilidades.

Para las mentoras los beneficios son mejorar sus habilidades interpersonales y de comunicación, reforzar sus conocimientos y recibir otras perspectivas e ideas que las invitan a la reflexión. En palabras de una de nuestras socias participantes: “Una forma maravillosa de compartir conocimientos y experiencias. Un espacio para detenerse a reflexionar”.

Debido a la buena respuesta que tuvo el primer ciclo de mentorías, este año estamos preparando la segunda edición. Una de las satisfacciones más grandes que nos dio el primer ciclo de mentorías es encontrar que mujeres que fueron mentees, salieron fortalecidas del proceso y en el ciclo 2023 se convertirán en mentoras. Identificamos esto como parte fundamental del crecimiento profesional y personal de nuestras socias que pudieron superar miedos y creencias autolimitantes.

Me gustaría cerrar con una cita que utiliza nuestra líder del programa de mentorías, Raquel Sonsol, a quien agradezco su colaboración para la redacción de esta columna: “Nadie es tan pobre como para no poder dar algo, ni tan rico como para no poder recibirlo. Esa es la esencia del compartir”.

Socia fundadora y directiva de RedME

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