Revista del IEEM
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“Es necesario avanzar hacia la consolidación de una economía del conocimiento”

Flavio Caiafa

Presidente de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación

¿Por qué es importante desarrollar el campo de la investigación científica en un país como Uruguay?

Desde mediados del siglo XXI está demostrado que la investigación y la innovación son los principales factores que explican el crecimiento económico, más incluso que la inversión, el capital o el trabajo. Además, la investigación y la innovación son clave para mejorar el desarrollo social y la sustentabilidad medioambiental, un elemento que cada vez cobra más fuerza en el campo científico, pero también económico y social, ya que, si no logramos ser carbononeutrales para el año 2050, vamos a afrontar consecuencias catastróficas a nivel global.

Hablo de investigación e innovación porque la ANII es la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, pero además porque ambas están indisolublemente relacionadas. Antes se creía que el desarrollo científico tecnológico tenía un solo sentido: los descubrimientos científicos daban lugar a invenciones, que luego se convertían en innovaciones en forma de productos y servicios que llegaban al mercado y tenían éxito. Hoy sabemos que la relación entre ciencia e innovación es mucho más compleja. Con avances tecnológicos que hacen posibles nuevos descubrimientos y que hacen avanzar a la ciencia (el ejemplo de Perogrullo es el microscopio electrónico, que abrió toda una era en nueva investigación científica), y viceversa.

Con respecto al tamaño del país, algunos de los países que tomamos como referentes del desarrollo científico e innovación son pequeños como Singapur, Suiza o Israel. Suiza es el país número uno en el Global Innovation Index de 2021. Singapur es el número ocho, con un área de 719 km2. Israel es el país con el ecosistema emprendedor más desarrollado del mundo después de Estados Unidos, por lo que el tamaño no parece ser un problema. El problema es el nivel educativo de su población, su vocación científica y emprendedora, y la vocación o cultura de su gente por avanzar hacia una sociedad más moderna. Es allí donde se juega el potencial de crecimiento de un país.

Las oportunidades son enormes, así como también es enorme el riesgo de no promover adecuadamente el desarrollo de la investigación y la innovación, de la ciencia y de la tecnología, condenando al país a tener ingresos bajos o medios.

 

¿Cuál es la situación actual del sector y cómo ha evolucionado en los últimos años?

Hace poco el embajador de Suiza en Uruguay me decía que en Suiza la innovación es fundamental porque es un país muy caro. Sin asegurar niveles de productividad muy altos a través de la innovación, no lograrían mantener su estándar de vida. En Uruguay tenemos un problema similar. Uruguay es el país de América Latina con mayor ingreso per cápita y con mejor distribución de la renta generada. Para seguir mejorando ambos indicadores es necesario avanzar hacia la consolidación de una economía del conocimiento, la que se genera con investigación científica e innovación, y para ello es necesario formar gente altamente calificada y motivada para investigar, innovar y emprender.

Desde el retorno a la democracia el país ha ido mejorando sus capacidades en este sentido (la dictadura fue nefasta en este campo, así como en muchos otros). En las últimas décadas el país ha ido fortaleciendo y creando instituciones que son clave para el desarrollo de la investigación y la innovación. Menciono solo algunas como la Universidad de la República, la creación de las universidades privadas, el Pedeciba (Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas, en 1986), el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria en 1989, el Instituto Pasteur de Montevideo en 2006, y la propia ANII en 2007. Todas ellas han contribuido al desarrollo de las capacidades científicas del país.

No obstante, hoy estamos ante un dilema. Los investigadores uruguayos han venido creando conocimiento desde hace décadas. Muchos de estos conocimientos han sido fundamentales para el desarrollo de áreas tecnológicas clave del país, como, por ejemplo, la primera transición hacia energías renovables que nos permitió tener hoy una matriz energética que nos coloca en los primeros puestos a nivel mundial en este aspecto. Pero gran parte del conocimiento científico generado no llega a convertirse en innovaciones. Esto, en definitiva, hace que la inversión en ciencia e innovación no logre alcanzar su potencial y traducirse en mejor calidad de vida para los uruguayos.

«Gran parte del conocimiento científico generado no llega a convertirse en innovaciones. Esto hace que la inversión en ciencia e innovación no logre alcanzar su potencial».

¿Qué apoyos ofrece la ANII para promover el acceso y la visibilidad de la producción científica y tecnológica nacional?

La ANII clasifica sus instrumentos de promoción en cuatro grandes componentes: Investigación, Formación, Innovación y Emprendimientos.

El componente de Investigación tiene instrumentos estructurales como el Sistema Nacional de Investigadores que, cito aquí la definición de su página web: promueve, mediante evaluación periódica, la categorización y el incentivo económico de los investigadores, la producción de conocimiento, transversal a todas las áreas, y el fortalecimiento y la expansión de la comunidad científica nacional. Y las plataformas Timbó y SILO. Timbó brinda acceso a publicaciones científicas de revistas internacionales altamente reconocidas (con acceso libre desde Uruguay), y SILO ofrece acceso abierto a todas las publicaciones científicas nacionales, dado que es un agregador de contenido que se alimenta de todas las instituciones nacionales, y que quedan disponibles para su acceso abierto a nivel global. A su vez, la ANII es la encargada de recopilar y difundir los datos de investigación e innovación a nivel nacional a través de la plataforma Prisa.

Por otro lado, están los distintos instrumentos para promover la investigación. Los principales son: el Fondo Clemente Estable (investigación básica), el Fondo María Viñas (investigación aplicada), y los Fondos Sectoriales, creados en asociación entre actores de distintas verticales y la ANII. Por ejemplo, el Fondo Sectorial de Energía, financiado por UTE, Ancap, la Dirección Nacional del Energía del MIEM y la ANII.

En formación, ofrecemos becas de posgrado (maestrías y doctorados) en áreas estratégicas para el país, tanto en Uruguay como en el exterior. También ofrecemos becas para realizar posdoctorados (destinados a repatriar investigadores que terminan sus doctorados en el exterior o atraer investigadores del exterior al país) y “movilidades” que son pasantías cortas tanto de investigadores uruguayos en el exterior como visitas de expertos del exterior a Uruguay, que generan intercambio de conocimiento y redes internacionales de colaboración.

En innovación ofrecemos distintos instrumentos para apoyar a empresas establecidas (con más de tres años de antigüedad) a innovar, que van desde construir capacidades para innovar, hasta crecer y exportar. Herramientas para la innovación (HPI) permiten a las empresas adquirir habilidades internas para innovar de varias formas: becas para capacitación y desarrollo de empleados, contratar expertos internacionales o nacionales, hasta validar ideas tecnológicas, etc. Implementación de la Innovación (IDI) financia proyectos de innovación dentro de la empresa. Y el Fondo Orestes Fiandra es un crédito blando para financiar el crecimiento y la expansión de empresas de mediano porte y de perfil innovador.

En emprendimientos tenemos una estructura similar a la de innovación: un programa de apoyo al ecosistema emprendedor (incubadoras y company builders), otro de apoyo a emprendedores innovadores, y un instrumento de validación de ideas de negocio, que serían las “herramientas para emprender”. Y el instrumento Emprendedores Innovadores, que brinda capital semilla (de hasta UYU 3 millones) a emprendedores innovadores en etapas tempranas de emprendimiento.

Pueden ver más información sobre nuestros instrumentos en nuestra página web. Además, en la página de cada instrumento hay un formulario de contacto que es recibido por el equipo que se encarga de asesorar personalmente a cada postulante.

 

¿Cómo buscan articular a la academia y el sector productivo? ¿Cuáles son las claves para lograr esa articulación?

Aquí volvemos al dilema planteado antes. Mejorar la interacción entre la academia y el sector productivo es el principal objetivo estratégico de la agencia hoy. Un reciente estudio realizado en Uruguay recogía que, por cada patente de propiedad intelectual generada en el país, se publican 55 papers científicos. Mientras que, en los países de la OCDE, el promedio de papers por patente es de 2,2.

«Mejorar la interacción entre la academia y el sector productivo es el principal objetivo estratégico de la ANII hoy».

Para mejorar la articulación entre la academia y el sector productivo se implementaron dos nuevos instrumentos desde 2020.

En 2020 se implementó el Crédito Fiscal para proyectos de I+D en empresas, que otorga un crédito fiscal del 35 % sobre el total del proyecto si se presenta solo una empresa, o del 45 % si el proyecto es en forma conjunta con centros tecnológicos o universidades. Este instrumento tiene un máximo de crédito fiscal de 9 millones de UI (más de USD 1 millón), y ha sido muy demandado por las empresas que realizan actividades de I+D+i regularmente. En esta rendición de cuentas, introdujimos una modificación por la cual, cuando las empresas contraten a estudiantes o graduados de posgrados para trabajar en dichos proyectos, el crédito fiscal por estos gastos será del 100 %, promoviendo así la inserción de investigadores en empresas intensivas en conocimiento.

Otro instrumento creado en 2021 con el mismo objetivo es el de “Articulación academia-sector productivo”, destinado a apoyar asociaciones entre una o más empresas y la academia, con el propósito de resolver problemas del sector productivo a través de actividades de I+D+i. Este instrumento brinda un aporte no reembolsable de hasta UYU 5 millones por proyecto y también ha sido muy demandado.

En el mismo sentido, estamos trabajando con la Comisión Honoraria del Sistema Nacional de Investigadores para equiparar la importancia de la creación de conocimiento en ciencia fundamental con la de la creación de conocimiento en investigación aplicada y desarrollo tecnológico. Este es un tema relevante no solo para Uruguay, sino que es uno de los temas transversales que se trata actualmente en el Global Research Council.

 

¿Cuáles son los pilares de gestión de la ANII de la mano del nuevo gobierno?

La ANII tiene como misión hacer de la ciencia y la innovación factores claves para el crecimiento económico, el desarrollo social y la sustentabilidad del país. Y como visión, posicionar a Uruguay como un socio confiable para el desarrollo de ciencia e innovación a nivel global, y como la plataforma ideal para crecer, desde la región al mundo, y desde el mundo hacia la región. Propuesta que estamos traduciendo en el concepto “Uruguay Innovation Hub”.

Para cumplir esta misión y visión, la ANII tiene algunos diferenciales únicos: es la única agencia enfocada en la agenda estratégica del país en CTI (ciencia, tecnología e innovación). Nuestras convocatorias son abiertas y objetivas, con el objetivo de apoyar a los mejores investigadores, estudiantes, empresas y emprendedores a través de instrumentos públicos, competitivos y con selección de proyectos independiente de sus beneficiarios. Contamos con capacidades de gestión de convocatorias y seguimiento de proyectos únicas en el país. Diseñamos y optimizamos nuestros instrumentos con base en la evidencia recabada a través del seguimiento de proyectos, la medición de resultados y evaluaciones del impacto. Buscamos hacer todo esto de forma ágil y transparente.

¿Cómo lo hacemos? A través de los instrumentos descritos anteriormente. Sin embargo, para lograr un cambio de magnitud en el crecimiento económico y el desarrollo del país, son necesarios cambios adicionales. En la rendición de cuentas de este año, la agencia está en proceso de recibir un aumento importante de su crédito presupuestal (la parte de sus ingresos que recibe del Estado), del orden del 76 %. Esto nos permitirá aumentar el apoyo a los instrumentos destinados a la promoción de la investigación y de la formación de recursos altamente calificados. Y también implementar un plan de desarrollo de la innovación y el emprendimiento con base en instrumentos que utilizan la inversión pública apalancada con inversión privada para promover emprendimientos de base científica y tecnológica. De esta forma, con base en el conocimiento acumulado por nuestros investigadores, más el esfuerzo de nuestros emprendedores, empresarios e inversores, podremos desarrollar innovaciones que generen valor económico y social para el país, generando un círculo virtuoso de inversión, resultados, y más inversión.

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