Giros en la marca personal

Soy licenciada en Comunicación pero, desde que comencé a trabajar, mi expertise profesional estuvo asociado a la moda. Ya de adolescente me atrajo su posibilidad comunicacional y la capacidad de captar con extrema sensibilidad el mundo y crear prendas acordes a los tiempos que corren. Me especialicé en tendencias, sobre todo macrosociales: una mirada que ubica a la moda como antena y expresión, nutrida de movimientos sociales, artes visuales, música, literatura, arquitectura, interiorismo, gastronomía… Nada es ajeno, todo puede despertar la curiosidad.

En 2018 viajé a Estocolmo invitada por una marca de moda y allí noté el gran protagonismo de las flores en la vida urbana y social. Soy sensible a la belleza de las flores desde siempre, pero capté que su consumo era cultural, basado en la necesidad de rodearse de naturaleza y calidez ante la dureza del clima. Percibí que había un movimiento que se estaba gestando, que las flores iban a estar de moda porque había una resignificación en la manera de vincularnos con ellas, desde su producción a su consumo. A fines de 2019, buscando nuevas aventuras al costado de la moda, propuse a los editores de Penguin Random House la idea de hacer el primer libro de flores de Uruguay. En noviembre de 2021 se publicó En flor, con arte y floristería de Mercedes Lalanne y fotografía de Francisco Supervielle.

Un nuevo matiz

Jamás pretendí posicionarme como referente de la floricultura porque no lo soy, y lo primero que hago en el libro es advertirlo. Lo que yo vengo a aportar es mi mirada estética y de estilo de vida, que es ajena a la industria y, por ese motivo, plantea la temática desde otra perspectiva. En flor es un libro sobre las flores de corte en Uruguay, pero también sobre la belleza, sobre una nueva manera de vincularse con las flores y sobre el efecto que pueden tener en la vida cotidiana. Bajo esa luz, la salida del libro aporta, según mi visión, un nuevo matiz a mi perfil profesional: lo complejiza pero no lo fracciona, sino que lo enriquece. Al principio algunas personas se sorprendieron, pero el punto de vista sobre el que está construido En flor es absolutamente coherente con mi línea de intereses y en vez de cerrar la temática a los expertos o connoisseurs, la abre al resto de la gente.

Curiosidad y negocio

Un fenómeno de estos tiempos es que, sin ser previamente experta, una persona puede profundizar en una temática, desarrollar contenido con fines divulgativos y, con las herramientas adecuadas, convertirse con relativa facilidad en referente. Sucede con las cuentas de Instagram pero también con los libros. Sobre todo si ese lugar no está “ocupado”, o esos contenidos tienen un cierto sesgo que apela a un determinado tipo de público, se puede llegar al top of mind y que la gente vaya a consultar o comentar cuando existe algo vinculado a esa temática.

En este contexto surgen oportunidades de negocio, pero no siempre son claras o evidentes, y muchas veces la generación de ese contenido que después va a “convertir” resulta más costoso de producir que lo que reditúa en corto o mediano plazo. En flor me ha dado —además de los correspondientes derechos de autor— visibilidad a través de notas; han surgido oportunidades de talleres para marcas, en conjunto con la florista Mercedes Lalanne; presentaciones del libro y otras actividades que estamos planificando. No era mi intención hacer de esto un negocio explícito, sino aportar un nuevo condimento a mi visión del lifestyle y, al mismo tiempo, inspirar y generar visibilidad al sector. Aún no ha pasado un año pero considero que desde esos objetivos ha sido exitoso, aunque también requiere un trabajo constante: no hay magia. Y la clave es continuar construyendo.