Revista del IEEM
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«El crecimiento es el pilar en el que Uruguay está más rezagado»

Martín Alesina y Florencia Betancor

Investigadores del CERES

¿En qué contexto económico arranca el año electoral?

Venimos de un 2023 con crecimiento muy bajo, que lo visualizamos más cerca del 0 % que del 1 %. El impacto negativo de la sequía, los problemas de competitividad que afectan a las exportaciones, el diferencial cambiario con Argentina, que golpeó al consumo y turismo local, y la paralización de la refinería de Ancap desde setiembre explican este crecimiento marginal.

Para 2024, las exportaciones y producción industrial tendrán el impulso de una mayor producción y la concreción de otras inversiones, por lo que —con una baja base de comparación— se espera un repunte de la actividad. Además, la brecha de precios con Argentina comenzó a achicarse a partir de noviembre y seguirá en esta senda, pero persistirán los problemas de competitividad con otros países.

En tanto, la menor recaudación por la baja actividad, sumado a un incremento real del gasto cercano al 4 % en el último año (inversiones, transferencias, remuneraciones y pasividades) deja al déficit fiscal en torno del 4 % del PBI. Si bien se espera una mejora en los meses siguientes, el próximo gobierno asumirá sin margen fiscal para subir el gasto, y tampoco lo tendrá para aumentar impuestos.

 

¿Qué es el Monitor de Desarrollo de Uruguay creado por el CERES?

Es una herramienta que elaboramos con el objetivo de hacer seguimiento de la situación del país en términos de desarrollo y lo que se está haciendo, para comprender dónde estamos, a dónde queremos llegar y qué es necesario para mejorar la calidad de vida de las personas. Para ello establecimos cuatro pilares, que a su vez se dividen en múltiples subdimensiones: crecimiento (inserción internacional, inversión, crédito y capital humano), bienestar (salud, vivienda e ingreso), convivencia social (equidad, marginalidad y seguridad) y sostenibilidad ambiental (energía renovable, emisiones y residuos).

«El Monitor de Desarrollo de Uruguay lo elaboramos para comprender dónde estamos, a dónde queremos llegar y qué es necesario para mejorar la calidad de vida”

El monitor muestra la evolución de los últimos años, así como una comparación con un grupo objetivo al cual nuestro país podría aspirar alcanzar. Este grupo se definió como aquellos países prósperos en su desarrollo humano, similares en población o extensión territorial a Uruguay, y que comparten un fuerte arraigo a los valores democráticos. Irlanda, Nueva Zelanda, Portugal y Suiza son algunos de los países que lo componen.

 

¿De los cuatro pilares del Monitor, cuál tiene proyección de tener mayor impacto?

El pilar de crecimiento, ya que no solo impulsa la actividad económica, sino que también contribuye a mejorar la calidad de vida de la población al fomentar, por ejemplo, la generación de empleo, el desarrollo de habilidades y conocimientos, y el acceso a recursos financieros. Además, un crecimiento equitativo puede favorecer la reducción de desigualdades y fortalecer la cohesión social, aspectos esenciales para el progreso sostenible.

Si bien la relación no es lineal, se retroalimentan en un proceso dinámico: el crecimiento promueve el desarrollo al ampliar la base de recursos, en tanto que un mayor desarrollo genera más crecimiento a medida que una población más sana y educada contribuye a mejorar el desempeño económico.

Se trata del pilar en el que Uruguay está más rezagado en comparación al grupo objetivo, por lo cual avanzar en este sentido también ayudaría a cerrar la brecha en los demás pilares, y en ello las políticas públicas tienen un rol clave.

 

¿Cuáles son los tres principales pasos que necesita dar el país para avanzar en el camino del desarrollo?

El modelo uruguayo está bien orientado, pero muchas veces encuentra dificultades en la inercia y la velocidad de sus acciones. Enfrentamos el desafío de mejorar aún la efectividad del gobierno, así como la calidad y la confianza en sus normas y políticas. El adecuado diseño de las políticas públicas es clave, pero, más aún, la buena implementación.

«El modelo uruguayo está bien orientado, pero muchas veces encuentra dificultades en la inercia y la velocidad de sus acciones».

La reforma del Estado en curso, que busca mejorar los incentivos a través de cambios en la carrera administrativa, es un primer paso necesario. Además, la incorporación de gerentes profesionales en cargos públicos de alta especialización acentuaría esta transformación.

Una mejor coordinación y ordenamiento de las políticas públicas, ejemplificado en el proyecto de ley aprobado para la atención de la primera infancia, niñez y adolescencia, es otro componente crucial para efectivamente alcanzar mejores resultados.

Un tercer paso está asociado a mantener la estabilidad macroeconómica que el país necesita para avanzar en su agenda de desarrollo, ya que el plebiscito impulsado por el PIT-CNT podría significar un importante retroceso en este sentido. El incremento del gasto público que implicaría, considerando el contexto económico y ajustado margen fiscal, supondría un riesgo significativo.

 

¿Qué decisiones tomadas por Javier Milei podrían impactar en Uruguay en 2024?

Las medidas ya generan en Argentina una aceleración aún mayor en los precios, y se verán niveles de inflación mensual de dos dígitos por varios meses. Esto llevará a que queden atrás niveles máximos de brecha de precios entre Uruguay y Argentina, que ya comenzó a achicarse a partir de noviembre y seguirá en esta tendencia.

Con base en proyecciones de consultoras internacionales, la relación de precios podría volver a valores promedio históricos en junio de 2024, lo que desincentiva el turismo de uruguayos en Argentina y vuelve más competitivo a Uruguay para turistas argentinos.

De todas maneras, la situación económica argentina derivará en que, como en años pasados, únicamente las clases media-alta y alta viajen a Uruguay, y, a su vez, quienes paguen con tarjeta de crédito se verán afectados por el alto crecimiento del valor del dólar tarjeta.

Por otra parte, la eliminación del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) se ve con optimismo por exportadores locales, ya que significará una menor dependencia de autorizaciones, sin la intervención del gobierno argentino, lo que elimina la discrecionalidad y agiliza el proceso.

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