Revista del IEEM
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La voz de Carlos Ham

«El líder tiene que entender que se debe adaptar a la cultura de la nueva organización y no viceversa. Si quiere fomentar cambios culturales tendrá que ser muy paciente, convincente y persistente»

Carlos Ham | CEO de Urutec

El líder y el cambio

El haber tenido un rol de líder en una empresa destacada genera expectativas positivas cuando se llega a una nueva organización. Pero el liderazgo no se traslada, se construye. La nueva organización percibirá al nuevo integrante como su líder a partir de sus acciones, no de su historia.

El líder no debe cometer el error de pensar que hay una continuidad entre su rol anterior y el que buscará desarrollar en la nueva organización. Para ello deberá escuchar con mucha atención lo que el nuevo grupo dice y transmite; y resistir la tentación de actuar como si estuviera en su entorno anterior. Siempre hay diferencias culturales y no considerarlas a la hora de tomar decisiones puede hacer que pierda rápidamente todas las expectativas positivas con las que comenzó.

El inicio es un período para detectar cambios que puedan ser beneficiosos, pero la implementación tendrá que hacerse respetando la cultura existente y siendo muy consciente de que los cambios culturales llevan tiempo.

 

Nuevo entorno, nuevos desafíos

El primer desafío es entender que el nuevo grupo tiene una historia construida que hay que respetar. De la misma manera, el líder no tiene historia con el grupo y la va a tener que construir. Esto es un gran desafío pues esa historia es la que le daba margen en el pasado para que creyeran en sus orientaciones o para que amortiguaran sus errores.

Por otra parte, seguramente el líder tenga objetivos que le transmitieron quienes lo contrataron y expectativas de que los alcance en determinado tiempo. El gran desafío pasa por convencer al equipo de que es importante trabajar por esos objetivos y hacerlo con herramientas y acciones que sean aceptadas por la cultura de la organización.

 

Liderarzgo y cultura

El líder tiene que entender que se debe adaptar a la cultura de la nueva organización y no viceversa. Si quiere fomentar cambios culturales tendrá que ser muy paciente, convincente y persistente; deberá encontrar aliados que compartan la visión y lo acompañen en esa tarea.

Es lo mismo que se ve cuando un extranjero llega a un nuevo país. Se tiene que adaptar a la cultura local pues él solo no puede cambiar nada. Con el paso de los años la sociedad podrá cambiar, pero al impulso de la iniciativa de muchos. En las empresas pasa lo mismo a menor escala y con tiempos menos prolongados (pero nunca son rápidos).

Si está convencido de que el cambio cultural es necesario, lo tendrá que fomentar con su prédica y sus acciones todos los días. Los avances parecerán imperceptibles, pero si hay una buena ejecución, cuando transcurrido un tiempo mire hacia atrás, verá que efectivamente era posible.

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