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¿Lentos y costosos? Desmitifiquemos la movilidad eléctrica

La revolución de la movilidad eléctrica ha llegado acompañada de un aluvión de mitos y conjeturas. En la era digital estamos sumergidos en un océano de información y, a veces, es difícil distinguir entre la realidad y la ficción. Si bien la red está inundada de fuentes, no todas ofrecen información precisa. Así que, ante afirmaciones como «Si la batería se rompe, reemplazarla costará tanto como un auto nuevo» o «Los coches eléctricos no tienen la suficiente velocidad y autonomía para un viaje largo», es crucial tener un enfoque crítico. ¿Son estos temores justificados o simplemente rumores amplificados en el eco de las redes sociales? A lo largo de este artículo, resolveré estos mitos, y te ayudaré a separar los hechos de la ficción. Así que, si alguna vez te encontraste dudando al escuchar tales afirmaciones, seguí leyendo para descubrir la verdadera naturaleza de los vehículos eléctricos.

 

Primer mito: La durabilidad de la batería en los autos eléctricos

Para desentrañar este mito, primero debemos adentrarnos en el mundo de las baterías de los autos eléctricos entendiendo su estructura y funcionamiento. La durabilidad de una batería no es solo cuánto tiempo dura, sino cuánta energía puede retener y proporcionar con el paso del tiempo. Piensa en tu celular. Si cuando es nuevo, con una carga completa te dura todo el día, después de un par de años, es posible que a la tardecita ya necesites conectarlo porque la batería se desgastó.

La revolución de la movilidad eléctrica ha llegado acompañada de un aluvión de mitos y conjeturas. A lo largo de este artículo, resolveré estos mitos, y te ayudaré a separar los hechos de la ficción.

En el caso de los autos eléctricos, sus baterías son como grandes cofres repletos de pequeñas baterías, similares a las de una laptop o un celular. Imagina un gran paquete de pilas comunes, pero unidas. Sin embargo, estas «mini baterías» o «celdas» no son simples pilas, son tecnología avanzada que almacena energía mediante procesos químicos.

Pero, como todo, estas celdas no son para siempre. Con el uso y el paso del tiempo, van perdiendo su capacidad. Esto significa que, eventualmente, tu auto eléctrico no llegará tan lejos como cuando lo sacaste del concesionario.

Si bien en Uruguay aún estamos adaptándonos a la era de los vehículos eléctricos, en el ámbito internacional y según sitios como energy.gov (web oficial del Departamento de Energía de los Estados Unidos) muchos fabricantes ofrecen garantías de hasta ocho años o 100 000 km, teniendo en cuenta que localmente muchas marcas utilizan períodos similares. Y, un detalle a considerar, estas garantías generalmente se aplican si la capacidad de la batería cae por debajo del 70 % u 80 % de su capacidad original. O sea, que, en concreto, nuestro auto eléctrico deberá ser usado por un período largo como para comenzar a preocuparse por la salud de la batería.

Inclusive, un estudio reciente de Recurrent Motors realizado en 2023 indica que la vida útil de una batería puede ser proyectada en 15 a 20 años o aproximadamente 160 000 a 320 000 km, obteniendo luego de este período un rendimiento de 88 %, o sea tan solo 12 % de degradación.

Pero ¿qué pasa si tu batería baja al 65 % luego de que la garantía ya venció? Tomando como referencia un auto que originalmente tenía una autonomía de 400 km, con una batería al 65 %, ahora te llevaría unos 260 km. Aunque suene un poco preocupante, en la práctica diaria tu vehículo sigue siendo completamente funcional. El motor no cambia, simplemente necesitarás cargarlo con un poco más de frecuencia. Si solías cargar tu auto una vez a la semana ahora, quizás después de un viaje a Punta del Este necesites hacer una recarga extra antes de volver. Es un pequeño cambio en la rutina, pero tu vehículo seguirá siendo un fiel compañero en las rutas en el día a día.

Si bien en Uruguay aún estamos adaptándonos a la era de los vehículos eléctricos, en el ámbito internacional muchos fabricantes ofrecen garantías de hasta ocho años o 100 000 km, teniendo en cuenta que localmente muchas marcas utilizan períodos similares.

Por lo tanto, es evidente que la longevidad y salud de la batería en un vehículo eléctrico no deberían ser un factor que influya de forma negativa al momento de adquirir uno. Es probable que, antes de que notes algún declive significativo, que usualmente ocurre alrededor de los ocho años, ya estés considerando un modelo más nuevo o actualizado. Para la mayoría, este tema se convierte en una preocupación secundaria, si es que alguna vez lo es.

 

Segundo mito: La mala autonomía de los vehículos eléctricos

Entender la autonomía de los autos eléctricos es fundamental, y este concepto cobra relevancia con el paso del tiempo. Primero y principal, es vital saber que no todas las cifras que nos presentan tienen el mismo fundamento. Hay distintas normas que miden esta autonomía: NEDC, WLTP, EPA y CLTC.

Al considerar la compra de un vehículo eléctrico en nuestro país, es clave no quedarse solo con la cifra más llamativa. Es esencial indagar sobre qué norma se respalda esa autonomía y confirmar que sea la información oficial del fabricante. Si te dicen que un auto tiene 400 km de autonomía bajo NEDC, bajo EPA esa cifra bajará a unos 280 km. Esto se debe a la forma en que se toman los consumos en cada norma.

Además, en la vida real, la autonomía puede cambiar. Por ejemplo, en las calles de la ciudad, un auto eléctrico tiene mejor rendimiento que en las rutas. A diferencia de los autos a nafta, en ciudad, el eléctrico saca ventaja del frenado regenerativo. El clima juega un factor adicional, ya que, en situaciones de temperatura extrema, la batería podrá no dar todo lo que promete. Y si se enciende la calefacción, la autonomía se reducirá considerablemente.

Otro punto clave es la forma de manejar. Si te gusta sentir el viento en la cara y acelerar a fondo, ten en cuenta que la batería se va a consumir más rápido. Es como con los autos tradicionales, pero más marcado.

Por suerte, en Uruguay, UTE ha hecho esfuerzos importantes en la red de carga. Con aplicaciones como “UTE Mueve”, se puede conocer el estado de los cargadores en tiempo real. Además, muchas otras empresas están apostando al desarrollo de cargadores, lo que promete un futuro promisorio para los eléctricos localmente.

Para finalizar, un auto eléctrico puede ser una opción apropiada para la ruta. Hay modelos que prometen 400 o 500 km de autonomía, lo suficiente para recorrer nuestro país de punta a punta. Con una buena planificación y usando la red de carga en expansión, viajar no solo es factible; es el futuro que ya está aquí.

Puedes buscar en Spotify o en tu plataforma de podcasts favorita “Volt FM”, el primer podcast de vehículos eléctricos de Uruguay, en el que encontrarás una miniserie llamada “Electric Fronteras”, que cuenta con lujo de detalles cómo se viaja de Montevideo a Rivera ida y vuelta en un eléctrico, con todos los avatares que implicó la travesía.

En Uruguay, UTE ha hecho esfuerzos importantes en la red de carga. Con aplicaciones como “UTE Mueve”, se puede conocer el estado de los cargadores en tiempo real.

Tercer mito: El mito de la velocidad de los autos eléctricos

Los vehículos eléctricos son a menudo malentendidos como máquinas poco robustas o rápidas en comparación con los autos a combustible. Aquí es importante analizar esta percepción que puede pecar de errónea.

El principal atributo de los autos eléctricos es el torque inmediato. En lugar de una aceleración gradual que experimentamos en los autos a combustible, los eléctricos ofrecen una respuesta directa y potente en el momento en que pisamos el acelerador. Podríamos compararlo con un ascensor eléctrico que, al ser activado, se mueve de inmediato. De igual manera, los autos eléctricos aceleran instantáneamente y, para sorpresa de muchos, lo hacen en completo silencio.

Los motores eléctricos, aunque más simples que sus homólogos de combustión, son notables por su adaptabilidad. Algunos modelos tienen motores en el eje trasero, mientras que otros más avanzados poseen un motor para cada rueda. Esta disposición, sumada al torque inmediato, otorga a los eléctricos un rendimiento sorprendente, con aceleraciones que nos recuerdan a una montaña rusa de un parque temático. Por ejemplo, la montaña rusa “Hulk” alcanza 100 km/h en 2.5 segundos. Sin embargo, el Tesla Model S Plaid lo hace en solo 1.98 segundos, siendo uno de los autos más rápidos del mundo. El Rimac Nevera, por su parte, llega hasta los 415 km/h, un ejemplo de que los eléctricos pueden superar a los de combustible en términos de velocidad.

Pero no es necesario fijarse solo en los modelos de lujo. Hay vehículos eléctricos más asequibles que son igualmente impresionantes en velocidad. El BYD e2, Dolphin y Yuan+ alcanzan velocidades de alrededor de 150 km/h. Del mismo modo, el Hyundai Kona y el Mercedes EQS, con velocidades máximas de 167 km/h y 210 km/h, respectivamente, evidencian que no se necesita un auto de lujo para disfrutar de la potencia eléctrica.

Estamos ante un cambio de paradigma muy grande, sin embargo, se tiende a comparar a los eléctricos con vehículos de combustión interna, y se sacan conclusiones injustas. Los vehículos eléctricos no son solo el futuro del transporte, sino una revolución que desafía mitos, redefine límites y transforma nuestra forma de movernos, prometiendo un camino más limpio, eficiente y, por qué no, emocionante para todos.

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Autor

Head de QuantikLab

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