Revista del IEEM
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«Participar en un proceso de coaching es como mirarse en un espejo que refleja lo que dices y lo que eres: un espejo que no distorsiona la imagen»

Estíbalitz Ortiz

Directora Ejecutiva de la Unidad de Coaching del IESE Business School

¿Cómo puede el coaching ayudar a las personas a descubrir quiénes son, qué quieren y cómo lograrlo?

El coaching ayuda porque es una metodología que permite que el cliente gane en conocimiento propio y en autorreflexión. Lo que el coach ofrece realmente es autoayuda para que el cliente encuentre recursos propios y coraje para tomar mejores decisiones y así lograr otros resultados. Participar en un proceso de coaching es como mirarse en un espejo que refleja lo que dices y lo que eres: un espejo que no distorsiona la imagen.

 

¿Cuáles son las señales o indicadores que sugieren que alguien podría beneficiarse de buscar el acompañamiento de un coach?

Empezaré por contestar cuál es la señal de que alguien no necesita un coach: si esa persona tiene un problema de rendimiento y no está desempeñando bien su trabajo, o si no genera resultados de calidad. En esos casos la solución no pasa por un proceso de coaching. (A lo mejor hay que cambiar a la persona o al jefe de esa persona…).

«Uno tiene que estar dispuesto a querer crecer personal y profesionalmente. ¿Para qué? Para poder adaptarse a las nuevas responsabilidades que surgen cada día en las organizaciones”

Respecto a los indicadores que sugieren que alguien podría beneficiarse del acompañamiento de un coach, el primero e indispensable es querer explorar el propio potencial. Uno tiene que estar dispuesto a querer crecer personal y profesionalmente. ¿Para qué? Para poder adaptarse a las nuevas responsabilidades que surgen cada día en las organizaciones.

El segundo indicador es ser consciente de que el ritmo que imprimen los avances tecnológicos, la interculturalidad, la diversidad de generaciones, las diferentes expectativas y visiones que las personas tenemos de nuestro trabajo, requiere ser capaz de tener conversaciones sobre otros temas dentro de la empresa: diálogos profundos, preguntas cortas que muevan al otro a la reflexión y a la acción.

El ejecutivo debe querer participar en un proceso de coaching para cambiar aspectos que tienen que ver con sus competencias de liderazgo, con su carácter y con su forma de hacer las cosas. Ese cambio en el “hacer” acaba impactando positivamente en el “ser”.

Una persona tiene que hacer coaching pensando en lo que él puede cambiar para conseguir otros resultados, no en lo que pueden cambiar los demás.

 

Hay diversos tipos de coaching, como el coaching ejecutivo, el de vida, el de liderazgo, entre otros. ¿Podrías explicar brevemente las diferencias entre estos tipos de coaching y cuándo sería apropiado optar por uno u otro?

Efectivamente hay muchos tipos de coaching y cada vez aparecen facetas nuevas. En realidad, como las personas somos un sistema, todo está integrado: con lo cual si se opta por life coaching, lo que se trabaje allí tendrá impacto en la vida profesional. De igual forma, el coaching ejecutivo impactará en la vida personal de la persona.

En el coaching de vida, el trabajo de toma de conciencia y acción se centra en aspectos exclusivamente relacionados con la vida personal, familia, estilo de vida, relaciones, espiritualidad, entre otros.

En el coaching de competencias de liderazgo, el trabajo se centra en el desarrollo de comportamientos que mostramos en nuestro trabajo. Para identificar qué comportamientos desarrollar o reforzar, suele empezarse con una evaluación, o algún test que permita aportar más autoconciencia sobre dónde estamos hoy en nuestra empresa, y saber cómo nos ven los demás.

«En el ámbito del coaching ejecutivo muchos coaches hablan de business coaching o sparring partner. Esto requiere que el coach tenga una dilatada experiencia en el mundo ejecutivo, para poder desafiar a su cliente».

En el ámbito del coaching ejecutivo muchos coaches hablan de business coaching o sparring partner. Esto requiere que el coach tenga una dilatada experiencia en el mundo ejecutivo, para poder desafiar a su cliente, cuestionarle e incomodarle a través de preguntas que parten de un contexto plenamente empresarial.

En el caso del sparring partner lo que el cliente busca es un frontón, es decir, una persona que con metodología de coaching le desafíe, le cuestione, siempre en aspectos muy centrados en el mundo ejecutivo: su empresa, la relación con los accionistas, el día a día, etc. A diferencia de jefes, compañeros, equipo y amigos, que pueden ayudarnos a mejorar, el coaching aporta una visión objetiva, externa y sin compromiso. De esta forma puede desafiar al ejecutivo, ya que su única agenda es el crecimiento de su cliente.

 

¿Cuál debería ser el papel de las empresas en la promoción y facilitación de procesos de coaching para sus colaboradores?

En primer lugar, lo más importante es contextualizar bien para qué se quiere ofrecer coaching: qué aporta y cuándo no es conveniente.

Hay empresas que cuentan con un buen presupuesto para procesos de coaching. Esto indica que lo ven como una metodología que contribuye a la toma de conciencia del ejecutivo para poder crecer y tomar mejores decisiones.

Después, es importante integrarlo dentro del plan de desarrollo: hay que explicar cuándo un ejecutivo debería participar en un proceso de coaching. Por ejemplo, es un buen momento durante los primeros 100 días en un nuevo puesto, o cuando se quiere acelerar un cambio de cultura dentro de una organización. También es recomendable para que empleados cuyos talentos no son tan evidentes en la empresa (bien porque son jóvenes y aún no han tenido tiempo, bien porque son muy senior y parece que lo que han hecho hasta ahora les define y condiciona para su futuro) ganen en autoconfianza.

En cambio, en ocasiones podemos encontrarnos con equipos en los que el directivo tiene que tomar decisiones, y para evitarlo prefiere delegar el desafío al coach, cuando en realidad de lo que se trata es de tomar una decisión con esa persona que pertenece a nuestro equipo: o bien reubicarla, o asumir que ha sido un error de selección, o tener una conversación con ella.

Cuando se ofrecen procesos de coaching ejecutivo dentro de la empresa se contribuye a tener una organización más flexible, más “dialogante”, más abierta a la toma de conciencia, con un pensamiento más centrado en soluciones.

 

¿Cuáles son las tendencias actuales en el campo del coaching, y cómo se espera que evolucione en el futuro, especialmente en el contexto de la educación y el desarrollo empresarial?

Las tendencias actuales son varias. Por ejemplo, el desarrollo de cursos para formar líderes coaches es una muestra de que es importante aprender a generar conversaciones diferentes dentro de las organizaciones. El coaching de equipos es también una tendencia en auge, porque se trabaja la relación que se genera dentro de un equipo; por ejemplo, entre los miembros de un consejo de administración, o entre los miembros de un equipo que está ubicado en distintos países del mundo, incluso en zonas horarias diferentes.

También han surgido plataformas online que ofrecen coaching ejecutivo. A través de estas plataformas se posibilita que el coaching se convierta en una metodología accesible a muchas personas independientemente de la organización, del país o del momento vital en el que se encuentren.

Será muy interesante ver cómo evoluciona el coaching y los coaches ahora que pensamos que la inteligencia artificial puede hacerlo casi todo…

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