¿Cómo contribuyen sus valores familiares al éxito de Bosch & Cía.?

Creo que hablar en primera persona sería no entender correctamente cómo contribuyen los valores de la familia en el desarrollo de la empresa. En todas las familias, y en especial en la nuestra, la mayoría de los familiares accionistas o no, no participan directamente de la vida de la empresa, pero sí transmiten su interés por los desafíos en los que la empresa se embarca. Nunca hay que dejar de tener presente los valores con los cuales hemos sido criados, que compartimos en la familia y transmitimos a todo el equipo que integra la empresa.

¿Cuáles son las claves para crear una cultura de trabajo en la empresa familiar?

Dándole a los miembros de la familia la posibilidad de desarrollar pasantías en distintos momentos de su adolescencia, de forma de fomentar su sentimiento de pertenencia.

En tu opinión, ¿cuáles fueron los mayores hitos en los 106 años desde su fundación?

Creo que uno de ellos, que traemos en nuestro ADN, es el compromiso con el trabajo, el valorar a nuestro equipo de colaboradores, y el siempre cumplir con los compromisos asumidos, respaldando la comercialización de nuestras operaciones.

Otros hitos importantes han sido aceptar los cambios generacionales y promoverlos, generando así la adrenalina que estos cambios generan. Personalmente, he tenido la suerte de participar en el cambio de la segunda a la tercera generación, y también de la tercera a la cuarta, que todavía está en proceso.

¿Qué han hecho en estos años para gestionar las distintas sucesiones de la empresa familiar?

En el año 2000, previo a que asumiera la gerencia general de la empresa, hicimos un trabajo muy interesante que terminó con la redacción del protocolo familiar en el cual quedaron asentadas muchas de las políticas de la empresa, tanto aquellas que hacen a la empresa en sí como las que hacen a la relación de la empresa con la familia y de la familia con la empresa.

¿Qué desafíos particulares se presentan a la hora de gestionar una empresa familiar?

Por un lado, hay que tener siempre presente el equilibrio entre las inversiones para el crecimiento de la empresa y los dividendos de los accionistas. Ese equilibrio, en épocas de recesión como la actual, no debe afectar el desarrollo y crecimiento de la empresa.

Por otro lado, hay que tener siempre presentes las capacidades de los integrantes de la familia que desean trabajar en la empresa y asignarles los roles acordes a ellas.

Este año, con el impulso de la cuarta generación trabajando en la empresa, renovaron su sede central. ¿De qué constó la reforma y qué implica para el negocio?

La cuarta generación ya viene trabajando hace varios años, pero sí es cierto que se ha incrementado en los últimos tres años. La reforma encarada durante 2018 y principios de 2019 consistió en transformar nuestro showroom de 900 m² en un espacio de inspiración para los profesionales y el público en general, con buena iluminación natural, acogedor, con presencia de productos de vanguardia, que representan el gusto y estilo que nos identifica.

En paralelo, logramos transformar nuestro anterior estacionamiento en una exhibición de equipamientos de cocina, placares y vestidores en conjunto con la marca que representamos, Johnson Acero. Dicha exhibición cuenta con un área de 400 m². Además, construimos un nuevo estacionamiento frente al local principal, duplicando la capacidad del anterior. Honestamente, ha sido una importante inversión, que nos permitirá consolidar nuestra presencia en el mercado como el principal referente del rubro.

¿Cuál es su próximo proyecto? ¿Cómo planean seguir creciendo?

Por un lado, consolidar el desarrollo de Juan Construye y transformarla en los próximos años en uno de los principales actores del rubro revestimientos. Por otro lado, creo que nos llegó la hora de internacionalizar la empresa, abriendo unidades de negocio en los países del Mercosur.