Tender Puentes

En este país en donde usualmente resulta muy sencillo contactarse entre diferentes personas, sobre todo debido a su escasa población y territorio, fortalecer el vínculo entre las empresas y los investigadores no debería ser un obstáculo para el emprendimiento ni la innovación. Sin embargo, lo ha sido, sobre todo para la pequeña y mediana industria. Aunque también debo reconocer que, en los últimos años, y por diversos medios e instituciones, se comenzaron a tejer tramas y tender puentes para que ese vínculo entre academia y empresa, entre teoría y práctica, pueda tener lugar, florecer y reproducirse.

He sido testigo, y participo personalmente, en ámbitos en los que dichos puentes se construyen y es una herramienta no solamente muy útil, sino que, además, sostenible en el tiempo, lo cual significa que solo con el esfuerzo de generar ese contacto, la rueda sigue su curso. Eso es lo que falta, más mesas en las que se den esos intercambios entre quienes necesitan del resultado de una investigación, y aquellos que efectivamente la llevan adelante con base en su experiencia y sus conocimientos. El resto, se da naturalmente.

Investigación y sector productivo

En el Consejo Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología (Conicyt), en el cual estoy participando desde hace un año y medio, la forma de vinculación entre ambas partes es diferente, somos un órgano asesor de los poderes públicos. Aquí la interacción se da principalmente con el objetivo de proponer, elaborar y promover acciones, planes y lineamientos de políticas generales destinadas a la ciencia, tecnología e innovación. En consecuencia, la visión que se debe tener es mucho más holística y estratégica, además de pensar, principalmente, en función del mediano y largo plazo para el país.

Dentro del plenario del Conicyt se conjugan las distintas visiones de lo que se debe hacer para impulsar el desarrollo de investigaciones de todo orden, preferentemente aplicadas y enfocadas a procesos innovadores como, por ejemplo, el seguimiento de los diferentes programas que lleva adelante la ANII. Este intercambio resulta sumamente enriquecedor, ya que reúne diferentes puntos de vista, y distintas experiencias y capacidades, todas en beneficio del país productivo.

Casos de éxito

Puedo contar varios, pero me quisiera quedar con el caso del Centro Tecnológico del Agua (CTAgua), del cual soy socio fundador y director en representación de EFICE. Este Centro Tecnológico dio sus primeros pasos en 2016, y tiene como cometido fundamental ser un articulador entre empresa y academia de forma tal de generar sinergias y promover proyectos relacionados con el agua que tengan impacto en la competitividad y sostenibilidad de las empresas.

En estos primeros seis años del Centro se ha trabajado en 12 proyectos, involucrando a ocho empresas privadas, siete dependencias de la Udelar, universidades privadas, varios institutos de investigación público/privados y una universidad del exterior, entre otras organizaciones. Varios de esos proyectos ya han finalizado y se encuentran en etapas de implementación de sus resultados, pero sobre todas las cosas lo que ha funcionado muy bien es la creación de ese espacio de interacción entre tantos organismos de diversa índole y origen, el cual, si no existiera, demandaría un esfuerzo grande de coordinación y tiempo para poder reunir a todas las partes. Por todo lo anterior es que lo destaco como un caso de éxito.